The Real You [Kidge] (CANCELADA)

Capítulo 1

La noche de un día domingo había caído ya. La joven ojos de ambar estaba recargada sobre el balcón de su ventana, admirando el cielo azul con tonos morados, llena de estrellas y con la resplandeciente luna. Esa sería la última noche que estaría en casa, que podría dormir sin muchas preocupaciones al otro día. La luna se reflejaba en sus ojos, cada segundo era un pensamiento sobre la mañana siguiente, los miedos, nervios, la inseguridad de no poder socializar bien o terminar como en su actual escuela, sola.

—Pidge, ¿nerviosa?—aquella voz la sacó de sus pensamientos; era su hermano.
—Bastante, pero al fin cumpliré mi sueño, eso es lo que cuenta, ¿no?—el castaño sonrió y le acarició la cabeza.
—Te va a encantar, ya verás—la cabellos castaños sonrió y lo miro.
—Se que así será, confío en todo lo que me has contado.

El mayor le dio un beso en la frente antes de salir de la habitación. La menor miró una vez más la luna antes de cerrar su ventana; pensó en mañana, en su primer día ahí adentro, en como sería su dormitorio y si lo compartiría con alguien, su entrenamiento, un sin fin de curiosidades rondaban en la cabeza de la chica.

—Calma Pidge—dio un fuerte suspiro—Debes dormir bien así que, ¡mente despejada!—y cerró su ventana para por fin ir a su cama. Afortunadamente logró dormir más rápido de lo que creía.

Cuando los rayos de sol alumbraron las pequeñas oberturas de sus cortinas, la alarma de la pequeña se activo. Las 6 a.m. ya habían dado, tenía exactamente una hora para arreglarse, pero aquella chica no había despertado aún. Su hermano entró a la habitación sabiendo que esta no se despertaría aún.

—Pidge—la tomo por uno de sus pies—¡Arriba, Señor Gunderson!—grito imitando la voz del sargento de su escuela y jalando el pie de la castaña haciendo que cayera de su cama.
—¡Auch!—miro al mayor mientras se levantaba e hizo un puchero—Ugh, al menos mamá me despertaba de forma más amable que tu, torpe.
—Awww, que linda, es decir, lindo—ambos rieron—Tienes 53 minutos para que te arregles, entramos a las 7:30, no se te olvide.
—Si si, ya se mamá segunda—dió un pequeño golpe en el hombro de su hermano, ambos volvieron a reír.
—Bueno, también recuerda que debes comer.
—Si si, madre jefe—cruzó los brazos—Por cierto, buena imitación del sargento, esta vez casi me la creo.
—Sabes que te asuste, yo siempre hago las cosas excelentes aunque digas lo contrario.
—Bla bla bla~

Matt le desacomodo el cabello y salió de la habitación. La castaña continuó con su rutina, simplemente agregando las vendas, la vestimenta, tratando de acomodar su ahora corto cabello y sus nuevos lentes. Bajo las escaleras de su pequeña casa, se dirigió a la cocina a prepararse un tazón de cereal.

—¿Cereal? ¿Otra vez?—le cuestiono su hermano.
—Si, solo que esta vez le echaré algo de fruta—sirvió el cereal y busco frutas—Matt, enserio pareces mamá.
—No, voy a actuar como mamá ahora si—tomo un pañuelo y lo coloco en su cabeza a forma de pelo, se aclaro la voz y miro a la menor—¡Señorita! ¿Qué son esas vestimentas? Pareces marimacho, ¡vete a cambiar ahora! ¿Y ese cabello?
—¡Ya ya! Ya entendí—le quito el trapo y le dio un golpe leve con este—Te ves gracioso.
—¿Pero qué dices? ¡Me veía hermoso!
—No tanto como mamá, yo si soy tan hermosa como ella—la pequeña sonrió de forma coqueta, su hermano rió.

◇♡◇♡◇♡◇♡◇

—Muy bien—hablo aquel señor moreno, llamando la atención a los presentes—Si están aquí, es un gran orgullo para mi poder saber que contaré con más gente tan inteligente como mis actuales alumnos de últimos grados. Pero no se emocionen, aún son principiantes. Ahora vayan todos a sus dormitorios para que se instalen y conozcan a sus compañeros de habitación, comenzarán mañana temprano, sus equipos serán asignados hasta después de su tercera prueba. ¡Bienvenidos!—la castaña estaba a punto de irse pero una mano la detuvo—¿Qué edad tiene, muchacho?
—15 años, señor...—se notaba un poco bastante nerviosa.
—Deberías estar más alto, supongo que son los genes—le dio unas palmadas en la espalda—Nos vemos mañana pequeño.

Katie se retiró lo más pronto posible a buscar su dormitorio. Miro en una de las pizarras su nombre a la izquierda, junto al de otro chico y a la derecha el número de habitación.

—Kogane Keith... Ni idea de quién sea, pero suena agradable—se dijo a si misma.
—¡Hey Pidge!—la nombrada volteo confundida, buscando con la mirada el origen del llamado—"Hermanito"~—esto último sonó a susurro.
—¿Matt? ¿dónde estás?—continuo buscando con la mirada.
—Al otro lado—volteo al lado contrario y ahí estaba, con las manos en los bolsillos—Pidge, te tengo muy buenas noticias—la tomo del hombro y se acercó un poco.
—¿Cuáles?
—Me voy a una misión, será bastante larga, me iré a Plutón, ¿no es genial?—la menor lo abrazó con fuerza—aquí no Pidge, nos van a descubrir.
—Estoy muy feliz por ti—se separo de él—¿Cuándo te vas?
—El miércoles. Dicen que llegaremos en 1 año—la chica bajo la mirada.
—Quería pasar más tiempo contigo aquí, pero apenas entre y ya te vas...
—Hey, ¿recuerdas como nos comunicamos con papá? Así lo haremos tu y yo ahora.
—Me escaparé en las noches solo por tu culpa—ambos rieron—Irá alguien más, ¿cierto?
—Obviamente, irá papá y Takashi Shirogane—levanto el pecho y llevo ambas manos a su cintura—ya soy de los grandes.
—No, irás con los grandes a aprender—el mayor suspiro dando la razón a su hermana.
—... ¿Quién es tu compañero de habitación? Debo saber quien es por si se quiere pasar de listo contigo, nadi—cubrió su boca la pequeña.
—Se llama Kogane Keith y calla, yo puedo cuidarme solo—quito bruscamente la mano de su hermana.
—Keith... él es un estudiante a mi nivel, ¿por qué estaría contigo en los dormitorios? Que raro...
—Me da igual, solo quiero llegar tan alto como tú y no tener problemas, se ve genial todo esto.
—... En fin, yo me tengo que ir a mis últimas pruebas, nos vemos en la noche, "jovencito"—le desacomodo el cabello y se fue.

Lo vio irse, dio un gran suspiro y fue a buscar su habitación. ¿Nerviosa? Peor, pues la única información que tenía sobre el tal Kogane era muy poca, más encima nada buena, es muy probable que sea un chico rebelde y no quiere dejarse llevar por él, así que deberá tener una distancia muy marcada.