The Real You [Kidge] (CANCELADA)

Capítulo 10

No fue correspondido el beso, el delgado sabía que no era del todo homosexual porque Gunderson no es un hombre, McClain al fin se dió cuenta —gracias a Hunk, de hecho— que había una infiltrada.

Cuando por fin se separó de ella, no pudo ni mirarla a los ojos, estaba más que avergonzado, por otro lado, la castaña simplemente se quedó en silencio, su sonrojo era muy notorio, sus nervios no la dejarían hablar con claridad así que se guardo sus comentarios.

—Adiós Pidge—su compañero robusto le extendió la mano antes de que la mencionada terminase de guardar sus cosas.
—Hunk, fue un gusto...—lo abrazó suavemente, pero al ser correspondida casi se queda sin aire.
—Perdón, es que enserio te voy a extrañar—sollozando, se aparto de la pequeña.
—Lo noté—logró pronunciar antes de tomar una gran bocanada de aire.
—Pidge, ¿puedo hablar contigo a solas?—al escuchar a Lance, el terciario se fue conteniendo sus lágrimas, mientras que la menor miró al moreno, confundida.
—¿Lance? ¿Por qué hiciste eso?
—Pidge, tu nombre me sonaba muy neutro, ahora recién me enteré de la verdad.
—El chisme en esta academia no debía faltar, ¿verdad? Pues, lo siento, simplemente quería estudiar, no era mi intención perjudicar a la institución.
—No me cambies el tema—la castaña rodó los ojos nerviosa, jugando con sus manos.
—No me gustas...
—Lo sé pero, estaba muy ilusionado con el beso.
—Lo siento—rendido, el alto se aparto de ella levemente—Me tengo que ir ya, espero verte algún día de nuevo.

Sin esperar nada más, el cubano le extendió su mano, despidiéndose, la menor correspondió, acercándose y dando un leve brinco para depositar un beso en la mejilla de este.

—No eres feo, sólo un bobo. Se que hay una chica para ti, pero no soy yo. ¡Gracias por este tiempo!

Dejando un Lance McClain en estado de shock, la italiana fue a las oficinas por sus papeles de salida.

(...)

En aquella casa en medio del desierto, se hallaba aquel pelinegro, solitario en su habitación, perdido en sus pensamientos.

El sonido de la puerta lo sacó de su trance, era raro que alguien lo visitara, vive apartado de la ciudad por algo.

—¿Quién es?—sin obtener respuesta, fue a echar un vistazo por la ventana, de manera sigilosa.

Veía a una persona de baja estatura, castaña y nerviosa, ya que jugaba con sus manos. Con curiosidad, fue a abrir, para su sorpresa, era su ex compañero.

—Hola, Keith—las piernas de la castaña temblaban, era obvio su nerviosismo.
—¿Qué haces aquí?
—Venía a disculparme.—agacho su cabeza en símbolo de arrepentimiento.
—Pierdes tu tiempo.
—Pero...
—Estoy ocupado.
—Quiero ayudarte a buscar a Shirogane, logré sacar información, por eso estoy aquí.
—¿Te expulsaron por eso?—cuestiono el contrario con sarcasmo.
—¡Dejame ayudarte!
—No.
—Aún me arrepiento de no salir expulsado contigo...
—¿Y eso qué?
—Keith, las cosas pasan por algo, ahora tengo información que nos puede dar pistas de lo que realmente sucedió con la misión Kerberos, no puedo con esto solo yo.