Sus ojos se agrandan del asombro, brillan y una sonrisa inmensa aparece.
Sonrío.
Observa todo a su alrededor, con una expresión de fascinación que me dan ganas de agarrar su carita y llenarla de besos.
Las luces de la ciudad se ven pequeñas desde acá a lo alto, algunos árboles se interponen a la ciudad, pero hacen la vista más placentera, solo se escucha la brisa del suave viento y algunos pajaritos que vuelven a sus nidos.
El sol se está por esconder, desde acá arriba es todo mucho más lindo.
Me mira, sus ojitos brillan y su sonrisa es la más hermosa del mundo.
— Bienvenida a mi escondite – me sonríe aún más.
— Es... hermoso Bar – asiento con una pequeña sonrisa.
— ¿Viste?
No era la primera vez que venía, si lo era acompañada. Siempre que me sentía ahogada de la rutina, de mis pensamientos, era este el lugar elegido para sentirme en paz.
¿Cómo no presentárselo a la persona más especial de mi vida?
— ¿Ya lo conocías? – Asiento y ella sonríe chiquito.
Le tomo una de sus manos y la arrastró hacia mi lugar favorito de este mirador.
Cuando me acerco a un pequeño paredón a ella se le transforma la cara.
— Vení dale – me mira, dudosa, le sonrío. Niega – no pasa nada, siempre lo hago
— Me da miedo – sonrío chiquito. Le estiró la mano.
— Desde acá se puede ver todo mejor – murmuro – al pedo vinimos si no – suspira y acepta mi mano.
Al sentarse está muy tensa y sonrío. Pasó mi brazo por su espalda, pegandome más a su cuerpo.
— ¿Estas bien? – murmuro, por la cercanía que mantenemos.
Ella asiente, sin alejar la vista al paisaje.
— Me encanta estar acá – ahora me mira y sonríe chiquito – gracias por compartirme tu escape – sonrío y dejo un pequeño beso en sus labios.
— A mí me encanta estar acá con vos – murmuro – Este lugar me hace muy bien... siempre que estoy mal, con bronca o que necesito un poco de tranquilidad vengo para acá. Y estar acá, con vos es... inexplicable.
Muerde su labio inferior, y enreda su mano junto con la mía.
— Sos hermosa – niego.
— Vos me pones así – sonríe y une nuestros labios cortamente.
Me mira por un instante y abre la boca como para decir algo, pero al instante la cierra, y niega.
— ¿Qué?
Vuelve a negar.
— Nada
— Dale, no me vas a dejar con la intriga – la apunto con mi dedo índice ella sonríe y se tapa su rostro con ambas manos, río e intento dejar al descubierto su rostro.
Me sorprende sacándolas y rodeando mi cuello para atraer mi cuerpo a ella y dejar un beso fugaz, que no dudó en sumarme y formar uno más intenso, invadiendola y ella a mí. Mis manos recorren de lo alto a lo bajo de su espalda varias veces y cuando ya nuestras respiraciones se entrecortan, le ponemos fin a este beso.
Muerde su labio inferior y me mira, sus ojos están más oscuros, y sus labios rojos gastados de este beso.
— Quiero estar siempre así, con vos.
Mis ojos se cristalizan y se dibuja una sonrisa de ilusión y emoción.
— ¿En serio? – Asiente.
— ¿Vos? – nos perdemos en nuestros ojos. Asiento lentamente – Bar...
— Te amo – murmuro y ella me sonríe.
Muerde su labio inferior y toma aire, no para de mirarme. Encierra mi rostro con sus manos
— ¿Querés ser mi novia?
Una sonrisa inmensa se me forma, y asiento varias veces.
Pongo mis manos en su cintura y me acerco, lo suficiente para que nuestras narices se encuentren.
— Sí, obvio que quiero
Ella también sonríe y encierra sus labios en los míos, los cuales enseguida le dan nuevamente paso para que me pierda en ella, y ella en mí, muerde mi labio inferior y subo mis manos a su rostro para acunarlos y hacer más profundo el beso.
— Creo que tranquilamente me podría morir acá que sería la flaca más feliz del mundo – dice y yo sonrío divertida.
— No, igual no te mueras
— Voy a tratar de que no
Suspiramos a la misma vez y reímos, muerdo mi labio inferior.
— ¿Era eso lo que tratabas de decirme? – pregunto, mientras con mi dedo pulgar hago círculos en la planta de su mano.
Veo como muerde su labio inferior y asiente.
Sonrío.
— Tenía miedo – frunzo el ceño.
— ¿Miedo? – Asiente.
— Tal vez vos no querías... – se encoje de hombros y yo muerdo mi labio inferior y niego varias veces
No sabe lo que dice.
— ¿Como no voy a querer Mica?
— ¿Que se yo? – sonríe
— Obvio que si – planto un beso en su mejilla – Aparte... – eleva una de sus cejas.
— ¿Qué? – sonríe
— No niego ni afirmo de que estaba a punto de preguntarte lo mismo – larga una carcajada.
— ¿Posta? – asiento – ¿Y por qué no lo hiciste?
— Porque me interrumpiste – sonrío
Ella muerde su labio inferior.
Sus ojitos brillan y no dan más de hermosos.
Se acerca y vuelve a unir nuestros labios en un beso corto.
— Hola novia – murmura.
Me hace sonreír, siempre.
— Hola novia.
💫💫💫
¿Vieron que el otro día les pedí que si tenían alguna idea para ofrecerme no me enojaba?
Bueno, nadie me mandó nada :) ahre.
¡Dejen sus comentarios!
Ojalá estén teniendo un lindo día
