ELIOTT .
Sus manos están en mi cintura. Andrew me besa con fuerza y gruñe cuando no le devuelvo el contacto y me empujamos a la pared. Sin embargo, no hago nada nada para alejarlo de mí, solo que quedo estático en mi lugar. No voy a mentir, esto se siendo increíble; no puedo ni imaginarme cómo sería si cedo a sus intentos de abrir mis labios. Pero no lo haré porque me niego a darle el gusto después de que me llamará desesperado y me arrojara contra una maldita pared.
Bien, suficiente juego, por más que me encantaría corresponder -y vaya que tengo ganas de mandar todo a la mierda y hacerlo-, eso hará que parezca que él tiene la razón, que yo vine para esto en primer lugar. Y por mucho que me guste ese idiota y por más que esté disfrutando esto, no voy a permitir que me trate como la mierda y luego venga besarme porque se le vino en gana.
Trato de separarlo empujándolo por el pecho, pero como él es una jodida pared de músculos, no consigo nada. Intento de nuevo, comienzo a golpearlo en el pecho para que se quite. Siento que sonríe en medio del beso y en un rápido movimiento sujeta mis muñecas con una sola mano y las sube sobre mi cabeza para que no pueda tocarlo. Me remuevo, intentando salir, pero su mano en mi cintura me sujeta con firmeza.
-¡Ay! -me quejo, entonces el aprovecha a pasar su lengua.
Ese hijo de puta me pellizcó en un costado.
Intento todo lo posible para alejarlo, pero solo consigo que vuelva a sonreír y se pegue más a mí. Pero cuando lo hace me doy cuenta de algo y entonces no puedo evitar sonreír con él, empujo un poco mi cabeza como si estuviera buscando responder el beso, pero hago un movimiento repentino yo por fin logro quitarlo de encima.
Intento recuperar el aliento y sobo mis muñecas porque él las sujetó con demasiada fuerza, me rio mientras veo a Andrew en el suelo, sujetando su entrepierna por golpe que le di con mi rodilla.
Debería agradecer, le ahorré mucho dinero en condones.
-Oye, tú -llamo, él voltea a verme aun con una mueca de dolor-. Si tú crees que puedes besarme cuando se te dé la gana estás muy equivocado -acuso enojado, luego de recuperar el aliento-. A mí nadie me pone una mano encima sin mi permiso, mucho menos después de haberme llamado perra desesperada. -Lo miro a los ojos y lo amenazo-: Si vuelve a hacer esa mierda no será un golpe en las bolas lo único que tendrás de mi parte, Andrew. Que nos e te olvide.
-Eres un hijo de puta -acusa habla con dificultad.
-Sí, sí, ¡guárdatelo! No soy yo el que agoniza de dolor, ¿verdad? -señalo lo obvio. Me cruzo de brazos y lo miro con burla-. No tienes mucho con que atacarme.
Doy media vuelta para salir de la habitación e ignoro los quejidos de dolor del alfa. Podrá tener un umbral de dolor muy alto y todo eso, pero no hay nada que proteja ese punto débil. Estoy por irme cuando un pequeño objeto sobre su mesita de noche llama mi atención, así que camino rápido a su cama porque no quiero que estar aquí cuando se levante. Me apresuro a tomar el objeto entre mis mano y volver a caminar a la salida.
-¿No te molesta que tome esto prestado, ¿verdad? -pregunto mientras camino y agito en mi mano lo que tome. No espero objeción antes de responder-. Gracias, eres un encanto. Te lo regreso mañana, no te preocupes -finalizo y cierro la puerta tras salir.
Me voy rápido a mi cuarto con una sonrisa triunfante en mis labios y el cargador de Andrew en mi mano. Y si protestó en algún momento, fingiré que no oí nada.
* * *
Cuatro días han pasado desde el incidente en el cuarto del Idiota caliente. Justo la mañana después de lo ocurrido, y tal como lo prometí, devolví el cargador. Esperé a que Andrew se fuera y lo dejé en su lugar con una nota que decía: «gracias, no debiste molestarte ;)».
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Mi Pequeño Vampiro
LobisomemAndrew es el alfa de una de la manadas más poderosas del mundo. Es despiadado, frío, serio y no siente remordimiento a la hora de matar. El siente odio y cierto rencor hacia los vampiros, y no solo por su naturaleza, sino que también por una traged...