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El comienzo de primavera fue advertido por las primeras lluvias torrenciales, casi le costaron creer que la zona baja de los Barrens habia sido inundada —Unos chicos traviesos—Habia dicho el policía Irlandés pero este no habia dado nombres y tampoco tenia intenciones de darlos.

El repiqueteo de las gotas contra el cristal acompañado del dedo de un chico rubio contra la madera era lo que predominaban en la oscura habitación de Henry Bowers. Otra vez se habia llevado una seria amenaza por parte de su padre que lo habia dejado humillado delante de sus amigos, y ambos sabian lo mucho que odiaba que eso sucediese -Es estúpido- Le dijo a su grupo refiriendose a su padre cuando este tan solo se hayaba a pocos metros y ninguno de los cuatro se habia dado cuenta de aquel inconveniente que se cobró la dignidas del rubio:

—Tus amigos te esperan fuera—La puerta se abrió dejando ver al hombre mayor de facciones cansada a cargo del menor de edad-

—No voy a salir —Respondió a secas continuando con los golpecitos en la madera que formaba el poyete de la ventana, y el chasquido de la puerta al cerrarse le infundó confianza para dejar que lás lágrimas cayesen por sus mejillas al igual que las gotas de lluvia discurrian por el cristal.

Se quedó toda la tarde observando la parte trasera de su casa que optaba por varios árboles que se hacian enormes conforme la distancia era mayor, no podia evitar el pensamiento de largarse de alli tan solo con una patada al escritorio para apartarlo y un puñetazo al cristal para huir de el horrible lugar al que llamaba "hogar". Podia hacerlo, si queria, pero le daba miedo, miedo de no saber que hacer a continuación cuando la libertad lo abrazase con fuerza. Era más fácil mantenerse alli como un pajarito asustado donde sabia que cada cosa llegaria cuando tenia que llegar, la comodidad de saber que todo pasaria como cada dia como un ciclo que no tiene principio ni fin:

—Un chico de papel —Se decia a veces, esas cuatro simples palabras lo definian a la perfección —Solo un puto chico de papel...

¿Alguien fácil de romper, el? No, pero si fácil de asustar, si sabias donde buscar, que punto tenias que pinchar en su interior para que derramase el agua acumulada en sus ojos surcados por ojeras.¿Quién sabria todos los puntos del abusón Henry Bowers? Quien si no que el mismisimo Patrick Hockstetter.

El chico de pelo negro y sonrisa hueca,el que se hacia llamar el mejor amigo de Henry Bowers a pesar de la locura encerrada en su mente podrida por sus paranoias que solo el conocia. Era una locura que jamás admitiria, valiente seria aquel que pudiese asumir que estaba fuera de sus cabales, pero al igual que el y todos los miembros del pequeño grupo que formaban su pandilla, eran cobardes, lo eran pero no esta vez.

El de pelo negro se habia mantenido en frente de la puerta de la casa de los Bowers, aún cuando el padre de este su mejor amigo los habia echado y cerrado la entrada con un portazo que por poco parte la nariz del más alto. Sus nudillos golpearon por segunda vez la puerta el " tock, tock , tock " resonó por toda la casa, hasta el rubio que ya bastante molesto estaba lo escuchó. Pudo oir los pesados pasos de los pies del adulto golpear la chirriante madera y los sonidos de los cerrojos al abrirse, volviendo a observas sus facciones torcidas a una mala cara:

—¿Puede salir Henry?—Dijo en voz algo alta, como si el otro estuviese sordo.

—Patrick creo que no me has entendido bien cuando lo dije antes— Inclinó el cuerpo hacia adelante y el nombrado se sintió pequeño— No quiere.

La puerta se cerró y enseguida sus nudillos volvieron a golpear la desvencijada madera. El contrario estaba empezaba a mosquearse , pero no podia empujarle y gritarle como hacia con su hijo —ni si quiera podria lanzarle una amenaza —asi que suspiró profundamente, llenando los pulmones de aire y se acercó al rostro de Patrick con ensemblante sonrisa, tanto, que pudo distinguir su asqueroso aliento con olor a cerveza— De mala calidad —Pensó en su momento:

—Patrick, Patrick, Patrick... —Notó el desdén de sus palabras—Eres un chico listo y no vas a hacerme volver a levantarme para abrir la puerta y decirte lo mismo,¿A que no?

Pellizcó su mejilla con algo de sobrefuerza que le provocó una mueca de dolor, el portazo acompañó la mirada perdida del joven Hockstetter en dirección a la puerta, como si pudiese ver a través de ella y como si llamase a Henry en silencio, el que giró la vista en dirección a la puerta, como si recibiese su silenciosa llamada:

—Es marica de Patrick...—Dijo para si, pero nunca pensó que lo fuese de verdad.

Ambos chicos desviaron la mirada al mismo tiempo. El de pelo negro estuvo el resto del dia abstraido en su pertubada mente, mientras el rubio estuvo secando los charcos de lágrimas que se habian formado en el escritorio consecuentes de las cataratas de sus ojos.

M E N T I R O S O S 《HENTRICK》[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora