Sei

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Solo tenía muy pocos meses-6 de ser precisos- de aquel raro embarazo, el creía que tal vez su cuerpo cambiaria y le crecería el vientre como a una mujer, pero no solo se puso por así decirlo cuadrado – el cual agradecía ya de por si-.

ㅡ¿Crees que de verdad todos sabían de mi embarazo? ㅡ pregunto muy confundido.

Todos absolutamente todos sabían.

¿Ninguno creyó otra cosa Ju? .

Si, creyeron algo. Pero relájate.

ㅡ¿Qué creyeron ellos? ㅡvolteo a mirarlo.

Déjalo Jack. ㅡ el dejo de mirar al pelirrojo y cerró los ojos para relajarse un poco, *que Jack no tenía los típicos síntomas del embarazo* según pensaba él.

Y con esa frase abrió los ojos sintiendo como el pelaje de su lomo era jalado y que se le enterraba algo, miro al albino y este tenía el entrecejo algo fruncido mirándolo como si sus ojos rojos reflejaran el infierno mismo.

Dime que creyeron, o yo mismo te agarrare y te convertiré en un bello tapete de tigre blanco.

Trago en seco por el miedo que causo, a él no le era aterrador Jack pero en este momento él no quiere saber que es capaz de hacer aquel pelirrojo.

C-creyeron que era una broma o algo hecho con tu tecnologíaㅡ admitió.

Bueno si se hace vamos a ver cuánto fueron de un pequeño grupo... ¿quieres hacer una apuesta?ㅡ sonrió.

Abecés eres un enigma Jack, está bien...Callo un momento y luego habloㅡla cantidad que crea que tu embarazo era falso o mejor dicho la cantidad será años que no te cortes el cabello.

!Oye¡, ¿porque eres así? ㅡ Pregunto mordiéndose un poco el labio.

Tú te lo buscaste, si son muy pocos como de diez hacia abajo te dejare si pelaje.

Y así dejaron como seria es pequeña apuesta que al final de todo Jack resulto ser el perdedor.

(***)

Jack se encontraba en una pequeña cafetería en parís, junto a aquel mimo demoniaco que lo miraba sonriente. El pelirrojo sonreía tiernamente al pequeño niño de apenas 1 mes de nacido, que descansaba plácidamente entre sus brazo.

Jack amigo, ¿el pequeño ya tiene nombre?. ㅡ hablo tranquilamente mientras serbia una taza de Té al pelirrojo.

No, no tiene. Yo no logro pensarle uno correcto.

El mimo se llevó una mano a la barbilla mientras pensaba, abecés golpeaba con los dedos la mesa, hasta incluso movía los ojos de un lado al otro. El albino no prestaba caso a lo que estuviera haciendo su amigo.

𝐸𝓁 𝓇𝑒𝓉𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝓉𝒾𝑒𝓂𝓅𝑜 [𝒞𝒽𝒶𝒸𝓀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora