Heridas (Tododeku)

Sonrisa

- ¿Q-qué?- titubea el peliverde- ¿Q-qué tu quieres que Shochan...?- pregunta nervioso sin dejar de abrazar al hombre que se apoyaba sobre su cuerpo.

Se remueve para ubicarse de tal forma que apoya sus manos a cada lado de la cabeza del menor y ubica las piernas a cada lado de sus caderas, aprisionandolo, le observa con intensidad. El rostro del pecoso era una proeza, la mirada brillante, las mejillas completamente rojas, sus hermosas pecas realzadas por su sonrojo, su expresión de nerviosismo, era completamente cautivador ante sus ojos.

- Quiero que hagamos el amor.

- ¿A-ahora?- tartamudea.

- Te deseo tanto- habla sin censuras, logrando que la respiración de su pareja sea entrecortada.

Shouto en ese momento, recuperaba fragmentos de sus recuerdos y puede que se había detenido demasiado en los momentos en que ambos habían íntimado durante esos años que estuvieron juntos, no sabía con exactitud porque lo recordaba, pero de lo que estaba seguro, era que su deseo sexual estaba a flote y quería satisfacer sus necesidades carnales en esa ocasión.

- Shouto- le llama en voz baja, ubica sus manos en cada uno de sus antebrazos- Y-yo también lo he querido pero...- frunce un poco el ceño, como sus labios- D-debo ir con Uraraka-san y los demás- intenta hablar manteniendo un bajo perfil, no estaba seguro de cómo reaccionaría por sus palabras- Debo cumplir con mi deber.

- Lo sé...- utilizaba el mismo tono de voz- Por ahora, ¿Puedo besarte?

Más fuerte que un abrazo y más profundo que un beso

- Nunca me negaría a tus besos Shochan...

Con esa aceptación tan abierta no puede evitar sonreír de forma coqueta.

- Gracias amor- dice para acercarse y unir sus labios con los contrarios.

Quería comenzar con un beso tierno, desafortunadamente el simple roce de labios ocasionó que subiera de intensidad de inmediato, volviendolo más pasional y romántico. Izuku lo notó de inmediato, pero no se negó, quería disfrutar de ese mimo, desde ese día en el hospital- mes y medio atrás- donde le dijeron que la persona que más amaba en el mundo había olvidado todo sobre ellos, cada uno de sus momentos juntos, le había dolido, su corazón estaba triste y aún no estaba seguro de como había logrado ocultar su tristeza del bicolor, pero de alguna forma, lo había logrado.

No se lo había contado a nadie-ni siquiera a su madre o a su confidente castaña- de que, en medio de una de sus misiones, cuando estuvo completamente solo, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas sin previo aviso, era consciente de que su estado emocional ya no lo soportaría ni un segundo más, se había contenido, todo lo estaba guardando en una pequeña caja, todas sus frustraciones, sus miedos, sus preocupaciones, con la intención de no afectar a nadie, ni siquiera a sus allegados más cercanos, sabía que era difícil, después de todo él mismo sabía que era demasiado expresivo y sentimental cuando algo lo involucraba. Afortunadamente, no ocurrió nada grave en su momento de quiebre emocional, de haber sido, nunca se lo hubiera perdonado.

Mueve sus brazos, subiendo por los brazos de su pareja, pasando por sus hombros, abrazándola por la espalda, Shouto intensifica el beso, acariciando con su lengua la contraria, convirtiéndolo en un beso francés, un ligero gemido es silenciado por ambas bocas. De un impulso, Izuku acerca el cuerpo de su amado al suyo, de tal forma que no puede evitar alejar sus labios al sentir su intimidad siendo tocada por la del semialbino.