Razón de odio #7 (1/2)

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Jimin no había demorado mucho en salir, se había despedido de unos cuantos chicos y chicas y luego se había dirigido con Yoongi.

Hacía frío afuera y ambos caminaban en dirección a la casa del mayor. Sin embargo, Jimin solo traía puesta ropa ligera, no la adecuada para un día frío como éste lo era.

Cuando Yoongi lo vio tiritando, chasqueó la lengua y frenó de repente, logrando que Jimin hiciera lo mismo.

Sin decir palabra alguna, se quitó la casaca que traía puesta y se la tendió a Jimin sin mirarlo a los ojos.

Esperó unos segundos a que la tomara, pero al no ver reacción por parte del otro, elevó la mirada para encontrarse con un Jimin mirándolo confundido.

—Te enfermarás, póntelo.—sacudió nuevamente la casaca frente a los ojos de Jimin, quien seguía estático en su lugar.

—Pero es tuya...

—Te la estoy dando, vamos niño, solo póntela.—Jimin negó con su cabeza, rehusándose a usar la casaca.

—No quiero que te enfermes por mi culpa, de verdad...—dejó de hablar cuando sintió un peso en sus hombros. Yoongi había avanzado hacia su lugar, poniendo su casaca sobre los hombros de Jimin, cubriéndolo del frío.

Se alejó de Jimin para seguir caminando con la mirada en el suelo, esperando que el menor lo siguiera.

Se sorprendió cuando sintió como alguien lo jalaba del brazo y volteó para encontrarse con un Jimin sonrojado por el frío.

—¡Hyung, tengo guantes en mi mochila!—exclamó de repente, mientras buscaba dentro de la misma y sacaba un guante negro.

Yoongi lo miraba extrañado, ¿qué tenía que ver él con sus guantes?

—¡Ah~, no encuentro el otro!—bufó, continuando su búsqueda.

—Entonces ponte el que tienes, ¿por qué tanto escándalo?

—¡Yo no los iba a usar, son para ti, hyung! Tú me has dado tu casaca, quería darte mis guantes.—Yoongi sintió que a pesar de lo helado que podía estar el ambiente, las palabras de Jimin le habían transmitido una calidez que llegó directo hacia su corazón.

—No importa, quédatelos tú.—trató de convencerlo. Jimin lo miró con un puchero, para luego formar una sonrisa en su rostro.

Rápidamente se puso el guante en la mano derecha y extendió esta hacia Yoongi.

—Dame tu mano, Yoongi hyung.

—¿Q-qué? ¿Para qué?

—Pues, creo que dejé el otro en mi casa, pero no quiero que tengas frío, así que si yo me pongo el guante que tengo y te doy la mano ¡ya no tendrás frío!—le regaló una de sus mejores sonrisas, mientras batía su mano derecha con el guante puesto frente a el mayor, que había adquirido dos tonos más pálido de lo normal y que no sabía cómo reaccionar ante esa petición.

¿Acaso era el único que estaba pensando en cómo había sonado aquella oración?

Jimin parecía muy entusiasmado con la idea de tomar su mano. Y Yoongi pensó que no hacía falta que le diera sus guantes, pues no hacía tanto frío como para que los usase. Sin embargo, sabía que si rechazaba a Jimin, lo más probable sería que él se ponga triste por eso.

No quería que Jimin estuviese triste.

Inseguro, acercó su mano izquierda lentamente a la de Jimin. Este no tardó mucho en unir ambas manos, haciendo que una nueva sensación se apoderara de Yoongi.

Las manos de Jimin eran pequeñas, pero parecían ser del tamaño perfecto como para amoldarse a las suyas.

Incluso si no lograba a cubrir la mano de Yoongi por completo, no había necesidad de guantes para que se sintiese cálido, el simple roce que le brindaba el menor era más que suficiente.

Yoongi fue el que comenzó a caminar de nuevo, pero ahora con ambas manos juntas. Él no lo notó, pero Jimin había dejado de estar rojo por el frío a pasar a estar sonrojado al ver cómo el chico del que había estado enamorado desde hace ya un tiempo, había accedido a unir sus manos para caminar.

Jimin no podía estar más feliz ante aquel acto y realmente deseaba que aquel momento no terminase nunca.




















Espero que les haya gustado leer el capítulo tanto como a mí me gustó escribirlo💙.

10 razones para odiar a Park Jimin » Yoonmin [#1].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora