Decidí tomar un camino diferente al que hacía para ir a clase.
A pesar de que hacía un poco de frío había un sol espléndido y eso me animó un poco. Pues aunque yo adorara el frío, el calor del sol sin que llegue a sofocar me gustaba.
Bajé la calle y al poco a mi izquierda me encontré con un gran paseo el cual estaba lleno de árboles a lo largo y muchos bancos. Las zonas verdes de las ciudades me fascinan así que decidí tomar ese paseo hasta el final.
Caminé entre la hilera de árboles y pasé por debajo de unos arcos colocados en fila los cuales no pude resistirme a hacerles una foto. Hay zonas muy bonitas en esta ciudad, pensé. Puede que después de todo no fuera tan horrible.
Al final del paseo me encontré con una gran rotonda con una fuente en medio. Había varias salidas así que decidí tomar una que tenía casi de frente que seguía teniendo árboles a los lados de la acera.
Al rodear la rotonda pasé por un quiosco y decidí comprar unas chuches para calmar mi antojo, sé que no son muy saludables pero el regaliz rojo es mi perdición.
-Buenos días, ¿tiene regaliz rojo?
-Sí, los tengo sueltos y tengo la bolsa de 1€ por si te interesa.
-Esta bien, deme la bolsa por favor.
-Oído, aquí tiene señorita y que pase un buen día.
-Muchas gracias.El hombre del quiosco parecía muy majo, para otra vez que pase por ahí le volveré a comprar chuches.
Seguí mi camino y pasé por delante de varios escaparates en los cuales me paraba a mirar de vez en cuando. La verdad que ese viernes por la mañana no había mucha gente por la calle.
De nuevo otra rotonda y seguí recto pasando por un paseo en el cual había algunos niños pequeños jugando acompañados de sus abuelos. En estos momentos es cuánto más los echaba de menos, a mi familia, a mis hermanos, a mis padres. No quería entrar más en la nostalgia así que seguí mi rumbo.
Un poco más alante a mi izquierda vi un Instituto el cuál me hizo gracia no sé por qué. Quizá porque fui una ilusa en pensar que al acabar el insti todo iba a ir mejor y me olvidaría de los problemas. En aquel entonces tenía muchos sueños e ilusiones y ahora no tenía ninguno.
Seguí hacia la derecha dónde había otra avenida con árboles aunque mucho más pequeña. Miré el reloj del móvil y eran las 12:00, había salido temprano así que aún tenía tiempo hasta que tuviera que regresar a comer. De momento podría seguir deambulando.
En la avenida me encontré con un puesto de churros. Los churros me encantaban y de vez en cuando estando en mi casa le pedía a mi padre que me trajese para desayunar.
Más adelante vi que se acababa la avenida y que había un enorme seto que irrumpía el paso. Vi un cartel que señalaba la entrada a un parque un poco más a la derecha así que decidí entrar.
Me encontré con un gran portón negro el cuál estaba abierto de par en par. Vi a gente mayor salir vestida con ropa deportiva. Seguramente es de estos parques grandes que viene la gente a correr o hacer deporte, pensé.
Entré y en un principio me pareció que me había transportado a otro sitio fuera de la ciudad. Era enorme y desde la puerta no se distinguía bien el final. Los árboles se tocaban entre sí formando arcos, y todo estaba lleno de césped y arbustos y más árboles. Todo era verde y se oía claramente el sonido de los pájaros. Saqué de nuevo el móvil para hacer más fotos y seguí el camino por el cuál pasaba gente corriendo.
De repente vi una zona de parque infantil donde había toboganes y columpios. Salí hacía allí a sentarme en el columpio. Menos mal que era viernes y no había niños por allí que si no estaría lleno y la verdad me daría un poco de vergüenza que me vieran ahí sentada.
Estaba columpiándome alante y atrás cuando oí una voz detrás de mí.
-¿Tú también te has escapado?
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Yang Jeongin y yo
FanfictionNo todo está saliendo tan bien como imaginaba en la nueva ciudad y con los nuevos estudios cuando aparece alguien que consigue iluminar el mundo con una sonrisa. ⚠ Las historias son originales. Basadas en hechos que me han pasado ⚠