Le estiró su mano derecha.
— Scarlett —aceptó.
Cuando retiró su mano Jhon, notó que tenía una cicatriz que empezaba desde sus nudillos hasta su muñeca, parecía la consecuencia de un corte profundo.
– Aquí tienes –era Evan, con sus tragos en sus manos –¿Quién es él?
Jhon le mostró una divertida sonirsa, llena de picardía. Parecía de las personas que todo lo que les venía encima, se lo tomaban con calma y a la ligera.
Se inclinó con exageración, y se fue casi bailando al compás de la canción.
– ¿Ok? No haré preguntas –Evan le ofreció su trago. Ella le dio un sorbo y el sabor dulzón del jugo de arándanos se impregnó en sus labios, humedeciéndolos.
– Vodka –siempre reconocía el placer que le brindaba éste –Gracias.
– De nada –se complació al ver la cara de su amiga con más tranquilidad. Sabía que todo este enredo con su padre le costaba mucho trabajo. Podía sentir como sus nervios aumentaron al cien por ciento al ver ésta casa. No podía creer que después de todo, su padre haya querido compartir algunos días con ella y su nueva familia.
Se sentía un poco incómodo al ser el colado de la invitación de su mejor amiga, pero le tranquilizaba saber, que Scarlett lo necesitaba ahí, y claramente, él siempre estará para ella en cualquier momento. No importaba que tan estúpidas fueran sus deciciones, él siempre estará a su lado, protegiéndola de cualquier mal. Sentía la necesidad ello. No podía imaginarse una dimensión en la cuál ella no estuviese. A veces sentía que él la necesitaba más, que ella a él.
Scarlett se término su trago más rápido de lo normal, era obvio que sí lo había necesitado. Pero no quería que la velada se la pasara mareada y con intensas ganas de vomitar. Así que, le entendió su mano y la invitó a bailar, para entretenerla un rato. Además, sentirla entre sus brazos completaba su vida.
Ella aceptó, feliz. Tomó la mano de Evan y se mezclaron entre los sonidos que provocaban cada paso al dejarlo caer con gallardía de la gente.
Llegaron a la mitad del salón y se pararon frente a frente, tomándose de la mano con delicadeza y dejando caer su mano en la cintura de Scarlett.
Los ojos de Evan simpre la tranquilizaban. Podría comenzar a destruirse el mundo en esos instantes a su al rededor, pero estaría en profunda calma al verse en el reflejo de esos ojos marrones.
Siempre agradecía el alma que le tocó conocer y con mucha suerte, compartía su vida.
Las melodías comenzaron a bailar en sus interiores, dejándose llevar por ellas. Suaves y divertidas.
Después de un rato, sintió como una mano la tomó del hombro. Scarlett se giró, sin soltar la mano de Evan, una mujer con una blanca sonrisa y vestido entallado apareció en su campo de visión. Ella se acercó y la abrazó, ahogándola con su exceso de perfume frutal.
»¿Ok?«
– No sabes la alegría que me da conocerte Scarlett –sus risos rebotaron al alejarse de ella sin soltar su hombros –. Eres una mujer increíblemente hermosa, no me esperaba menos.– Parecía radiante con sus largas pestañas y sus labios perfectamente delineados con tinta roja.
– ¿La conozco? –Scarlett estaba segura que nunca había visto a ésta mujer en su vida.
– Ay que tonta soy –unas risitas delicadas y armoniosas salieron de su boca –. Me llamo Auri, soy la esposa de William.
Scarlett se quedó sin habla, no sabía que decir. La pareja de su padre estaba frente a ella, con una perfecta sonrisa.
– Tu padre me ha contado tantas cosas de ti. Ya quiero conocerte mucho más –bajó su mirada a las manos entrelazadas de los jóvenes –. Y él debe ser tu novio.
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Anagrama
Teen FictionLas miradas de todos estaban atestadas de recuerdos e historias completamente diferentes. Los hacía estremecer y desear con todas sus ganas escapar de una buena vez. ¿Alguna vez te has sentido tan oprimido hasta en tu propio cuerpo que solo quieres...