Razón de odio #7 (2/2)

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Habían llegado a la casa del mayor hace unos momentos y para la tristeza de Jimin, tuvieron que soltarse de las manos, ni modo que estuviesen así por siempre.

La madre de Yoongi estuvo encantada con la idea de que Jimin se quedara a cenar. Justo había ido a comprar algunos ingredientes que faltaban para cocinar uno de sus mejores platos, pasta.

Ahora ambos estaban sentados en el sofá, en un silencio incómodo.

Yoongi estaba preguntándose qué era lo que le estaba pasando y por qué le afectaba tanto la presencia de Jimin. Mientras que éste no sabía si decir algo sobre lo que había ocurrido o quedarse callado.

Un minuto, dos minutos, tres minutos.

Jimin ya había reunido el valor necesario para hablar sobre lo ocurrido a su mayor cuando el timbre resonó por toda la casa.

Yoongi se puso de pie a mala gana y fue a abrir la puerta, para encontrar a nada más y nada menos que a Rosé.

—¡Oppa!

—No soy tu Oppa, Rosé. ¿Qué haces aquí?—la miró confundido. La chica había estado persiguiéndolo por un tiempo, por más de que el había intentado evadirla en todo momento, la chica se empeñaba en seguirlo y no dejarlo en paz.

—¡Te traje los apuntes de Química!—exclamó sonriente, mostrando el fólder que traía en manos.

—¿Para qué o qué? No he faltado a clases.

—Ah~, lo sé, pero vi que te habías quedado dormido en clase y no copiaste, ¡así que aquí están!—Yoongi se preguntó qué tan loca estaba la chica como para verlo mientras dormía, ¿acaso era interesante verlo dormir? No hacía más que cerrar los ojos y listo.

—Supongo que gracias por eso.—dijo mientras tomaba en manos el fólder.

—Yoongi, me preguntaba si...

—Bueno, mi madre me necesita dentro, nos vemos en clase, Rosé.—la cortó antes de que terminara, dejándola con la palabra en la boca y cerrando la puerta.

Eso sí que había estado cerca.

Cuando regresó a la sala, Jimin estaba sentado en el mismo lugar donde lo dejó, solo que ahora tenía la mirada perdida en algún lugar del suelo.

—Jimin, ¿qué miras?—preguntó, haciendo sobresaltar al menor; quien rápidamente pasó sus manos por sus ojos, sobándolos.

—Nada...¿me prestas tu cuarto de baño, hyung?—la pregunta tomó por desprevenido a Yoongi, que solo atinó a asentir y señalar la última puerta del pasillo.

Qué raro, ¿por qué estará así?






🌷

Después de que Jimin volviera del baño, la madre de Yoongi también había llegado y todos se habían puesto manos a la obra, pues Jimin se ofreció a ayudar a la mujer y Yoongi no tuvo otra opción que hacer lo mismo.

Pero él había notado algo distinto en Jimin, aunque no supo descifrar cuál era la razón de aquel repentino cambio.

Esta vez cocinar no fue tan divertido como la última vez, pues Jimin evadía por completo al mayor, ni siquiera lo miraba cuando tenía que hablarle y eso empezaba a molestar a Yoongi.

10 razones para odiar a Park Jimin » Yoonmin [#1].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora