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Jungkook yacía sentado en el sofá,pensando en lo aburrido que era el fin de semana y lo más aburrido que resultarían las vacaciones de verano. Jungkook está en la universidad en donde estudia medicina,se graduará en un par de años, lo tiene todo listo para ese entonces. Una vez termine su carrera se mudará lejos de su casa, probablemente a Japón o Estados Unidos, rentará un departamento cerca del centro de la ciudad para así ahorrar gasolina en viajes con su automóvil, un Chevrolet. Si, todo está en orden para él.
Por desgracia ese día aún no llegaba, en su lugar, estaba recostado pensando en las miles de cosas que podría estar haciendo. No es que le gustara mucho la escuela pero le resultaba una buena medida de distracción en momentos como éste, leyendo un libro de física cuántica, debatiendo con el profesor por algún problema en el ADN de un paciente, explicando a uno de los más tontos del salón un ejercicio tan fácil que hasta el intendente de la escuela podría responder, cosas como esas.
Podría ir en busca de un libro a la biblioteca más cercana de su casa, pero por desgracia  tres problemas se interponían. El primero era su licencia de conducir, no tenía licencia, pues a pesar de tener los 18 años de edad, aún no se sentía capacitado para transitar las calles de su ciudad, por lo cual olvidó tomar las clases de manejo que su amigo Taehyung le recomendó, pues había estado demasiado ocupado con sus tareas de fin de año, y su memoria no era muy buena que digamos. El segundo gran problema era la biblioteca que estaba a unos 30 kilómetros de su casa. Su último problema era el auto que no tenía. En momentos como éste se maldecía internamente por su descuido y falta de tiempo.
Una vez más, y con esperanza de encontrar algo bueno en la TV, la encendió, avanzando en los canales empezando por el 101, iba avanzando continuamente hasta que paró en uno de sus canales preferidos, Disney Channel, en la TV presentaban una caricatura llamada Gravity Falls, esa que había visto ya tantas veces que se sabría de memoria los diálogos de los personajes si veía de nuevo otro episodio. Así fue dando frente a los canales, pasando de los menos aburridos a los sumamente aburridos. Se detuvo en el 506, dándose cuenta que a partir de este número estaban la línea de deportes. Una desgracia, pues su papá había contratado la televisión de paga con canales deportivos tan aburridos que simplemente daba pereza escucharlos. No odiaba los deportes, pero desde pequeño se había dado cuenta que los deportes no eran para nada lo suyo.
Nuevamente con un suspiro de resignación se levantó del sofá y se dirigió al cuarto de sus padres. Tocó la puerta tres veces y después de escuchar un “pasa” por parte de su mamá, decidió entrar.

-¿Ya se van?. – Preguntó Jungkook.
- Aún no, tenemos dos horas antes de que salga el vuelo a Londres, en media hora más partiremos al aeropuerto. – Contestó su madre, acomodando su cabellos con su diestra y limpiando el exceso de labial en la orilla de sus labios con la otra. – Además tu padre aún sigue en el baño afeitándose, si de alguien heredaste la paciencia y precisión, créeme que no fue de mí.
Era verdad, el padre de Jungkook era sumamente paciente, si a alguien le debía su crianza en el mundo, era a él. Seguramente de no ser por la paciencia de su padre, su madre se abría pegado dos balazos en la frente por cuidar al travieso y escandaloso Jungkook.

-Aún tienes tiempo de arrepentirte e ir con nosotros. La tía Louren te extraña. – Dijo su madre con la esperanza de un “si”. Cosa que Jungkook no diría.

- Lo siento mamá pero ya te dije que no puedo irme. Saldré de vacaciones este viernes y no quiero faltar. No he faltado en ocho años al escuela, quiero romper mi récord no faltando a clase ni una sola vez en todo mi ciclo escolar de la universidad. También extraño a la tía Louren pero no quiero ser una carga, su problema de salud me pone algo nervioso y triste. – Expliqué.

- Bueno, está bien, no insistiré más, tan solo prometeme que te cuidaras cuando estés solo en casa, se que eres mayor de edad y muy responsable, pero por favor no hables con extraños, no invites a nadie a casa sin mi autorización y por favor, por favor, no vayas a beber alcohol.

- Mamá, que poco me conoces, jamás invitaría a nadie a casa sin tu permiso y lo del alcohol sabes bien que yo no bebo.

- Lo sé hijo, es solo precaución. – Sonrió tomando mi cara y besando mi frente.

- Pero.. ¿Puedo invitar a Taehyung y a Hwasa a pasar el rato de vez en cuando?.

- Claro que si mi niño, son tus amigos, los conozco perfectamente así que no hay problema con invitar a ellos.

- Listo. Vámonos o se hará tarde. – Dijo el padre de Jungkook, saliendo del baño con un traje negro y un bóxer del mismo color.

- Ah, lo olvidé, creo que lo despistado también lo heredaste de él. – Rió ante tal imagen de su madre golpeando el trasero de su papá mientras le daba sus pantalones.

Una vez fuera de la casa, su mamá le hizo prometer nuevamente que no se metería en problemas, como por enésima vez le dijo que estaba todo bien.

- Recuerda, cuando cocines trata de usa con más regularidad el microondas, tampoco quiero que comas pizza todo los días por que no te hará provecho. Te dejé tres tarjetas de crédito y una de débito con efectivo para que compres comida y lo que haga falta. No lo gastes todo en frituras y botanas por que no te daré más, ¿oíste?.

- Si mamá, ya lo dijiste. Anda mejor ya vayanse al aeropuerto o se hará tarde y no podrán tomar el vuelo. Le dices a la tía Louren que la quiero y que lamento no poder ir, ¿de acuerdo?.

- Está bien, yo se lo digo, cuidate amor, nos vemos.

- Adiós hijo, no olvides apagar la televisión antes de dormir. – Dijo ahora su padre.

- Si mamá, si papá, adiós, los quiero. – Cerró la puerta del coche y se despidió con su mano mientras se alejaban.

La tía Louren era una hermana de su madre, ambas eran coreanas pero habían sido criadas en Londres cuando tenía 5 años. Si, Jungkook también vivió un tiempo en Londres, su padre y su madre viajaban constantemente a varios países, fue en Busan donde decidieron tener al pequeño Jungkook, cuando este cumplió un año, se fueron a vivir a Londres nuevamente, fue hasta la edad de cinco años cuando Jungkook regreso a su país natal, esta vez en Seoul, gracias a ello podía entender tanto el inglés como el coreano, una ventaja en la escuela si se lo preguntaban. Hasta el momento los padres de Jungkook no habían tenido que viajar a ningún otro lado, hasta entonces. La tía Louren estaba muy enferma de los riñones por lo cual tendrían que operarla. Obviamente Jungkook sabía lo que se realizaba en una operación pero no era eso lo que lo ponía nervioso, si no la condición de su querida tía. Le ponía triste verla postrada en una cama de hospital siendo que días antes estaba muy feliz conviviendo con su familia. Recuerda a su tía vagamente cuando era pequeño, recuerda como lo consentía y mimaba cuando su padres no estaban. Le gustaba mucho estar con su tía, ella siempre lo defendía y le daba caramelos, algunas veces su madre se molestaba por eso, pero como siempre, para la tía Louren nada era imposible, contentaba a su madre como por arte de magia, en ocasiones no quería irse de casa de su tía pero al final terminaba por aceptarlo. Tenía un año que no visitaba a su tía, y no quería visitarla en estas circunstancias, prefería esperar que todo pasara y poder verla feliz de nuevo. Así eran las enfermedades, atacaban sin piedad alguna, por ello quería ser doctor, para acabar con esas enfermedades y tener su título de héroe.

Se recostó en su cama, no sin antes apagar la televisión de la sala de estar. Una vez llegó a su cuarto, su celular vibró, lo tomó y vio el masaje de su mamá que decía: “ Cuidate mucho mi bebé, nos vemos en unas semanas. No te metas en problemas, por favor. Te amamos.” Sonrió ante el mensaje para contestar un: “Gracias,también los amo. Todo esta bajo control.” Guardó su celular y se recostó boca abajo en su cama, sin darse cuenta y noción del tiempo, se quedó dormido. Ya mañana iría de compras.

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