-Hey! ¿Estas bien?- Preguntó Justin sentándose frente a mi con su bandeja llena de comida.
-¿Porque lo preguntas?- Respondí mientras jugaba con mi ensalada.
-Bueno, te noto mas callada de lo normal... osea eres callada pero, no has dicho absolutamente nada desde la clase de historia- Dijo con un poco de preocupación.
Levante mi mirada para observarlo detenidamente, Justin de verdad se estaba esforzando por querer ser mi amigo, lo se ya que la mayoría de personas que se acercan a mi por cinco minutos se van porque se aburren de mi tipo de persona. Me cae muy bien y no me costaba nada ser un poco mas abierta con el.
-¿Alguna vez te ha pasado que conoces a alguien y esperas mucho de esa persona pero termina decepcionándote inmediatamente?- Pregunte con la mirada perdida en alguna hoja de lechuga.
-Solo una vez, y fue con mi padrastro, un poco personal- Dijo con una sonrisa tímida. -Pero no entiendo que tiene que ver eso con tu estado de animo- Dijo con el ceño fruncido, le di una de las sonrisas mas falsas del mundo, como si estuviera orgullosa de ello.
-Es que... parece que cada persona que entra a mi vida, solo lo hace para lastimarme- Dije viendo a Camila a lo lejos abrazada a Austin mientras todos en la mesa reían.
-Yo... ¿t-te he lastimado? Porque juro que no fue mi intención- Dijo rápidamente con los ojos muy abiertos.
-No tranquilo, en realidad tu eres buena persona y en verdad espero que mi opinion acerca de ti nunca cambie- Dije volviendo a mi ensalada.
-Entonces hare lo posible para que no pase- Dijo con una sonrisa tierna haciéndome reír un poco.
••••••••••••••••••••••••••••
Estaba dejando los libros que no llevaría a casa en mi casillero, cuando de repente siento un liquido muy helado chocar con mi cabeza y bajar por todo mi cuerpo rápidamente, escuchando carcajadas de todos en el pasillo.
Me doy media vuelta para ver al causante de mi baño en batido de frutas, y es el cara de culo.
-Oye rarita- Dijo carcajeándose mientras yo solo lo miraba sin expresión alguna. -Tal vez así aprendes a no meterte conmigo- Dijo riéndose aun mas, podia ver a Camila al final del pasillo riéndose también, algo que la verdad ni me importó.
Le dedique una sonrisa torcida al pendejo que tenia enfrente y lentamente lleve mis manos al borde de mi suerte para sacármelo con la misma velocidad. Todas las chicas miraban con excitación mis abdominales bien marcados y todos los chicos observaban mi busto mientras yo con toda la paciencia del mundo quitaba lo mas que podia los restos de batido de mi cara y cabello, luego tire el suéter al suelo, haciendo todo esto sin quitar ni un segundo mi mirada sobre Austin.
-¿Sabes Austin? Me da mucha pena que tu cerebro sea del tamaño de tu pene, ya que si lo hubieses pensado mejor..... no te hubieses metido con un cinturón negro en jiu-jitsu- Dije con una sonrisa malévola escuchándolo tragar duro.
-Q-Que?- Susurro.
Estrelle mi puño contra su estomago fuertemente, haciendo que se inclinara para tomárselo con ambas manos por el dolor, aprovechando la oportunidad tome su cabeza con ambas manos y le di un rodillazo en su nariz, logrando que se hiciera para atrás sujetándola llena de sangre para terminar con una patada en sus partes haciendo que finalmente cayera al suelo... conte 10 segundos...
10 segundos fue lo que me tomo dejarlo en el suelo.
-Bueno, ahora si no dejaras crías- Dije con una sonrisa mientras todos se partían de la risa.
Cerré mi casillero fuertemente y me dirigí hacia la salida pasando a un lado de Camila sin verla ni un segundo.
-Señorita Lauren, ¿Que le ha pasado?- Dijo mi chofer totalmente preocupado por mi estado, bañada en un liquido rosa.
-Estoy bien Don Juan, llévame a casa solo quiero dormir- Dije tomando la toalla que me ofrecía.
-Bueno seria mejor darse una ducha antes, hizo lo que le enseñé ¿verdad?- Dijo con una sonrisa de orgullo.
-Por supuesto, ¿tu que crees?, ocho años de entrenamiento no se pueden ir a la basura fácilmente- Dije con una pequeña risa.
-Esta bien, pero lamento informarle que su padre la necesita en la empresa, tiene una reunion de inversiones esta tarde- Dijo con un poco de pena.
-Demonios, tengo hambre. Bien, pasaremos por casa y compraremos algo en el camino rápidamente, ¿de acuerdo?-
Un asentimiento de cabeza y me subí al auto, ya no tenia rastros de aquel liquido pero si estaba muy pegajosa.
-Por cierto, ¿quien es el que necesita de mi esta tarde?- Dije con curiosidad, siempre necesito saber con quien voy a tratar en mis reuniones.
-Con el señor Daniel Flamcourt, francés, treinta y siete años, casado y con dos hijos, una niña y un niño. Su empresa Saint-Gobain, materiales de construcción, la mejor de Francia.
-¿Me pasas las carpetas y mi laptop? Por favor- Dije con una sonrisa.
-Aquí tiene señorita.
——————————
Lo que se viene esta bien bueno, lo juro 😏💡
