Mi héroe en todo este lío

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Tres suaves golpes previnientes detrás de la puerta me hacen salir de ese trance en el que me encontraba dormida y despierta a la vez.
Suspiro y refriego mis ojos con las yemas de mis dedos.

– ¿Bar? - La voz de Pablo, la risita de Micaela.

Que dúo.

– Va - elevó mi voz para que me escuchen y dejen de golpear la puerta de una vez. Con mis pasos lentos camino hacia la puerta de mi habitación para abrirla y encontrarme con estos dos. Ya con verlos me doy cuenta que han tomado alguna que otra copa - ¿Qué hacen?

– ¿Cómo que hacemos Bárbara? - Pablo y su hiperactividad – dale mi amor, nos están esperando, llegamos tarde.

Miro a la más pequeña de los tres, tiene el teléfono en mano y no para de reír. Esta filmando, rodeo los ojos.

– Micaela podés dejar de filmarme.

Suspiro y voy en busca de mi celular y llave de la habitación.

– Aguanta loquilla ¿qué te pasa? - me dice divertida y me es inevitable no  reír con las risas de estos dos.

– ¡Esperen! - Pablo para el paso en medio del pasillo - Me olvide la go pro en el cuarto de Alejo -rodeo los ojos.

– Ah sos un boludo ¿no íbamos a vloguear?

– Y sí, si no grabamos una mierda - reímos los tres - Bueno vayan yendo yo la busco y voy. Pidanme un chupito.

– ¡Ebrio! - dije con gracia y él hizo gesto de diva para que Mica ría y yo me contagie.

Primera noche en Brasil, y como se esperaba, fiesta de bienvenida. Y yo con mi humor por el subsuelo.

– ¿Estabas durmiendo? - me pregunta la ojiazul mientras esperamos el ascensor con una pequeña sonrisa, corriendo un mechón de mi rostro.

– Algo así – digo divertida - la verdad que prefería quedarme, no tengo muchas ganas

– Bailemos un rato, después sí querés podemos ir hasta la costa - sonrío chiquito y asiento.

– Ya estas ebria Micaela -se me escapa una carcajada y ella se ruboriza.

– ¡Mentira! - vuelvo a reír y ella se cuelga de mi brazo, ocultando su rostro en el hueco de mi cuello. Muerdo mi labio inferior.

– Dale que llegó el ascensor - le murmuré para que se separe y subamos al mismo.

– No estoy borracha - Dice, después de varios segundos en silencio. La miro y sonrió, muerdo mi labio inferior, no creyéndole nada - Bueno, tal vez un poquitín - Largo una carcajada

– Sos una tarada, ebriaaaa.

– Es que fuimos con Pablo a la habitación de Alejo y tenía daikiri de frutilla boluda, no sabes lo rico que estaba - muerdo mi labio inferior.

– Y fue tipo "Pa' que me dan chupi si saben como me pongo" - ríe a carcajada y aplaude cuan foca. Es tan linda

Cuando llegamos al piso trece, en donde se hacía la fiesta, la música ya se escuchaba como también el gran bullicio, vimos de lejos a Dai Hernández con otros del grupo y antes de acercarnos, fuimos a la barra para poder pedirme una cerveza y ella otro daikiri.
Varía gente ya se encontraba bailando, yo le hice seña a Mica que iba a uno de los sillones para disfrutar de mi birra.
Había tenido una semana bastante complicada, y la verdad que este viaje fue como un escape, pero tampoco me sentía del todo bien como para hacer como si nada, al menos por ahora no.
Cuando Pablo llegó se acercó a Mica para que bailen juntos haciendo unos pasos bastante bizarros, pero que causaban risas.

No te apagues (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora