22: Un desastroso partido de Quidditch.

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Tratare de terminar el libro este año como por Julio o septiembre porque ya quiero comenzar el prisionero de Azkaban

Cuando faltaba poco para las once, el colegio en pleno empezó a dirigirse hacia el estadio de Quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba tormenta. Esta vez decide llevar a Castiel y a James cada uno en un diferente bolsillo. Cuando Harry iba hacia los vestuarios, Ron, Hermione y yo nos acercamos corriendo a desearle buena suerte. Para después ir a buscar asientos en una buena fila, encontré a mi primo Rolf sentado con todos los Hufflepuff que cuando el equipo de Gryffindor salió al campo los recibieron con gran estruendo al igual que Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores estaban deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos.
—Hey! Hey!–dije viendo a un chico de Slytherin—¿Sabes que pasa cuando un leon pisa una serpiente? Cállate de una vez o lo vas a averiguar!
—Cálmate Lails—dijo Hermione con cariño.
La señora Hooch, que era la profesora de quidditch, hizo que Flint y Wood se dieran la mano, y los dos contrincantes aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes y apretar bastante más de lo necesario, desde mi asiento escuche como se crujían los dedos.
—Cuando toque el silbato —dijo la señora Hooch—: tres..., dos..., uno...
Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo plomizo. Harry ascendió más que ningún otro, aguzando la vista en busca de la snitch. Vi como Malfoy se le acercaba como si estuviera presumiendo su escoba. Pero en aquel preciso instante iba hacia él una bludger negra y pesada; faltó tan poco para que le golpeara, que al pasar le despeinó.
Pero George pasó a su lado como un relámpago, con el bate en la mano, listo para devolver la bludger contra Slytherin.Vi que George daba un fuerte golpe a la bludger dirigiéndola hacia Adrian Pucey, pero la bludger cambió de dirección en medio del aire y se fue directa, otra vez, contra Harry. Vi a Hermione extrañada, y ella me dio la misma mirada.
Harry descendió rápidamente para evitarla, y George logró golpearla fuerte contra Malfoy. Una vez más, la bludger viró bruscamente como si fuera un bumerán y se encaminó como una bala hacia la cabeza de Harry.
—O soy yo...o a Harry le esta persiguiendo la bludger.
Harry aumentó la velocidad y salió zumbando hacia el otro extremo del campo. Oía a la bludger silbar a su lado. ¿Qué ocurría? Las bludger nunca se enconaban de aquella manera contra un único jugador, su misión era derribar a todo el que pudieran...
Fred Weasley aguardaba en el otro extremo. Harry se agachó para que Fred golpeara la bludger con todas sus fuerzas : pero como si fuera atraída magnéticamente por Harry, la bludger volvió a perseguirlo y Harry se vio obligado a alejarse a toda velocidad. Si las cosas no se habían puesto peor justo había comenzado a llover. Los jugadores se veían borrosos y Hermione siempre preparada nos cubrió con un paraguas, mientras que Castiel y James se refugiaban en mis bolsillos por buscar calor.
—Algo no huele bien—dije viendo a la bludger loca—Y no es el emparedado de Ron.
—Oye—dijo Ron comiendo un bocado.
—Ron, te quiero. Pero enserio Ronald...huele asqueroso.
—Slytherin en cabeza por seis a cero.—dijo Lee Jordan con poco ánimo.
Estaba claro que la superioridad de las escobas de Slytherin daba sus resultados, y mientras tanto, la bludger loca hacía todo lo que podía para derribar a Harry. Fred y George se acercaban tanto a él, uno a cada lado
—Le va a partir la nariz a Harry–le dije a los chicos– Oh genial, no solo tendrá una cicatriz si no también ahora el tabique desviado, tendremos que subirle la moral.
La señora Hooch hizo sonar el silbato y Harry, Fred y George bajaron al césped, todavía tratando de evitar la bludger loca.
La señora Hooch iba hacia ellos. Detrás de ella, vi al equipo de Slytherin que lo señalaban y se burlaban.
La lluvia volvió a arreciar. Al toque de silbato de la señora Hooch, Harry dio una patada en el suelo que lo propulsó por los aires, y enseguida oyó tras él el zumbido de la bludger. Harry ascendió más y más.
—Esta hechizada—dictaminó Hermione.
Harry giraba, daba vueltas, se trasladaba en espiral, en zigzag, describiendo tirabuzones. A mi alrededor oí las risas de la multitud; dando tantos giros desde aquí parecía un idiota, pero la bludger loca pesaba mucho y no podía cambiar de dirección tan rápido como él. Inició un vuelo a lo montaña rusa por los bordes del campo, intentando vislumbrar a través de la plateada cortina de lluvia los postes de Gryffindor, donde Adrian Pucey intentaba pasar a Wood.
De nuevo la bludger le había rozado a Harry. Dio media vuelta y voló en la dirección opuesta.
—Oh por todos los unicornios— dije cuando Harry se vio obligado a hacer una ridícula floritura en el aire para evitar la bludger. Harry escapó, pero la bludger lo seguía a un metro de distancia.  Draco se le acercó y se quedaron suspendidos un par de segundos frente a frente cuando de repente...
