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El olor a miel y masa de hot cakes hizo que Jungkook se levantara, con sus cabellos alborotados, un ojo entre abierto y su cuerpo desnudo, se dirigió hasta el baño. Una vez estuvo dentro, tomó una bata de baño, enredándolo a en su cintura para después tapar su pecho. Sonrió tontamente cuando dejó al descubierto sus clavículas, su cuello y pecho, notando algunas marcas y chupetones en su piel, con sus dedos fue recorriendo el camino de las marcas que pintaban colores rojizos, morados y levemente azules en la piel del menor. Un suspiró inundó su garganta seguido de un quejido cuando sintió algo de dolor en su trasero. Envolvió todo su cuerpo en la bata y prosiguió a lavarse la cara con agua tibia para poder desperezarse. Una vez echo, se dirigió escaleras abajo, siguiendo aquel olor a miel y mantequilla.

Al llegar abajo, Jimin saludó al pelinegro con una sonrisa y las mejillas rellenas de hot cakes. Sus mejillas se veían tan abultadas que parecía una ardilla, Jungkook le dedicó una sonrisa a tal imagen tan tierna. En su mente se preguntaba como jodidos hacía para poder ser tan dulce y tener esa sonrisa de ojos que hacía a su corazón latir, y al mismo tiempo ser un dios griego, salvaje en la cama. Realmente le encanta ese chico, lo hacía sentir tantas emociones juntas que no cabían en su pecho.

- Sientate Kookie, te preparé el desayuno, debes estar  algo cansado. – Dio un mordisco a su hoy cake.

- ¿Cansado? Pues acabo de despertar, no debería sentirme cansado. – Contestó el menor, algo confundido.

- No me estás entendiendo. – Dijo burlonamente, sonriendo con malicia.

Segundos más tarde, Jungkook captó la referencia, agachando la cabeza a su plato y con sus mejillas teñidas de rojo. - Bueno.. Tengo algo de dolor en mis muslos y en otras partes.

- ¿En qué partes Jungkookie?. – Preguntó en tono burlesco.

- En.. – Jungkook hizo una pausa, arrugando el entrecejo. - Que te importa. – Dijo molesto, tomando uno de sus hot cakes y untándolos con miel.

Jimin tomó su tenedor y robó un trozo del hot cake que Jungkook había untado con miel, el chico sólo se quejó, haciendo lo mismo con el plato del mayor, quien había untado sus hot cakes con mantequilla y dulce de leche. Diez minutos después, ambos habían terminado sus desayunos, Jungkook se chupaba los dedos mientras Jimin lo miraba atentamente.

- ¿Qué?. – Dijo Jungkook, molesto.

- Nada. – Jimin sonrió. Era increíblemente adorable ver al chico molesto, era su hobby favorito. - ¿Te gustó el desayuno? Lo hice con amor. – Bromeó.

- Con razón estaba tan empalagoso. – Dijo burlón. Jimin le dio una mirada molesta. - Mentiras amor, estaban deliciosos.

Jimin sonrió ampliamente, primero por que sabía que a Jungkook le gustaban este tipo de detalles, y segundo, por escuchar a Jungkook decir "amor" inconscientemente. Jungkook tomó los platos de ambos y se dirigió a la cocina.

- Jimin, ¿puedes hacerme un favor?. – Gritó desde la cocina.

- Claro bebé, dime.

Jungkook salió con un par de bolsas en sus manos. - ¿Puedes tirar esto al contenedor de basura, por favor?.

- Claro. – Jimin tomó ambas bolsas de basura.

Al salir, inmediatamente se dio cuenta de lo lleno que estaba dicho contenedor, no sabía qué hacer, no podía ir con las bolsas de basura de regreso a casa de Jungkook. Una anciana pasó a lado de él, llevaba consigo un bastón y caminaba tranquilamente.

- Oiga, disculpe. – Habló a la anciana, inmediatamente ella volteó.

- ¿Qué pasa, chico?. – Preguntó la anciana deteniendo su paso.

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