Razón de odio #5 (2/2)

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Cuando se dio cuenta de que había pasado los últimos minutos replanteándose su existencia en este mundo, recordó del chico que estaba en su cocina, esperándolo.

Rápidamente se puso de pie y bajo las escaleras para dirigirse a la cocina.

Cundo llegó ahí, vio lo que Jimin estaba haciendo en ese momento y sonrió un poco.

El menor estaba dando pequeños saltos para alcanzar la harina que se encontraba en la repisa de arriba.

Yoongi no era el chico más alto de todos, pero lo era más que Jimin. Así que en eso fue lo único que pensó cuando decidió anotar otra razón para escribir en su bloc.

5.—Sus piernas son tan pequeñas, ¿él realmente puede bailar con ellas y no romperse?

—Déjame ayudarte.—habló Yoongi sin previo aviso. Jimin al oírlo se asustó, ocasionando que tambaleara un poco; casi cayéndose al suelo.

Y seguramente eso hubiera ocurrido de no ser por la rápida reacción de Yoongi, quien dio unos pasos más y atrapó al chico en sus brazos.

Para cuando él se dio cuenta de cómo se encontraban, quizá había sido demasiado tarde.

Las manos de Yoongi se encontraban alrededor de la pequeña pero perfecta cintura del menor, sosteniéndolo con fuerza.

Yoongi realmente no quería, pero se encontró a sí mismo pensando en lo bien que se sentía tener a Jimin en sus brazos.

Ambos chicos se miraban fijamente. El menor tenía las mejillas sonrosadas y su flequillo en su frente, dándole un aspecto aún más adorable.

El sonido de una puerta abriéndose fue el que los trajo de nuevo a la realidad, haciendo que ambos retrocedan.

—Chicos, creo que conseguí...¿todo bien?—la señora Min traía bolsas en ambas manos y los miraba confundida.

Jimin parecía demasiado avergonzado como para formular alguna respuesta coherente, por lo que fue Yoongi quien habló.

—Sí, mamá.

—Haré como que te creo.—su voz aún sonaba curiosa, nadie podía negar la enorme tensión que se había creado.—Bien, ¿empezamos?

Todos se pusieron manos a la obra, aunque Jimin estaba algo cohibido al inicio, fue soltándose poco a poco mientras avanzaban con el pastel.

Incluso Yoongi estaba teniendo un poco de diversión. Él podía reconocer que su madre era una mujer jovial, alegre y divertida cuando se lo proponía.

Esa era una posible explicación para decir por qué ella y Jimin ahora jugaban con la harina. Él no jugaba de esa manera desde que tenía 5 años y probablemente no lo hubiera hecho hasta que fuese a morir, de no ser porque en un abrir y cerrar de ojos sintió su rostro siendo embarrado por harina.

—¡Vamos, hijo, no te quedes allí!—mencionó su madre, quien era la que le había lanzado la harían en su rostro.

Yoongi se preguntó qué clase de madre tenía que se ponía a jugar con él como si fuese una niña de 5 años.

Intentó evadir la voz en su cabeza que le decía que no se mueva o empiece a jugar con ellos, pero le fue imposible no hacerlo cuando su madre había levantado otra mano para lanzarle más harina.

Ahora la cocina era un completo caos, había harina por todos lados y las risas podían escucharse hasta la siguiente cuadra.

La madre de Yoongi sonreía tan grande que podría decirse que le llegarían a doler las mejillas de tanto hacerlo, porque después de mucho tiempo, veía a su hijo feliz. Ella sabía que era por Jimin, incluso si Yoongi aún no lo había aceptado aún.

Así que sin que ellos se dieran cuenta, sacó su celular y abrió la cámara.

Un click y había capturado el momento preciso cuando su hijo sonreía por haber embarrado la cara de Jimin y por ver su cabello naranja lleno de harina.

Cuando había decidido ponerle fin a ese momento de diversión, puso el pastel en el horno y empezaron a limpiar el desastre.

Faltaba mucho para que estuviera el pastel, así que la mujer les avisó que iba a tomar un baño antes de comer el pastel.

Ambos chicos se encargaron de quitar algunos restos de masa que había caído por la encimera.

Yoongi ya había terminado de ordenar cuando la voz de Jimin hizo que reaccionara.

—Yoongi hyung~—dejó el trapo que estaba usando y dirigió su mirada hacia el menor.

—¿Si?

—Y-yo...quería invitarlo a algo.—Yoongi se sorprendió por eso y lo miró confundido.—Mañana hay una presentación en la academia donde bailo, a-algo así como un pequeño concurso que siempre hacen todos los años. Seguro has ido antes por Taehyung, p-pero de todos modos quería invitarlo, significaría mucho para mí que fuera...aunque no hay problema si no va, lo entenderé; seguro tiene...

—Iré.

A Jimin le tomó algunos segundos reaccionar a lo que su mayor había dicho.

—Oh, lo sabía. Perdón por haberte molestado, otro día será...espera, ¿dijiste que irás?

Yoongi quiso rodar los ojos porque odiaba repetir lo que decía más de una vez, sin embargo decidió que podía hacer una excepción por Jimin.

—Sí, iré. Ya sé dónde es, así que solo debes decirme la hora.

La sonrisa que Jimin tenía en ese momento podía haber iluminado hasta el lugar más oscuro del planeta.

Yoongi pensó que no se arrepentiría de su decisión.
















#557 en Historia Corta, basta, lxs amo.

10 razones para odiar a Park Jimin » Yoonmin [#1].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora