Capítulo 2: Cuando me miras así

189 20 12
                                    


Al bajar del avión ya era de noche, sin embargo, lo primero que pude sentir fue una brisa muy tibia, algo así como estar respirando en un cuarto de baño cerrado donde te has duchado con agua caliente.

- Oh por dios...que calor hace.- Ag se quejó.

- Si, demasiado...quiero decir que lo imaginé, pero es PEOR de lo que imaginé. Cambiémonos ropa al llegar al aeropuerto. ¿Te parece?.

- Como podría decir que no...Tita. - dijo abrazándome.

-Ag! no sigas con eso...y no me abraces...estoy pegajosa - reí.

- Iughhhhh Bella. - se alejó

Subimos a un carrito de esos que transportan pasajeros hasta llegar a las instalaciones del aeropuerto, el que lucía muy bonito y amplio, pintado en colores crema y rojo.

Luego, pasamos con nuestra VISA y pasaporte por un control, en el que le tomaron una fotografía a nuestro rostro e ingresamos a control de nuestro bolso de mano. En ese momento, nos llamó mucho la atención las vestimentas de las trabajadoras, usaban faldas cortas y apretadas, lo que para nosotras era nuevo porque contrastaba con la cultura de nuestro país, Chile, que es mucho más conservador. Aunque también tengo la teoría de que sus vestimentas son cortas por el calor que hace. Pasamos el control sin dramas y nos dirigimos a esperar nuestras maletas, una vez que las recibimos fuimos al baño y nos cambiamos de ropa. Ambas nos pusimos un vestido ligero y cómodo, para atenuar el calor.

Fuimos a la agencia de viajes Cubatour en donde ya habíamos arrendado desde Chile un auto que nos llevaría hasta el "Hotel Vedado", el cual se encontraba a 2 horas del aeropuerto en el centro de La Habana.

Una vez que llegamos al hotel, nos inscribimos con nuestro pasaporte en la recepción, en donde nos entregaron una tarjeta y una llave. Piso 5, habitación 201. Subimos por el elevador y nos dirigimos a nuestra habitación. Era para dos personas, tenía 2 camas, 1 mini refrigerador, 1 baño, 1 televisión con cable, un dispositivo de aire acondicionado y un clóset para guardar nuestras cosas. Apenas abrimos la puerta, nos tiramos en nuestras camas, cansadas y acaloradas. Para ese entonces, con Ag nos había llamado mucho la atención la calidez y atención de las personas cubanas hacia nosotras, nos preguntaban de donde éramos y nos daban datos de que partes visitar en la ciudad, realmente daban ganas de quedarse allí para siempre. Fue entonces, cuando caímos en cuenta que en nuestro país aún nadie sabía de nosotras.

- Bella, aquí no hay internet. - daba vueltas con el celular por toda la habitación.

- Lo sé Ag, busqué antes de venir y decía algo de comprar unas tarjetas...no estoy segura realmente -

- Pues podríamos bajar a recepción a preguntar, mi mamá estará preocupada. - Ágata era muy apegada a su madre.

- Bueno, vamos. Pero primero...creo que debo bañarme, estoy muy...pegajosa. - dije corriendo a abrazarla.

- ¡SUELTAME BELLA!...que asco...-

Amaba hacerle esas bromas a Ag, siempre corría de mi como una pequeña dama en apuros.

- Pues que chicas tan guapas las que mis ojos ven...dejenme adivinar ¿acaso son de México? - nos dijo respetuosamente el señor que controlaba el elevador.

Con Ag nos miramos y reímos ante el cumplido.

- Pues somos de Chile. - Le contesté riendo.

- ¡CHILE! - dijo él - El festival de Viña, Alexis Sánchez, Arturo Vidal...

- ¡Así es! - dijo Ag emocionada.

- Bueno mis bellas damas, hemos llegado. - nos dijo el señor con una sonrisa y se abrieron las puertas del elevador.

CNCO - Cuando se esconda el sol (Erick B.Colon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora