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Había pasado una semana desde la ultima cita de Jimin y Jungkook. Ambos se veían casi todos los días, se sentaban en el sofá de la sala de Jungkook, conversaban de muchas cosas y reían mientras tomaban alguna baga bebida. Ésta semana había sido una de las mejores para Jungkook, pocas veces se aburría, pues todo el tiempo platicaba con el mayor, no sólo en persona si no también por mensajes. Le sorprendía mucho como siempre tenían un tema para charlar horas y horas, y aún quedarse con ganas de seguir platicando. No habían tenido otro beso con el mayor desde aquel día en su cuarto, pero en realidad, esperaba que la ocasión se repitiera, en serio que deseaba se repitiera.

Ahora se encontraba tendido en su cama, mirando su celular con la esperanza de tener algún mensaje o llamada del mayor, pero nada, su celular estaba más que muerto, tan sólo había algunos mensajes en el grupo de Whatsapp en el que estaban él, Taehyung, Hwasa y otros compañeros de su salón de clases, no sabía de que hablaban y tampoco le interesaba saber, tan sólo quería ver un mensaje de una persona en particular. Dio un suspiro de resignación, y con tristeza, dejó su celular arriba de su mesita de noche,  sin más, apagó la luz para tratar de conciliar el sueño.

Minutos más tarde, el ruido en vibrador de su celular hizo que despertara. Con un ojo aún cerrado y su ceño fruncido, pudo leer de apoco el mensaje.

Jimin: Mira por tu ventana, ahora.

Haciendo caso al extraño mensaje, se levantó de su cómoda cama, rumbo a la ventana de su cuarto. Esperaba que no fuera una estúpida broma del mayor, pues si lo era, le costaría muy caro por despertarlo tan noche justo durante un buen sueño reparador. Se asomó por la ventana, y sin duda, no era ninguna broma, él estaba al frente de la casa, volteando hacia la ventana. Al ver como el pelinegro se asomaba por la ventana, éste lo saludó alzando su mano, haciendo señas para que bajara. Jungkook, con una sonrisa de oreja a oreja, colocó rápidamente unos tenis en sus pies, para después bajar las escaleras y llegar a la entrada de la puerta. Al salir, Jimin estaba recargado en su motocicleta, al mirar al menor salir, rápidamente se acercó a él.

-¿Qué haces aquí tan noche?. – Preguntó Jungkook, clavando su vista en los ojos del mayor.

-Sólo paseaba por el vecindario y bueno, estaba cerca de tu casa, me sé tu dirección, así que veme aquí. – Explicó el mayor.

-Si, claro, paseando a las 11:34 pm. No deberías estar en la calle tan noche, es peligroso. – Regañó al mayor por su imprudencia.

-Lo siento, bebé. En realidad vine hasta tu casa por que quería mostrarte algo.

-¿Ah si?, ¿qué es?. – Respondió Jungkook emocionado.

-Es una sorpresa.

-Estas lleno de sorpresas, Park. – Jungkook sonrió burlonamente.

-Te encantan mis sorpresas. Así que anda, sube, antes de que desaparezca.
– Dijo Jimin, subiendo a la motocicleta.

-¿Qué?, ¿ahora?. Espera, voy a cambiarme rápidamente.

-No, no, no, estas bien tal y como estas. Además, esa pijama de IronMan te queda muy bien, te vez adorable. – Dijo Jimin, echando un vistazo a las prendas en las que el menor estaba.

-Umm, está bien.

Jungkook montó a la motocicleta, abrazándose de Jimin, como siempre lo acostumbraba a hacer. Jimin condució hasta aquel lago en el que había aparcado la primera vez en la que salieron, aquel en el que Jungkook había enjuagado su rostro por lo exaltado que se encontraba. Esta vez aparcaron un poco más cerca del lago, Jungkook podía notar un ligero color cristalino en el agua, pero éste rápidamente desapareció al tapar sus ojos con las manos del mayor.

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