¡PLAM!
—¡Oh Maldicion!—dijo Ron viendo por sus binoculares, se los arranque y vi la escena un poco borrosa . La bludger lo alcanzó por fin, le golpeó en el codo. Débil, aturdido por el punzante dolor del brazo, desmontó a medias de la escoba empapada por la lluvia, manteniendo una rodilla todavía doblada sobre ella y su brazo derecho colgando inerte. La bludger volvió para atacarle de nuevo, y esta vez se dirigía directa a su cara. Harry cambió bruscamente de dirección, no podía leerle la mente, no a esta distancia.
Ofuscado por la lluvia y el dolor, se dirigió hacia aquella cara de expresión desdeñosa, y vio que Malfoy abría los ojos aterrorizado: pensaba que Harry lo estaba atacando.
Harry se soltó finalmente de la escoba e hizo un esfuerzo para coger algo;  sólo se sujetaba a la escoba con las piernas, y la multitud, profirió gritos cuando Harry empezó a caer, intentando no perder el conocimiento.
Con un golpe seco chocó contra el barro y salió rodando, ya sin la escoba. Inmediatamente mi mano que era un puño lo llevé a mi boca y lo mordí mientras Hermione profería un grito y Ron abría los ojos desmesuradamente. El brazo le colgaba en un ángulo muy extraño.Todos proferían silbidos y gritos, sin embargo fui la primera en salir de mi asiento seguida de Hermione y Ron. Corrí lo más rápido que pude, increíblemente sin caerme por el barro y me deslicé al lado de Harry.
—Hey, hey amigo–dije ganándome su atención mientras que Ron y Hermione corrían detrás mío.—Lo hiciste bien, lo hiciste muy bien, pedazo de idiota—suspire—Estás loco Potter, casi me das un infarto.
Miró la snitch que tenía en su mano buena.
—Ajá —dijo sin fuerzas —, hemos ganado.
Y se desmayó.
Poco a poco todos comenzaron a llegar, en realidad todo Gryffindor, los jugadores aterrizaron en el suelo mientras se mezclaban con la multitud que estaba alrededor de Harry. Pero oh, lo peor fue cuando llego Lockhart, que tomo su varita, si ahora no estaba tan preocupada por la vida de Harry, ahora sí que lo estaba , por lo que me incline un poco más hacia él, de una manera que dijera "no lo toques, no lo dejes peor de lo que ya está".
—¡Oh, no, usted no!—gimió Harry abriendo los ojos.
—No sabe lo que dice —explicó Lockhart en voz alta a la expectante multitud de Gryffindor que se agolpaba alrededor—. Que nadie se preocupe: voy a inmovilizarle el brazo.
—¡No! —dijo Harry—, me gusta como está, gracias. Uh Laila...
Intentó sentarse, pero el dolor era terrible. Oyó cerca un «¡clic!» que le resultó familiar.
—No quiero que hagas fotos, Colin —dijo alzando la voz, me di la vuelta y le di una mirada que le hizo retroceder un poco.
—Vuelve a tenderte, Harry —dijo Lockhart, tranquilizador—. No es más que un sencillo hechizo que he empleado incontables veces.
—¿Por qué no me envían a la enfermería? —masculló Harry.
—Así debería hacerse, profesor —dijo Wood, lleno de barro y sin poder evitar sonreír aunque su buscador estuviera herido—. Fabulosa jugada, Harry, realmente espectacular, la mejor que hayas hecho nunca, yo diría...
—¡CÁLLATE WOOD!—le grite, una chica de 12 gritándole a un chico de 16 años considerando que soy mucho más pequeña que él, y de todas formas cerró la boca.
Por entre la selva de piernas que nos rodeaba, Harry vio a Fred y George Weasley forcejeando para meter la bludger loca en una caja. Todavía se resistía.
—Apartaos —dijo Lockhart, arremangándose su túnica verde jade.
—No... ¡no! —dijo Harry débilmente, pero Lockhart estaba revoleando su varita, y un instante después la apuntó hacia el brazo de Harry
Había cerrado los ojos y vuelto la cara hacia el otro lado, pero vio confirmarse sus más oscuros temores cuando la gente que había alrededor ahogó un grito y Colin Creevey empezó a sacar fotos como loco.
—¡Por Merlín!—dije al verle el brazo.— ¡Colín sal de aquí!
—¡Ah! —dijo Lockhart—. Sí, bueno, algunas veces ocurre esto. Pero el caso es que los huesos ya no están rotos. Eso es lo que importa.
—¿Lo que importa?—dije con sarcasmo.
—...Así que, Harry, ahora debes ir a la enfermería. Ah, señor Weasley, señorita Granger, ¿pueden ayudarle? La señora Pomfrey podrá..., esto..., arreglarlo un poco.
Lo vi sin poder creerlo y pensé seriamente en lo fácil que sería poner un escarbado en ese pelo perfecto.
No —Uh...Harry, cariño—dije con la voz más calmante que pude— Se un cobarde y no mires tu brazo.
Pero armándose de valor, miró hacia su lado derecho. Lo que vio casi le hace volver a desmayarse.
Por el extremo de la manga de la túnica asomaba lo que parecía un grueso guante de goma de color carne. Intentó mover los dedos. No le respondieron.
Lockhart no le había recompuesto los huesos: Harry se dio cuenta por fin que Lockhart se los había quitado.
Simplemente genial.

Haila Shippers: ¡Defiende a tu hombre!
Laila es tan adorable, es como la mamá del grupo.

Laila Scamander y El Heredero de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora