Heridas (Tododeku)

Desahogo

- ¿Midoriya?

Todoroki seguía preocupado por su estado, cuando los amigos de este se fueron casi corriendo del lugar, el peliverde nunca dijo nada, no se despidió, es más, no reaccionó a la excusa absurda y mucho menos, cuando ambos dijeron excusas diferentes, al mismo tiempo.

"Tenemos que asistir a nuestro trabajo de medio tiempo, ¡Llegaremos tarde!"

"Debemos llegar a casa, ¡Mi familia nos espera para almorzar!"

No los culpaba, de cierto modo, terminaron de meter la pata y al fondo, al mencionar sobre el funeral del antiguo símbolo de la paz. Este se separó de su lado cuando ambos habían salido y se cubrió con las sábanas, intentando cubrir su estado.

- Izuku- intenta llamarlo de otro modo, acerca su mano y le toca el brazo, pero este lo aleja de forma brusca.

- ¡Dejame!- le grita aun debajo de las sábanas- ¡Dejame solo!- esas palabras fueron puñales que se clavaron en su corazón.

- No.

- Vete por favor...- pide bajando el tono de su voz, estaba temblando, intentando no llorar, su cabeza comenzaba a dolerle, los acontecimientos de ese día lo volvían a azotar de nuevo.

- No.

- ¿Por qué?- pregunta sosteniéndose la cabeza- ¿Por qué no me dejas?, no merezco tu preocupación.

Shoto ignora sus palabras lo mejor que puede, eso le dolía, no quería comenzar una discusión con su novio en ese estado. Quería ser fuerte, para ser el pilar, el hombro que él necesitaba para poder llorar, para poder desahogarse de sus pensamientos y sentimientos turbulentos que lo atormentaban, todo, porque quería hacerles frente él solo.

- ¿Por qué insistes en hacerlo solo?- le pregunta tratando de no incomodarlo, de no asustarlo con su voz- Siempre quieres cargar con todo, tus propios problemas, tus propias crisis emocionales, no permites que otros te ayuden, ¿Por qué?

Izuku se niega a responder, ni él mismo lo sabía, siempre quería demostrar que a pesar de ser alguien que nació sin un Quirk, podía hacer lo mismo que los otros, que contaba con las mismas capacidades, aún ahora, teniendo una habilidad que lo lastimaba todavía por no controlar del todo su uso, en especial ahora, que tenía el 100% del Quirk.

Cuando era niño solían burlarse de él por no tener ninguna habilidad característica, lo aisló de sus compañeros de clase y de su mejor amigo Kacchan, que al pasar el tiempo, había adquirido un odio por su persona y nunca supo porque, nunca podía tener una conversación con el rubio, porque comenzaba a gritarle y a humillarlo, a tal punto, que, el miedo que siente al tener que enfrentarlo estando solo con él, cuando se cruzan, ha aumentado gradualmente. Pero, en ese segundo año, su relación había mejorado un poco, Bakugo lo trataba igual, pero lograba controlarse mejor.

Escuchar esas palabras lo hacían sentirse confundido. Incluso, la creciente ansiedad y molestia que sentía por sí mismo lo hace cometer un gran error.

- ¡No eres nadie para decirme eso!, ¡No tienes el derecho para reclamarme!- le grita a todo pulmón.

El bicolor abre los ojos sintiéndose derrotado, intentaba ayudarlo, pero se estaba viendo más afectado de lo que esperaba. El peliverde se da cuenta de lo que ha dicho cinco segundos después, no era lo que quería expresar. No quería alejarlo de su lado cuando lo tenía tan cerca, quería hablarle, decirle lo que lo molestaba a tal punto de hacerlo sentir mal. Se descubre para encararlo y aceptar su error, las lágrimas se habían secado pero al ver el rostro de su pareja, están vuelven a surgir.