Capítulo 6

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Keith no era nada bueno expresando sentimientos, a la única persona que le demostraba tal debilidad era a Takashi, pero esta vez era consciente de que él podía morir en esa misión y se quedaría solo... De nuevo.

—Él... Él prometió nunca abandonarme...—se separó de forma brusca de la castaña, cabizbajo, tratando de ocultar aquellas lágrimas.
—¿Keith?—lo miró confundida y pronto comenzó a asustarse—¡Keith!—ahora con voz temblorosa, lo tomo de la mano—¿Qué te pasa? Tú piel...

El pelinegro miró sus manos, las cuales estaban de color morado. Seguido de sorprenderse, volvió la mirada a la pequeña, la cual cambió su semblante de forma inmediata.

—Gunderson, yo... No sé que me esta pasando...
—Keith... Tranquilo, podemos pedir ayuda ahora mismo, no tardaré, lo prometo—antes de salir, el mayor la detuvo del brazo.
—No, nadie debe saber de esto, me van a matar o algo así, por favor necesito que guardes el secreto.
—Kogane, no creo que sea una buena idea, estás cambiando por completo y ni siquiera sabemos porqué.
—Tengo que irme, ¡debo salir de aquí, ahora!—tomo rápidamente sus cosas, ya estaba bastante agitado.
—¡Hey, espera! No puedes salir así, te verán y necesi—cubrió la boca de la pequeña interrumpiendo.
—Tienes razón, debo salir por otro lado.
—¿Estás loco? Yo no te ayudare a nada, ni siquiera se si eres un humano, tu piel es morada y...—se acercó un poco a su rostro—Tienes los ojos amarillos, que extraño, el color cubre todo tu ojo exceptuando tu pupila.
—¡Necesito un espejo!—corrió al baño de la habitación y se miro en el espejo del lavamanos—¿Qué le pasan a mis orejas? Parezco un hombre lobo, ¡soy un monstruo!
—¡Ya calmate Keith! Te dije que podemos buscar ayuda, solo verán que te sucede.
—¿No lo... Entiendes?—el pelinegro bajó la mirada, aún llorando, rompió el espejo con su puño—Me matarán.
—¿Qué? Pero...
—Me van hacer experimentos, eso sería terrible para mi, ¿enserio me deseas eso?
—Kogane, de verdad necesito que te tranquilices, no puedo ayudarte si tú no te relajas y...—no pudo continuar la oración porque rápidamente un Keith totalmente descontrolado ya estaba sobre ella, en el suelo, a punto de rasguñar su cara.
—¡¿Qué demonios?! ¡Keith!—interrumpió el cubano antes de que hiriera a la castaña, aprovechando la distracción, la pequeña logró liberarse del mayor con una patada—Espera Gunderson, ¡yo iré a salvarte!
—¡No Lance, no te muevas!—asustada, se dirigió a la puerta con el cubano pero fue entonces cuando el chico en descontrol se desmayó.

Evidentemente fue un gran susto para ambos, no sabían que decirse el uno al otro, simplemente cerraron la puerta de la habitación y cuidaron de Keith.
Para cuando el sargento fue a buscarlos, le mintieron con que su compañero estaba enfermo de fiebre y se quedaron porque había tenido un leve mareo, para su suerte les creyeron, pero solo Katie se quedó a cuidarlo, McClain debía auxiliar a Garrett.

—Cadete—la pequeña dirijo su mirada al moreno—Es muy amable de su parte quedarse a cuidarlo, pero sería mejor si le hacemos el chequeo nosotros mismos.
—No, no es tan grave como parece, solo que...—se quedó pensando, no tenía excusas totalmente creíbles para evitar que se lo llevarán—Él es un viejo conocido y ya había pasado algo similar antes así que solo me preocupe.
—Bien, pero insisto.—Katie lo maldijo en su cabeza, no quería que mataran a su compañero.
—¿No cree que será mejor mañana? Ahora mismo está muy agotado, deje que descanse y mañana que este un poco recuperado, procede a chequear.
—Tiene razón Gunderson, es muy inteligente. Mañana será mejor.—el sargento se retiró y por fin pudo cerrar con seguro la puerta.

Ahora si que estaba en una crisis existencial. ¿Qué se supone que haría ahora? Su padre y hermano se va en unas pocas horas, no podría verlos porque no quiere dejar a el azabache solo y que desaparezca cuando haya vuelto.

The Real You [Kidge] (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora