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—¡¿ACASO TE CREES EL HOMBRE DE LA CASA?!¡HARÁS LO QUE YO DIGA POR QUÉ SOY TU PUTO PADRE!

—¡PUES VAYA MIERDA DE PADRE QUE TENGO!

Le faltó poco para morir de la paliza que le dió. Aqui como lo conocemos Henry Bowers estuvo nada más y nada menos que tres dias en la cama acostado, con los párpados demasiado inflamados para poder ver algo, y los músculos tan entumecidos que no se podia mover. Algunos pensaran de vosotros pensarán "Menos mal que al menos Bunch le habrá dado algo de comer para que no se muriese", pues debo de lamentar que no fue así. El rubio tenia que levantarse entre doloroso llanto y arrastrar su cuerpo cubierto de ematomas hasta la nevera y comer cualquier cosa—Eso si, si le pedia una cerveza, tenia que darsela— volviendo para quedarse acurrucado semejante a un gatito abandonado en el colchón duro como una piedra de muelles chirriantes y en las sábanas gruesas y rasposas.

Los llantos siempre los descargaba a media tarde, cuando su padre via la television porque si lo hacia por la noche o por la mañana podria escucharle, y no queria llevarse otra paliza como la de ese dia—Un jodido estorbo, eso es lo que eres joder—Le dijo cuando le pilló, y se sintió más basura de lo que era porque a ojos de todos eso era; Basura, y un estorbo.

Entonces¿Por qué seguir aqui? Motivos para "irse" no le faltaban y a decir verdad era lo que más deseaba porque después de todo seria como que todos por fin le dejarian en paz, que no tendria nada más de que preocuparse de esconder su fragilidad que odiaba peto que tenia y que debia aceptar, cosa que tampoco hacia. Se acarició los rasguños de la cara, mirando hacia abajo notando de nuevo que sus lágrimas volvian a correr fuera de sus ojos. Entonces tres golpes en la puerta lo alertaron y el sonido de esta abriendose y cerrandose teniendo un nuevo ocupa la habitación—Mierda, mi padre me va a ver llorando y me va a pegar— pensó cubriendose instintivamente mientras temblaba. Pero no era su padre, era fácil de saber por aquella sonrisa hueca.

—Oye ¿Por qué te cubres? —Preguntó burlón acercandose a sentarse al lado del otro, sacando de una bolsa que llevaba unas fiambreras con algo de comida, además de algo para curar al otro—

—¿Patrick?

—El mismo—Acompañado de un "Se que esto es gay" sintio que los brazos del rubio se cerraban en torno de su cuello— Aw Henry me matarás de ternura. Tranquilo no se lo diré a nadie pero no creo que vayan a pensar que eres marica por un abrazo.

Bowers se encogió de hombros y notó que el otro correspondia el abrazo, acariciando su espalda adolorida. No queria admitirlo, pero aquel contacto le subió los animos.

Patrick le dio de comer a pesar se que su mejor amigo se negaba con la escusa de que no era un bebé por lo que podia comer solo.

—Estas ahora medio ciego, si te metes la albondiga por la nariz no me sorprenderia.

Y se dejó finalmente. El rubio le encantaba la comida de la madre del pelinegro, unas comidas deliciosas pero simples, a veces pensaba que le parecia rico porque el solo comia cosas o quemadas o instantáneas pero luego recordó que todas las mujeres cocinaban bien principalmente porque eran mujeres, y se quedó aferrando a ese pensamiento. Las albondigas en salsa de almendras era su comida favorita y resulta que Hockstetter lo sabia, asi que le pidió expresamente que le hiciese eso.

—Mirate das asco, limpiate la boca estas lleno de salsa.

—Callate gilipollas no soy yo el que tiene parkinson—Dijo girandose para tomar algunas servilletas con dificultad.

Fue el momento en el que cada payaso tiene que hacer su trabajo. Patrick vió como algo de salsa se hayaba en la mejilla del rubio y con su típica sornrisa se acercó a darle una leve lamida, con tan 'mala suerte' que Henry se giró asustado, encontrandose los labios de ambos chicos cuando el de mayor estatura iba a retirarse después de lamer la salsa. Ni si quiera fue un beso de verdad, solo un encuentro inesperado , podria decirse que hasta un roce , pero ambos se quedaron mirandose —Al menos uno de ellos ya que el otro estaba medio ciego—

—Tenias una mancha y em...—Intentó escusarse pero no pudo.

En cierto modo pensó que Bowers se veia tierno ahora ya que sus mejillas se habian encendido y de seguro notaba el calor pero no dijo nada. No dijeron nada el resto del dia. Patrick limpió y curó sus heridas y se marchó, con un cálido abrazo para volver a reconfortar al otro, dejandolo de nuevo en la habitación.

—Que sabor tan dulce—Dijo una vez fuera aquel loco de pelo negro, tocandose los labios aún intentando analizar lo ocurrido.

M E N T I R O S O S 《HENTRICK》[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora