#9. Te iras con la manada.

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Jack

Las palabras de Danny aún resuenan en mi cabeza; yo no termino de salir de mi asombro. Fue rápido y directo, y aunque ya venía teniendo un extraño agrado por el chico, jamás me imaginé algo como esto.

Jack, tú eres mi compañero.

Eres mi compañero.

Compañero.

Sé que en las distintas especies de cambiaformas existe lo que ellos llaman compañero de vida. Se trata de una persona en específico con la cual se emparejan y que, en la mayoría de la razas, son capases de identificar por medio del aroma que esta desprende. Pero no contaba con que esto podía ser entre dos personas del mismo género, supuse que al estar ligada a su parte animal e instintos, las parejas se formaban con el fin de aparearse y agrandar las manadas, o algo por el estilo. Pensé que solo se formaban estos lazos entre hombres y mujeres, pero supongo que debe de ser más complicado que eso. Pero es una gran sorpresa que un adolescente, que conozco hace menos de una hora, afirme que compartimos esa conexión tan profunda.

No es que me moleste la idea, de hecho, él me pareció bastante lindo desde que lo atrapé mirándome cuando entré a la cafetería. Con cabello castaño, ojos claros, labios gruesos y mejillas rosadas; es tan tierno. Tampoco es porque sea un chico, por el contrario, he estado con varios hombres a lo largo de mi vida, eso no es problema, nunca me ha importado ese tipo de cosas. No, el problema es que un niño, es un jodido adolescente de quince años que me pone caliente con solo sonreír y sonrojarse.

Oh, Dios santo. ¿Yo he pensado aquello? ¡No debería tener ese tipo de pensamientos por alguien de su edad! ¡No es correcto!

Mierda, no voy a negar que me gustó un poco, pero la cosa de los Compañeros es mucho por procesar. Yo creí que luego de hoy no lo volvería a ver no muy a menudo, por lo menos, pero luego, de un segundo a otro, me entero de que es mi supuesta pareja de vida. No sabía que tenía un Compañero, ese tipo de cosas no es tan común en nuestra especie como con los lobos, incluso llegué a creer que solo se tratan de un mito. Pero parece que mi alma gemela es un lobezno demasiado adorable para ser cierto.

Daniel me gusta físicamente, en su forma de ser y el pequeño tinte de inocencia que refleja de vez en cuando. Me parece tierno que se sonroje cuando hablo con él, que desvíe la vista apenado y que batalle por no tartamudear; también me atrajo la determinación su tuvo al hablar sobre su amistad con mi sobrino, cómo cambio a ser serio y franco y cómo se defendió cuando dije que solo se había acercado a Eliott para hacerle daño. Danny es tierno y algo tímido, pero de igual manera valiente y con carácter.

Solo que yo no puedo sentir ese vínculo especial que seguramente él sí logra percibir en este momento, y se supone que yo no podré hacerlo hasta que consuma de su sangre. En retrospectiva, creo que tuve algunos indicios del asunto de las almas gemelas. Por ejemplo: cuando dijo que se transformaría pronto, no pude evitar preguntar si ya tenía compañero, entonces dijo que sí y que además lo había encontrado entrado hace muy poco tiempo, me sentí enojado de alguna forma; extraño porque no deberías sentir celos de alguien a quien recién conoces. Tampoco me contuve al preguntar de quién se trataba, la pregunta solo salió de mi boca sin permiso, y en cuanto me dijo que se trataba de mí, me quedé paralizado y tuve una serie de preguntas rondando en mi mente.

Primero hubo incredulidad, después de verlo por un poco más de tiempo supe que no se trataba de un tipo de broma de mal gusto; luego pasé al miedo, existe una gran diferencia de edad entre nosotros y la situación actual no es la mejor. Aunque, al asimilar una poco mejor esa noticia, creo que es algo increíble, tal vez yo no le siento de la misma forma que Danny; puede que no tan intenso al principio, pero la idea de tener este tipo de oportunidad tan poco común, es algo increíble. Ya más decidido, presto atención a único lobo del lugar. Me sorprendo al verlo inquieto y algo nerviosos, parece angustiado y da la impresión de estar por romper a llorar. Me mira de reojo y vuelve a apartar la vista, luego ve a Eliott y regresa a mí una vez más. Me mira de una manera una tanto suplicante, como esperando a que diga algo, y allí donde me doy cuenta de que no he hablado en todo el rato. Mierda, por eso esta así, ya debe de tener un montón de ideas erróneas dando vueltas en su cabecita.

Mi Pequeño VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora