Mis pies descalzos tocan el pasto verde y frío, una sonrisa de placer se escapa y suspiro. Elevó mi vista al cielo turquesa con algunas nubes, el sol brillante que es hasta capaz de encandilarte, se puede oír el canto de algunos pájaros y las hojas de los árboles moverse por la suave brisa.
La paz invade.
Cierro los ojos, de algún modo se siente y disfruta más, y ya no importandome nada, me recuesto sobre el pasto.
Mi cuerpo se relaja, se afloja, se amolda al pasto y sonrío.
Hay días en que necesitas está tranquilidad, aislarse del mundo unos minutos, para tomar energías y seguir con la rutina que a veces, es tan matadora.
Siento unos pasos y al instante algo rozar por mi nariz cuasando cosquillas y que la tranquilidad se dispare derrepente para abrir los ojos, incorporarme y encontrarme con una Micaela riendo tal foca.
Muerdo mi labio inferior, ocultando una sonrisa y ella se agacha, todavía riéndose y me abraza por mi cuello.
— ¿Sos boluda?
Su risa se sigue escuchando. Ruedo mis ojos.
— Es que estabas tan tranquilita.
— ¡Era la idea Micaela!
Sigue riendo, planta un beso en mi mejilla y se sienta coligue al lado mío.
— Bueno, pero estabas sin mí.
— Egoísta. – sonrío chiquito – ¿Dónde estabas?
Sonríe y se hace la misteriosa, para después tapar con su pelo su boca, dibujada en una sonrisa.
— Fuimos al arroyito – Ah, porque también estaba Pablo y algunos chicos más de la comunidad youtuber – te traje algo.
Frunzo el ceño y ella sigue sonriendo.
— ¿Qué? – sonrío.
Muerde su labio inferior y suspira.
— Es una boludez, pero me hizo acordar a vos.
De su bolsillo del short saca una piedra blanca con forma a púa.
Sonrío, la tomo, la miró.
— Sos una linda. Me la voy hacer medallita así la llevo siempre conmigo. Te llevo siempre conmigo – me corrijo.
Sonríe.
Con mis manos rodeo sus mejillas y dejo un pequeño beso en sus labios.
— ¿Te das cuenta que todo mi facking día estoy pensando vos? Harta.
Río y la abrazo.
— ¿En quién vas a pensar si no pensas en mi?
— Ya empezas.
Su cara de hartazgo, mi risa. Rodeo su cintura con mis manos para atraerla más a mí, cuando lo logro me inclino hacia atrás, ella pega un gritito y termino de vuelta recostada en el pasto, ella aferrada a mi cuello sobre mí.
— ¡Bárbara!
Río y beso sus labios.
Dejo que se acomode a un lado mío, pero no se separa de mi lado, apoya su mentón en mi hombro.
Vuelvo la vista al cielo, enredo mi mano con la suya y siento que no preciso nada más.
Un suspiro se le escapa, y sonrío, vuelvo mi vista a ella y me la encuentro mirándome.
— Me quedaría acá siempre.
— Ojalá te quedes conmigo siempre.
Rota su cuerpo para quedar de costado, con una de sus manos acaricia mi mejilla y me sonríe chiquito.
— Quiero estar siempre con vos. En cualquier lado, mientras estés conmigo.
Sonrío y dejo un pequeño beso en sus labios.
La abrazo fuerte y nos volvemos a mirar, sonrientes.
Creo que acá o en la Quiaca, siempre que esté con ella me voy a sentir acompañada.
¿Será porque ella es mi lugar en el mundo?
Seguro que sí.
He vueltoooooo.
Me sentía un poco mal por no actualizar, pero es que últimamente no se me cae una idea para escribir.
Espero que tengan un lindo día
💫💫💫
