Maratón 3-Scorpius

781 55 4
                                    

Me despido de Albus, que sigue ensimismado, y empieza la música de violín.

Bailo junto a Rose, con la que bromeo mientras intento seguir el ritmo de la música. Escucho cómo ríe, disfruto de ese hermoso sonido salir de su garganta y veo como cada vez me dirige más sonrisas. 

Tras un minuto, se van uniendo profesores y parejas de alumnos, hasta que todos aquellos que tienen pareja acaban bailando al ritmo de la música.

-Esto es un rollo-susurra Rose con su cabeza en mi hombro- Podrían poner algo de buena música, como Green Day.

Entonces vuelve a reír ante mi expresión desconcertada. 

-Da igual-continúa- el caso es que podríamos coger a Al y largarnos.

Entonces acaba la canción y dirijo la vista hasta la mesa en la que hemos dejado a mi mejor amigo. 

Sigue mirando a la nada cuando anuncian que el grupo es de Hogwarts.

Entonces, cuando empiezan a sonar las primeras notas, alguien ,me coge de la mano.

-Espera-me suplica Rose- me encanta esta canción.

Le dedico una sonrisa y nos quedamos al principio.

Cuando su primo Fred empieza a hablar, grita y le siguen muchas otras voces, hasta que se convierten en una sola.

Veo como deja atrás el ceño fruncido que ha mantenido hasta que me llegó el avioncito de papel y se convierte en una sonrisa, la más perfecta que he visto en la vida.

En cuanto se acaba la canción, poco a poco nos hacemos paso entre la gente y llegamos hasta la mesa de Al.

Más bien en la mesa en la que estaba Al.

Le cojo de la mano y le dirijo hasta la entrada de la escuela, desde donde aún se escuchan los gritos y la música.

Entonces, como si nada, me abraza. 

La rodeo con mis brazos, y durante unos minutos sigo así, hasta que empiezo a notar sus temblores y mi camisa húmeda.

Me separo de ella y le cojo de los hombros. Se tapa la cara con las manos, aunque veo como unas gotas oscuras, seguramente por el maquillaje, bajan por su cuello, siguen en la clavícula y se absorven al llegar al vestido negro.

La llevo un poco más apartada de la entrada y vuelvo a estrecharla entre mis brazos, después ella apoya sus manos en mis hombros y entierra su cara en mi cuello.

Cuando se calma un poco, le cojo de la barbilla, me separo de ella y le obligo a mirarme.

-Rose. Por favor... No llores-vuelve a sollozar- Al menos dime qué te pasa...

No me contesta. Solo emite un extraño sonido y una lágrima le cruza la mejilla. La seco con el pulgar cuando llega a su barbilla.

Entonces ya no puedo más. Le cojo de la muñeca, suavemente y poco a poco la voy arrastrando hasta el campo de Quidditch.

Le hago subir a las gradas, justo en el lugar en que pasamos la primera noche de curso, me siento a su izquierda.

Veo como sus hombros suben y bajan, a compás de su respiración entrecortada.

-Rose...-le pongo un mechón de pelo tras la oreja- ¿Qué te pasa?-le susurro al oído.

-Albus. Y Louis. Y James, y Roxanne y Dylan y Ángel y Fred y Hugo y Lucy y Molly. Y tú. Todo junto forma un gran apocalípsis en mi mente, una gran... telenovela, que hace que mi mente explote y me deprima más y más. Todo una gran... Agh-grita.

-Rose... No te ofendas pero no entiendo nada.

-Todo. Todo es un lío. Y todos se desahogan con Rose. Y Rosie se traga todo lo suyo. ''Es que Rose, me gusta Dylan, pero no se si yo a él'' ''Es que Rose, me gusta Roxanne'' ''Es que hermanita...''Es que Rose...'' Y lo peor son Louis y Albus-dice sin parar, cabreada- "Rose, es que no quiero que Scorpius pase tanto tiempo con Louis porque creo que le gusta y solo puede ser mío y..." "Es que Rosie, Albus no me habla y yo sufro por dentro porque le gusta Dylan y..." Y yo no puedo más-vuelve a enterrar la cara en las manos. 

Vuelve a agitarse y a hacer sonidos extraños. Paso un brazo por sus hombros y le hgo apoyar su cabeza en mi hombro. 

-Rose-le pregunto sonriente, más porque ella lo necesita que por mí. Verla así me mata. Pero ya llevo muerto bastante tiempo. Muero cada día, cuando algún listo hace algún chiste de mal gusto sobre ella. Muero cuando no puedo abrazarla cada vez que se siente mal. Muero cada vez que no puedo ser aquel que le besa por la mañana nada más verla y por la noche en la puerta de Gryffindor. Muero cada vez que le veo llorar- ¿No estoy yo aquí? Yo puedo ser tu hombro.

Levanta un poco la cara para mirarme y luego la vuelve a bajar, dándose con mi hombro y profiriendo un gritito. 

-Auch-se queja sentándose sobre sus pies y tocándose la frente- No lo sé, Scorpius Hyperion Malfoy.

-Rosebud Jane Weasley. Cuéntame.

-No me llames Rosebud-susurra con una pequeña sonrisita- No sé. Sobretodo lo de... no saber qué voy atener que hacer. Me pone muy nerviosa no poder preparar la prueba. Y que en la única opción que tengo los tres participantes murieron. Y Lily. Sobretodo Lily-dice bufando-. Intenta... hacer que nos separemos. Al, tú y yo. Antes no era así. Antes nos llevábamos muy bien... Y ahora me odia. Y no sé por qué. Y luego está tu hermana, que intenta que todo se rompa y...-suspira- No sé, Scor. 

Entonces vuelve a enterrar la cara entre las manos y tras un minuto eterno vuelve a llorar. 

-No...-susurro. En ese instante vuelvo a morir- ¡Rose! No llores.

Le cojo de las manos y se las aparto de la cara.  

Y hasta entonces no me doy realmente cuenta de lo preciosa que es. No por fuera. De lo dentro que se guarda las cosas, de cómo lo entirerra bajo lo de los demás. 

Le giro la cara, haciendo que me mire, y hago lo primero que se me pasa. 

Noto como se ablanda poco a poco después de la rigidez con la que ha aceptado el principio, como, poco a poco, empieza a seguir. 

Se separa poco a poco, sorprendida por el hecho de que le haya besado.

Abro un poco la boca, para decir algo, cualquier cosa, pero antes de que lo haga, me coge del cuello de la camisa y me acerca hacia ella. Pasa sus brazos por detrás de mi cuello mientras me besa. Le pongo una mano en la mejilla y la otra en la espalda.

Y aún no me lo creo. Pienso que en cualquier momento va a separarse de mí, a convertirs en otra persona y a soltarme que todo es una broma. Que no puedo ni siquiera soñar con ella, es demasiado para mí.

Nos separamos y al segundo una carta cae en mi regazo. Rose la coge, sonriente, pero poco a poco esa sonrisa se le va yendo.

Entonces me tiende la carta en la que solo hay dos frases.

Después de leerla no me dice nada, solo me abraza.

Enfermedad terminal.

Charlie va a morir.

The New Golden Trio _PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora