Razón de odio #2

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La cafetería estaba repleta de personas, sin embargo, le fue fácil reconocer la cabeza de Taehyung en una mesa del fondo.

Se acercó lentamente, pensando en lo que diría. No quería ser rudo con su amigo, pero iba a darle un buen susto.

Cuando estuvo en frente de él, Taehyung se lanzó al suelo, cayendo de rodillas.

—¡Perdóname, Yoongi hyunng! ¡Te echaron por mi culpa! ¡No me mates, soy muy joven para eso!—se aferraba a las piernas de Yoongi con fuerza y este se había quedado petrificado. A él nunca le había gustado llamar la atención en lo absoluto, pero gracias a la acción de Taehyung la cafetería entera miraba la escena divertida.

—Tae, levántate.—habló el mayor, moviendo los hombros de su amigo para que se pusiese de pie de una buena vez.

—¡No! Prometo darte mis videojuegos, incluso te daré mi cuenta de Netflix si la tuya se cancela, ¡pero perdóname!—a este punto Taehyung estaba soltando alaridos que se asemejaban mucho a los sonidos lastimeros de un animal cautivo, varias chicas miraban al menor en el suelo riéndose y alguno que otro chico grababa la escena.

—No hagas tanto drama, ya.—Yoongi tuvo que agacharse y levantar a su amigo del suelo él mismo. Estaba avergonzado ahora y podía sentir sus mejillas rojas por la misma razón.

Taehyung lo miró con la confusión plasmada en su rostro y de un momento a otro empezó a reír.

—¿Pero a ti qué te pasa? ¿De qué te ríes?

—¡Te ves muy tierno sonrojado, hyung!—exclamó Tae, llevando sus manos hacia las mejillas del otro y apretándolas con fuerza, ocasionando un quejido por parte del mayor.

—¡Auch, eso dolió!—sobó con cuidado sus mejillas. Tae que aún seguía riendo, pasó un brazo por lo hombros de Yoongi, abrazándolo.

—Así me quieres, hyung.—habló divertido y luego hizo un además de querer besarle la mejilla, lo que causó una expresión de asco por parte de Yoongi.—Mi bebé es tan lindo sonrojado.

—Basta, Taehyung. No soy tu jodido bebé.

—¡Pero claro que lo eres! ¡Un bebé gruñón!—se rió de su propio chiste.— ¿Quién te ha enseñado esas palabrotas?

Yoongi estaba a punto de responderle cuando Taehyung dejó de hablar y se quedó mirando atrás de él con una sonrisa pícara.

—Y-yoongi.—había oído perfectamente y no necesitaba voltearse para saber de quién se trataba.

¿Es que ahora el rubio lo estaba acosando?

Se deshizo del agarre de Taehyung y giró para ver cara a cara a Jimin. Lo que vio, hizo que enmudeciera por completo.

Jimin ya no tenía la sonrisa de la mañana y se atrevería a decir que hasta se le veía algo decaído.

—Bueno, creo que me llaman por allá ¿escuchan?—Taehyung volteó a espaldas de Yoongi y llamó su propio nombre.—¿Lo ven? Me necesitan allá, los dejo. Te veo en clases, hyung. ¡Adiós, rubio!

Dicho eso Tae salió de la cafetería, dejando solos a los dos chicos.

—T-te olvidaste esto en el árbol.—el pequeño rubio sacó de su mochila un fólder gris. Yoongi lo reconoció al instante y se lo quitó de las manos.

—¿Cómo lo dejé caer?—preguntó, más para sí mismo que otra cosa.—Bueno, gracias.

—No sabía que tocabas piano, nunca te vi en los talleres de música de aquí.—habló Jimin, con la mirada en una partitura que sobresalía del fólder.

—Aprendí en casa, es todo.—se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

Jimin dejó salir un sonido de sorpresa.

—¡Eso es muy impresionante! Yo quisiera aprender a tocar piano...—aunque Yoongi no lo notó, Jimin quería que se diera cuenta del mensaje oculto de su oración.

—Creí que tú sabías hacer de todo.

—E-eso no es cierto.—respondió Jimin cabizbajo. Cuando elevó su mirada sus mejillas se tornaron rosadas.—P-perdón por haberte interrumpido con tu novio, de verdad.

No pasaron dos segundos cuando Yoongi había empezado a carcajearse con fuerza, cerrando los ojos y poniendo las manos en su abdomen.

Jimin tenía los ojos abiertos de puro asombro, ¿acaso había dicho algo gracioso?

—Sí que eres divertido, Jimin. Ese mocoso no sería mi novio ni aunque los extraterrestres llegaran y se llevaran a todos los hombres de aquí.—Yoongi sonaba totalmente serio cuando dijo eso.

Jimin abrió su boca para decir algo, aunque nada salió.

Ahora sí que estaba todo rojo y no quería mirar a su hyung a los ojos. Por lo que le regaló una de sus mejores sonrisas forzadas, haciendo que sus ojos desapareciesen por completo.

Yoongi dejó de reírse cuando se percató de ello y anotó mentalmente lo que iba a escribir en su bloc.

2.-Cuando Park Jimin sonríe, sus ojos parecen líneas, prefiero los círculos.

De tan solo pensar en la absurda razón se rió y Jimin lo miró confundido.

—Bien, gracias por las partituras. Adiós.

Empezó a caminar para alejarse de allí cuando Jimin volvió a hablar.

—¡Que tenga un lindo día, Yoongi hyung!



Y Yoongi no supo por qué, pero sonrió un poco al escuchar eso.



















🌹.

10 razones para odiar a Park Jimin » Yoonmin [#1].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora