Yoongi tenía dos opciones ahora mismo. Podía tranquilamente quitarse a Jimin de encima y hacer como que nada hubiera pasado.
Pero también tenía la otra opción, una más tentadora y completamente absurda, para Yoongi, claro.
Esta era quedarse así por un rato, hasta que Jimin reaccionara del aparente trance en el que estaba o hasta que algún ente de fuerza superior los separara.
Dejó de pensar en todo cuando se detuvo tan solo unos segundos en observar el rostro de Jimin a muy poca distancia del suyo.
El rubor que tenía el otro no hacía nada más que hacerlo ver aún más adorable de lo que era, podía sentir la respiración entrecortada del menor desde donde estaba.
Jimin se había quedado estático en su lugar, no había sido su intención caer encima de Yoongi, pero no podía negar que estar así de cerca al mayor era algo agradable.
Quizá fue el hecho de estar nervioso por estar en una situación así, lo que lo impulsó a pasar su lengua sobre su labio inferior.
Ese simple acto hizo que el cerebro de Yoongi maquinara más de dos mil teorías sobre los labios de Jimin.
Decidió que podía tener otra razón para anotar en su bloc.
8.—Sus labios, demonios ¿puede alguien tener los labios así de carnosos y ser considerado legal?
Bastaban unos centímetros para que la distancia que había entre ellos fuera nula, tan solo debía de acercarse un poco para que pudiera quitarse la duda que tenía en su cabeza de cuál podría ser el sabor de aquellos labios.
Los pensamientos de Jimin no iban muy lejos de los de Yoongi y no estaba pensando en las consecuencias de sus actos cuando decidió acortar el espacio entre ellos.
Si antes Yoongi estaba sorprendido, ahora era mucho peor.
Los labios de Jimin eran tan suaves, tan suaves que podían curar de cualquier mal a diferentes personas con un simple roce.
Sus labios se movían con parsimonia sobre los suyos, dándole calidez mientras lo besaba.
Con suma delicadeza, posó sus manos en las mejillas del menor, sosteniendo su cabeza mientras correspondía el beso.
Jimin se sostenía con ambas manos sobre el suelo, tratando de no poner todo su peso sobre Yoongi.
El mayor se percató de eso, por lo que con cuidado y sin romper el beso se fue sentando, haciendo que Jimin pudiera estar en una mejor posición y quedara sobre su regazo.
Las manos del menor se posaron en sus hombros, mientras que las de Yoongi se dirigieron a la cintura de Jimin, apretándola suavemente.
Yoongi sabía perfectamente que en algún momento debían de separarse, a falta de aire o por alguna otra razón; pero esperaba que no fuera demasiado pronto.
Ahora Jimin parecía estar susurrándole algo, aunque su voz se oyera lejana para él.
Estaba pensando en el dulce sabor de Jimin, cuando sintió algo frío mojar su rostro.
Asustado, abrió sus ojos de repente y cuando vio a su alrededor sintió que podía morir ahí mismo.
Jimin lo miraba con los ojos abiertos parado al lado de la puerta mientras que su madre tenía en su mano una jarra vacía.
—¿En qué estabas pensando? Hace años que no hablas en sueños, hijo.—Yoongi intentaba comprender la situación, mientras se secaba el rostro con su polo.—Jimin fue a buscarme cuando vio que no respondías, ¿tuviste alguna pesadilla?—Ahí fue cuando Yoongi comprendió.
Todo había sido un sueño, nunca había besado a Jimin.
Ni siquiera recordaba haberse quedado dormido, pero no hacía falta pruebas para demostrar lo contrario.
—Yo...estoy bien, mamá. No fue nada.
—¿Estás seguro? Yo podría...—continuó su madre.
—Estoy bien, mamá.—ella no parecía muy convencida, pero asintió de todos modos.
Se acercó a su hijo y despeinó sus cabellos, preguntándole nuevamente si todo estaba bien. Yoongi le dijo que no había nada de que preocuparse, además del hecho de que había soñado con besar a Jimin, claro está.
La mujer salió del cuarto luego de eso, pidiéndole a Jimin que si algo volvía a ocurrir con su hijo, no dudara en ir a buscarla.
Yoongi no creía nada de lo que había pasado y Jimin no ayudó mucho cuando se acercó a él y se puso de cuclillas frente suyo con una expresión preocupada.
—¿De verdad está todo bien? Yo no quería llamar a tu madre, pero empecé a preocuparme cuando te sentaste y empezaste a balbucear cosas...—la cara de Yoongi estaba roja de la vergüenza, agradecía al cielo el que su cuarto no estuviese muy iluminado en esos momentos.
Incluso si pretendía no haber soñado con el pelinaranja, no podía despegar su vista de los labios de Jimin ahora.
Su "razón de odio" seguía siendo válida, hasta podía decir que los labios del menor estaban más rojos que en su sueño.
Se asustó ante el pensamiento de querer probar los labios del menor, solo que ya no en un sueño; él realmente quería besar a Jimin.
¿Cómo había llegado hasta ese punto? Si él decía odiar a Jimin, ¿por qué encontraba tan hermoso el hecho de que Jimin se sonrojara fácilmente? ¿por qué ahora sentía la necesidad de abrazar a Jimin y no soltarlo nunca más?
La única respuesta coherente que llegó a su mente hizo que pegara un brinco, asustándose.
Él no podía estar enamorándose de Jimin, ¿o si?
¿Se dan cuenta que falta poco que esto termine? Porque yo sí): ¡Gracias por leer y por sus comentarios!❤️.
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10 razones para odiar a Park Jimin » Yoonmin [#1].
FanfictionMin Yoongi odiaba a cierto chico de su universidad, así que decidió escribir una lista. ❀ No se permiten adaptaciones ni copias. ❀ Obra completamente mía. ❀ Estado: Terminada. ❀ Es mi primera historia, por lo que no es la mejor redacción; luego lo e...