Jimin es el más deseado, es un idol mientras que yo solo soy una chica de sociedad, conocernos jamás estuvo en mis planes, mucho menos enamorarme perdidamente de él.
*Cuidado, contiene romance pero también escenas de sexo*
NARRA RAYITA Jimin entró a la habitación cabizbajo. -¿Está todo bien cariño?- pregunté poniéndome de pie. -Si... es solo que en unos días nos iremos- me miró serio- No te quiero dejar. -Aún faltan cuatro días Jimin. -Lo sé, pero me gusta estar aquí, me gusta estar contigo, verte despertar. -Podemos seguir viéndonos, es más... yo iré a verte de vez en cuando. -Preferiría que vivieras conmigo. Él lo estaba diciendo en serio, era real, ¿de verdad estaba pasando? -¿A qué te refieres? -Porqué no te tomas unos meses de la escuela y nos acompañas en la gira? -Jimin... es mi último semestre en preparatoria, debo entrar a la universidad el siguiente verano. -Pero qué hay de la madre de Lena, es la directora de tu instituto, no? -S...si,¿pero Qué tiene que ver? -Ella podría pasarlas, ya sabes... envían tareas por internet y así puedes acompañarme- me miró tiernamente- sé que es mucho pedir y entenderé si no quieres, pero por favor piénsalo antes de tomar una decisión. -Esta bien.- dije sonriéndole
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(Oufit en Pic) Bajamos tomados de la mano y Jimin me llevó afuera, subimos al auto... -A dónde vamos? -Quiero ir por un helado- dijo poniéndose gafas de sol obscuras. Puso música a todo volumen, sonaba Mic drop de bts, comenzamos a cantas al ritmo de la música. Jimin aparcó el auto afuera de una gran tienda de helados, me puse mis gafas y Jimin abrió mi puerta.
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En cuanto entramos sentí las miradas, había un grupo de chicas sentadas en una mesa, Jimin me llevaba tomado de mi mano, caminamos hasta la barra y Jimin pidió los helados, sentía como la gente se susurraba cosas y algunos nos tomaban fotos. -Te acostumbraras- susurró Jimin en mi oído a lo que la gente nos miró aún más. Jimin me dio mi helado mientras caminábamos a una mesa. -Estas chicas de atrás no dejan de mirarte- dije sin dejar de sonreír incómoda Jimin dirigió la mirada hacia ellas, bajó sus gafas y les sonrió. *todo un don juan* -Estan celosas- dijo sonriéndome -¿de mi?- pregunté atragantándome y mirándolas Ellas no dejaban de mirarnos -Por supuesto- tomó mi mano sobre la mesa. -Estas seguro de que quieres hacerlo?- dije mirando nuestras manos entrelazadas -No quiero esconderte más _____. *Solo lo miré* -Ademas, si no hago esto en público pronto habrá rumores.- dijo sonriendo -No te preocupa lo que pueda pasar? -No realmente, son mis fans, debes aceptar que también llevo una vida privada. -Pero y los chismes? -Son solo eso, hasta que en alguna entrevista lo pregunten lo haré oficial. Al terminar el helado Jimin tomó de mi muñeca y caminamos por la calle, todos nos miraban, me sentía como una celebridad... ¿así sería a partir de ahora? Entramos a una tienda de ropa, Jimin se quitó las gafas al entrar. -Elige lo que quieras- me miró triunfante -¿Para?- respondí -Es mi regalo, quiero darte ropa, Jimin comenzó a caminar mientras tomaba algunas prendas y se las daba a la vendedora que estaba caminado a su lado. Fuimos al área de interiores, Jimin me miró los pechos y después un bra rojo de encaje sobre la estantería- me sonrojé ante su mirada Tomó un par de conjuntos y después fuimos a la caja. Mientras pagaba Jimin divisó un vestido rosa completamente de lentejuelas. -Pruébate ese- dijo mirándome y después al vestido. *Fuimos al probador, Jimin se sentó afuera en un como sillón individual*
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Debo admitir que el vestido se me veía realmente bien, con mi figura hacia destacar de forma sexy ciertas zonas. Salí temerosa. Jimin abrió los ojos como platos y se pasó la mano por la boca, se paró y se acercó a mi, miró a todos lados para asegurarse de que no hubiera nadie cerca. Me tomó por la cintura y me empujó al probador cerrando la larga y gruesa cortina, me acorraló enter la pared y sus brazos haciéndome temblar. -No tienes idea de lo sexy que estás. Mi pulso y respiración estaban acelerándose, solo cerré los ojos recargando la cabeza en la pared. Jimin me besó el cuello. Esté hombre si sabe cómo ponerme caliente- pensé. -Debemos salir de aquí- dijo con la voz ronca. -Bien, me quitaré el vestido y salgo. Jimin salió sin decir más. Cuando salí él ya había pagado la ropa, incluyendo el vestido del probador. ****** Jimin se detuvo en un hotel, se puso cubre bocas, gafas y pidió una habitación en recepción mientras yo lo miraba desde lejos. -Vamos- dijo tomándome por la cintura. Entramos en el ascensor con dos hombres de traje ya bastante grandes. Piso 2... Piso 3... Piso 4... Los hombres bajaron. En cuanto se cerraron las puertas Jimin no lo dudó y se abalanzó sobre mi haciendo erizar mi piel, me besó como si no hubiera mañana.
