V. Bromas pesadas.

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Solangelo.

Nico estaba cansado de los Stoll. Los gemelos habían estado gastandole bromas desde la semana pasada, estaba ansioso por mandar un ejército de esqueletos para asesinarlos, pero, Quirón le había prohibido usar sus poderes para lastimar a algún campista, estaba hartó de el campamento; en cuanto tuviera oportunidad se largaría de ahí al palacio de su padre, aunque, por otro lado no estaba seguro si podría soportar no ver a su novio o aún peor, la comida de Perséfone.

Salió de las duchas con una toalla enrollada en su cintura, se colocó sus jeans y estaba a punto de colocarse la camiseta negra de el campamento -un regalo de Reyna por su cumpleaños- pero su sorpresa fue otra al descubrir que la habían teñido de rosa chillón e inscrito en ella " Chico muerte"

-Okay... Suficiente. -Dijo -Estoy hartó de esos malditos engendros de Hermes.

Salió corriendo hasta su cabaña sin importarle que no llevara camiseta y que Drew se lo comiera con la mirada, tomó su espada de hierro Estigio y se fue como alma que lleva el diablo hasta la cabaña 11.

-Muy bien, ¿Dónde están los Stoll? - Dijo sereno.

Se recargó en el umbral de la puerta y esperó a que los campistas hablarán. El hijo de Hades podía ser muy intimidante ya de por si, pero su entrecejo fruncido, su espada negra a la cadera, y las cicatrices en su torso producto de innumerables batallas no le daban mejor aspecto.
Los chicos de la cabaña 11 palidecieron en el acto y dejaron de lado sus actividades, incluso Chris volvió a colocar la camiseta rosa en sus manos, y Nico nisiquiera se había percatado de cuando fue que se la robó.
Él esperó tranquilo a que hablarán pero no fue necesario esperar mucho ya que desde la casa grande escuchó a Quirón gritar:

-¡STOOOLLS!

Sonrió para sus adentros y se fue trotando hasta la casa grande, donde se encontró a los gemelos sentados frente a la mesa de ping-pong y a el centauro frente a ellos con exprecion ceñuda.

-Ah.. Esto... Nico. - Balbuceó Quirón -Estas aquí.

Los Stoll compartieron una mirada cómplice y chocaron puños, pero al instante se pusieron rígidos en sus asientos y bajaron la cabeza para que Nico no pudiera verlos.

-¿Qué pasa? -Preguntó Nico.

-Vayanse, chicos.

Los gemelos salieron corriendo inmediatamente, tiraron una silla a el suelo y azotaron la puerta tras de ellos.

-Ni-Nico... -Tartamudeo su entrenador y pasó una mano por su rostro en actitud cansada.

-¿Qué ocurre?

-Bueno yo...

-Hey chicos -Interrumpió Reyna andentrandose en la sala -Dioses Di Angelo ponte algo de ropa. Vine directo desde el campamento Júpiter. Espero que sea importante.

Reyna tomó asiento donde antes estuvieron los gemelos y espero paciente las noticias de el centauro.

-Nico tiene que visitar a su padre. -Dijo con firmeza, como si la pretora le prestara sus fuerzas para una nueva batalla.

-¿Qué? -Dijo Nico -No. Odio las granadas de Perséfone.

-Ven con él, Reyna.

-Esto... -Reyna encontró de pronto muy interesante su toga morada y comenzó a aplisarla quitando inexistentes arrugas. -No creo que una romana sea bien recibida en el Hades.

-Iras con Nico. Fin de la discusión. Ponte algo de ropa, Di Angelo.

Salió de la casa grande y los chicos escucharon a lo lejos un grito de Quirón:

One shots || Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora