5: Polvos Flu

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Siento que estoy publicando muy seguido pero no tengo amigos con los que salir ¯\_()_/¯
A quien les gusta miraculous:
EL MARICHAT SE VIENE!!!

Al domingo siguiente, la señora Weasley nos despertó a todos temprano. Después de tomar rápidamente media docena de emparedados de beicon cada uno, nos pusimos las chaquetas y la señora Weasley, cogiendo una maceta de la repisa de la chimenea de la cocina, echó un vistazo dentro.
—Ya casi no nos queda, Arthur —dijo con un suspiro—. Tenemos que comprar un poco más... ¡bueno, los huéspedes primero! ¡Después de ti, Harry, cielo!
Y le ofreció la maceta.
Harry vio que todos lo miraban.
—¿Qué... qué es lo que tengo que hacer? —tartamudeó.
—Él nunca ha viajado con polvos flu —Le explique a la señora Weasley
—Lo siento, Harry, no me acordaba-dijo Ron
—¿Nunca? —le preguntó el señor Weasley—. Pero ¿cómo llegaste al callejón Diagon el año pasado para comprar las cosas que necesitabas?
—En metro...
—¿De verdad? —inquirió interesado el señor Weasley—. ¿Había escaleras mecánicas? ¿Cómo son exactamente...?
—Ahora no, Arthur —le interrumpió la señora Weasley—. Los polvos flu son mucho más rápidos, pero la verdad es que si no los has usado nunca...
—Lo hará bien, mamá —dijo Fred—. Harry, primero míranos a nosotros.
Cogió de la maceta un pellizco de aquellos polvos brillantes, se acercó al fuego y los arrojó a las llamas.
Produciendo un estruendo atronador, las llamas se volvieron de color verde esmeralda y se hicieron más altas que Fred. Éste se metió en la chimenea, gritando: «¡Al callejón Diagon!», y desapareció.
—Tienes que pronunciarlo claramente, cielo —dijo a Harry la señora Weasley, mientras George introducía la mano en la maceta—, y ten cuidado de salir por la chimenea correcta.
—¿Qué? —preguntó Harry nervioso, al tiempo que la hoguera volvía a tronar y se tragaba a George.
—Bueno, ya sabes, hay una cantidad tremenda de chimeneas de magos entre las que escoger, pero con tal de que pronuncies claro...
—Lo hará bien, Molly, no te apures —le dijo el señor Weasley, sirviéndose también polvosflu.
—Pero, querido, si Harry se perdiera, ¿cómo se lo íbamos a explicar a sus tíos?
—A ellos les daría igual —la tranquilizó Harry—. Si yo me perdiera aspirado por una chimenea, a Dudley le parecería una broma estupenda, así que no se preocupe por eso.
—Bueno, está bien..., ve después de Arthur —dijo la señora Weasley—. Y cuando entres en el fuego, di adónde vas.
—Y mantén los codos pegados al cuerpo —le aconsejó Ron.
—Y los ojos cerrados —le dijo la señora Weasley—. El hollín...
—Oh dios el hollín sabe terrible por lo que también después cierra la boca, te lo digo por experiencia propia-dije.
—Y no te muevas —añadió Ron—. O podrías salir en una chimenea equivocada...
—Pero no te asustes y vayas a salir demasiado pronto. Espera a ver a Fred y George.
Harry cogió un pellizco de polvos flu y se acercó al fuego. Respiró hondo, arrojó los polvos a las llamas y dio unos pasos hacia delante. Abrió la boca y un montón de ceniza caliente se le metió en la boca.
—Ca-ca-llejón Diagon —dijo tosiendo. Una vez que se fue, vi a Ron preocupada.
—Estoy seguro que debe estar esperándonos-me tranquilizo él.
—¡Mi turno!-agarre un puñado de polvos flu y me acerqué al fuego.
—¡Callejón Diagon!-dije con fuerza para luego ser engullida por el fuego.

🐍

Cuando salí de la chimenea esta vez no caí al suelo, sin embargo comencé a toser incontrolablemente a causa de las cenizas. Fred y George que estaban riendo de algún chiste me ayudaron y Fred me limpio la cara que tenía llena de hollín, como típico de hermano mayor mientras yo hacía una mueca.
—¡Quítate Fred!
—Laila-dijo George, yo solo hice un mohín y dejaba que me sacara el hollín .
—¿Donde está Harry?-les pregunte, buscando a mi amigo.
—¿Que no viene ahora?-preguntó George.
—No, fue antes que yo oh diablos ¿ahora adónde se metió?
Escuche un ruido atrás mío y a alguien estornudar, me di la vuelta y vi a Ron que estaba estornudando con su nariz llena de ceniza, con un suspiro fui hasta él y le limpie la ceniza con el pulgar.
—¿Donde está Harry?
—¡Eso me gustaría saber!
Después llegaron los Weasley restantes y cuando la señora Weasley no vio a Harry por ningún lado parecía que estaba a punto de tener un ataque cardiaco.
—Oh santo dios-dijo la señora Weasley que comenzó a enrojecerse como su cabello- ¿Donde estará?

Laila Scamander y El Heredero de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora