Capítulo 12: Que locura en la primera cita

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Desperté cuando sonó la alarma de mi celular anunciando que quedaba media hora para juntarme con Erick, la había puesto una hora antes pero no desperté, para variar siendo una dormilona total. Salté de la cama a la maleta en el suelo para buscar algún atuendo y alistar un bolso con una toalla y bloqueador.

A los 10 minutos tenía todo afuera de la maleta y no sabía que ponerme, quería verme linda para sentirme linda y que Erick viera lo mismo. Agradecí internamente a Ágata, quien me ayudó a poder levantar mi autoestima que era bajísima después de todo lo que había sufrido en el colegio. No me sentía una persona egocéntrica ni hermosa, pero al menos podía mirarme al espejo y estar conforme con lo que veía, porque era yo, y nada ni nadie me haría cambiar lo que era, debía aceptarme como soy y cada día luchaba por eso.

Al final para no atrasarme, me planté un bikini normal color negro y rosa algo flúor; un vestido blanco con diseños en distintos colores, sandalias a tono y un sombrero de playa. Tomé mi bolso y terminé echando lentes de sol, bloqueador, una toalla, mi pareo, dinero y como no, mi cámara, de este día podían salir recuerdos invaluables.

Quedaban 5 minutos, pinté mis labios me peiné un poco y salí al ascensor apurada por llegar a tiempo. Para mi buena suerte, el ascensor se abrió cuando presioné el botón y subí en él de inmediato. Se abrieron las puertas en el lobby y casi puedo jurar que el bolso se caía de mi mano ante la escena.

Erick estaba sentado con una chica en un sillón que daba justo de frente al ascensor, la chica en cuestión movía su pelo coquetamente mientras ambos reían. Por su vestimenta casi podía jurar que trabajaba en el hotel, seguro en informaciones. "cálmate, no es nada tuyo, no te debe nada...ni fidelidad, ni nada"

Seguía adentro del ascensor apreciando la escena cuando Erick miró hacia mí y se levantó raudamente del sillón dejando a la chica allí sola, la que me pegó una mirada que, si las miradas mataran, ya estaría sepultada bajo 10 metros de tierra. Finalmente bajé del ascensor y me quedé ahí, esperando a Erick que se acercara.

Lucía unas bermudas, una polera blanca cuello redondo y un sombrero negro que me quitaba la respiración, alrededor de su cuello colgaba una toalla, estaba tan lindo "Ay y después lo veré sin polera" pensé; me sonrojé ante mis ideas, supongo que a pesar de todo no podía evitar ser un poco pervertida.

Llegó a mi lado y su característico aroma que hacía que mi corazón saltara inundó el lugar.

-Hola Bella, ya llevaba unos 20 minutos esperándote...-dijo emocionado mirando su reloj.

-¿Tanto? Pero si llegué a la hora...-me sonrojé más, quizás había escuchado mal y venía mil horas tarde, como siempre.

-Si, llegaste a la hora, era yo, estaba algo ansioso y no pude evitar bajar antes.- dijo pasando una mano por su cabello, que era muy muy lindo por cierto, pero a quien engañaba, TODO en él me parecía malditamente atrayente.

Sonreí, no sabía qué decir. Cada vez que me dirigía la palabra me miraba fijamente y me cohibía, sentía que no era capaz de mantener mi mirada en la suya por mucho tiempo y él lo notaba.

-¿Te parece si ya nos vamos? Tengo hambre y muchas ganas de comer pizza.- murmuré pasando una mano por mi estómago.

-Claro, vamos.- susurró.- por cierto, te ves muy chula.-

Abrí mis ojos como dos grandes pepas de lo que sea, chula en mi país significaba que lucías de forma grotesca. Luego recordé que en algunas telenovelas había oído alguna vez decir que alguien se veía "chula o muy chula" y no es lo que significaba en Chile.

-No quiero parecer ignorante pero ¿me dirías que significa chula?.-

-Que luces guapa, bella...- me dijo divertido.

CNCO - Cuando se esconda el sol (Erick B.Colon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora