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No fue fácil sobrellevar los gritos de su padre golpeando la puerta para que la abriese, pensó que hubiese sido mejor tirarse por una segunda vez por la ventana y dejar que el dolor hundiese su pecho hasta que la falta de aire lo matase. Pero no fue asi, un precioso chico de ojos azules y cabello moreno apareció por la puerta una hora más tarde. Transpirado y repeinado hacia atrás¿Qué era lo que llevaba puesto? Parecia un intento desastroso de ropa elegante.

Ambos chicos chocaron miradas cuando Hockstetter cerró la puerta y sacó de su bolsillo unas flores espachurradas que se asemejaban a unas rosas.

¿Era imaginación suya o parecia que el mayor le iba a pedir una cita? Casi no pudo reaccionar cuando sus labios chocaron con los suyos, pero terminó por corresponder el casto beso que se habia formado sin si quiera saberlo. Era sorprendente hasta en la forma tan desprevenida habia sucedido.

Y el cielo se nubló. Y las lágrimas del cielo cayeron con estruendo. Y ni si quiera Hockstetter pudo reprimir un suspiro al separarse de los delicados labios de Bowers:

—¿Quieres tener una c-

—Sí—Le cortó volviendose a lanzar a su boca—¿Por qué cojones habias tardado tanto en pedirmelo?

Parece que su aludida sonrisa confirmaba que su madre habia tenido  razón desde el principió.

Entonces se abrazaron. No fue como cualquier abrazo que Henry Bowers hubiese dado o tenido, era tan necesitado, que sus uñas se llegaron a clavar en su espalda, aferrandose a la cutre camisa que llevaba, casi se podria decir que el ya daba por hecho de que la relación amorosa habia comenzado, de que ese moreno alocado era de su propiedad.

Por culpa de la lluvia no pudieron salir, desgraciadamente no. Pero eso estuvo bien, porque ambos se la pasaron abrazados en la cama, disfrutando de besos y caricias que arrevataban los jadeos de ambos, como si quisieran dar el siguiente paso pero ninguno se atreviese:

—¿esta bien si lo hago?—Le murmuró.

El rubio ya sabia a que se referia, desviando la mirada con un pequeño rubor y un gruñido que le dió señal libre a prodecer unos lentos besos en el cuello de el menor, arrancando leves jadeos haciendo que sus manos se colocaran en los hombros, escuchando por parte sel moreno unas risas:

—¿Enserio puedo?

—¿Lo vas a hacer antes de que me arrepienta o no?

Un trueno camufló el gemido que salió de su boca cuando su mano apretó la entrepierna del rubio, apretando una pierna contra la otra. No queria que se detuviese pero seguia teniendo la sensación de que eso estaba mal.

Le desabrochó la camisa empujandola hacia atrás. Sus miradas se cruzaron durante unos segundos donde, el calor de las mejillas de ambos subieron inevitablemente. Por la cabeza del demente Hockstetter pasaban imagenes realmente perturbadoras de como amarraria a Bowers para que no se moviese, como lo golpearia y le insultaria, pero solo le dijo:

—Date la vuelta.

Al parecer Henry ya habia asumido que seria el pasivo por lo que no rechistó. Se diló la vuelta quedando abrazado a la almohada, sintiendo como las picaronas manos de Patrick se adentraban en su pantalón, tocando su intimidad que le provocaba gemidos y un movimiento de su cadera de lado a lado:

—Si vas a hacerlo... lubricame antes por favor.

No pudo negarse. La mirada suplicante qur le dió le recordó a los cachorros que encerraba en su nevera:

—¿Donde tienes la vaselina?—Murmuró empezando a restregarse contra el, sintiendo sus temblores.

—E-En el escritorio.

Hockstetter miró dicho mueble, levantandose para tomar lo pedido mientras un alterado Bowers de quitaba el pantalón, aturdido por lo que estaba haciendo:

—Voy a poner el pestillo.

Avisó antes de volver a la cama, separando sus piernas miró atentamente sus amarillentos boxers—Eran los que llevó el dia en el que se quedó atrapado en el árbol—Concluyó finalmente el ojiverde.

Juguetón tiró de sus boxers hacia abajo, dejandolos por sus mulos. Quemaba con la mirada los firmes glúteos de su antiguo mejor amigo, fijandose en cada detalle, en como temblaba por el miedo de Henry y en como empezó a moverse de un lado a otro pidiendo atención.

A pesar de la atención reclamada, procedió a quitar sus últimas prendas, aferrandose a sus piernas separó sus glúteos, relamiendose:

—Intenta no hacer ruido.

Le dijo antes de que su lengua atacara la única entrada del Bowers, escuchando su gemido que ahogó en la almohada que mantenia entre dus brazos. Notaba como su húmeda lengua se deslizaba arriba y abajo de su estrecho ano, pezando a notar como se intentaba colar dentro, empujando su cabeza hacia atrás con una de las manos cuando Patrick empezó a degustar su interior:

—¡P-Para!¡No h-...ah!~. ¡No hagas eso!

—¿Prefieres sentir mi polla a mi lengua, Bowers?—Preguntó mientras sacaba su lengua, besando y mordiendo sus nalgas, apoyando la mejilla en esta disfrutando de su firmeza.

Su silencio fue la respuesta, y un azote el primer aviso,de que si no respondia pronto, habría un castigo.

M E N T I R O S O S 《HENTRICK》[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora