Nabil es considerado un genio entre programadores, es exitoso en su trabajo pero su vida amorosa es triste y deprimente. Nabil es consciente de que para tener alguien en su cama debe firmar cheques constantemente, pero cuando encuentra a alguien que...
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La noche que Nabil había compartido con Theo en su departamento había sido romántica y ardiente, pero la mañana siguiente, mientras jugueteaban en el centro de videojuegos había sido simplemente mágico. Nabil estaba más embobado que nunca y Theo tenía una sonrisa permanente en el rostro. Sus empleados parecían curiosos al asunto pero desde luego nadie se atrevía a preguntar.
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Theo había llegado al punto de incluso juguetear por los pasillos con los nuevos productos de la empresa causando alboroto. Apenas una semana después de que su romance con Nabil llegase a su punto más alto con aquella "noche especial" Theo se detuvo frente a la cafetería de la empresa donde todos parecían estupefactos observando el noticiero en la enorme pantalla del comedor. Desde luego la mayoría se encontraba interesados porque la noticia hablaba de una demanda de plagio contra uno de los mejores programadores de la industria. Viendo el rostro de su amante en pantalla, Theo frunció el ceño.
-¿Qué significa esto?- preguntó a su secretario que en ese momento caminaba a su lado. El hombre observó la pantalla y se ajustó las gafas.
-Nada de importancia, descuide jefe. Demandas como estas aparecen cada cierto tiempo, entre más esperado es el nuevo juego más y más denuncias falsas aparecen. No esperaba que esta vez se hiciera público-. Theo asintió, no dudaba ni por un segundo del trabajo de Nabil.
Frunció el ceño cuando algo en la pantalla llamó aún más su atención. Había reporteros pidiendo la opinión de Nabil frente a su casa. Theo arqueó una ceja, aquel edificio no era en el que Nabil vivía... ¿qué hacia ahí?
Nabil respondió un par de preguntas y después caminó a su auto y entró. Ahí estaba el viejo Bill, un extraño sentimiento se alojó en una esquina del corazón de Theo. Una que había intentado erradicar desde el día de San Valentín, cuando había notado la extraña ropa que usaba Nabil. Era un tipo de ropa que él jamás había visto.
-Nico ¿puedes enviarme el archivo completo de Nabil?- preguntó sin quitar la vista de la pantalla. El no desconfiaba de Nabil, Nabil era un sueño, el amor que creyó no existía... pero sentía que había algo que no estaba viendo y no podía quedarse quieto.