Reina a los 16

CAPITULO 7

                  ¿Tuya?

- Sí que eres mía - dijo Shane.

Nos quedamos en silencio. Yo pensando qué responder y él supongo que mirándome.

Yo ya dejé de pensar porque no me iba a estrujar la cabeza por él. Estaban echando una película romántica en la televisión y Shane puso su brazo sobre mi hombro con el viejo truco del bostezo y me atrajo hacia él. Me intenté soltar de varias maneras, pero después de varios intentos me rendí y apoyé mi cabeza en su hombro. Justo cuando lo hice se quedó mirandome durante unos instantes y yo intentaba no inmutarme.

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         NARRA SHANE

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¡Dios mío! Esa chica me encantaba, no se qué haría después de esto sin ella. Sin duda estaba enamorado de ella. No sabía cómo podía haber vivido sin ella tanto tiempo y que una coincidencia nos hubiese unido. Sin embargo, sabía que la noche que pasó fuera estuvo con William, si no conseguía su corazón antes que él la perdería para siempre y entonces no sabría qué hacer.

- ¿Quieres algo? - dije.

¿Por qué había dicho eso? Estab muy nervioso y las cosas salían sin que las pensara.

- Claro - dijo ella mirándome.

Me encantaba esos ojos marrones que me hipnotizaban, sin duda la quería. Me levante.

- No te escapes - dije con una sonrisa.

Fui a la cocina y preparé unas palomitas y serví en unos vasos Coca - Cola, los coloqué en una bandeja y esperé a que las palomitas estuviesen listas. Cuando estuvieron en su punto las saqué microondas y las coloqué en un cuencouu (cuenco) que luego pusé en la bandeja. Salí de la cocina y volví al salón donde Dianne estaba muy metida en la película, los pritagonistas estaban inversos en un romántico beso bajo la lluvia. Lo que daría yo por aquello. Dejé la bandeja encima de la mesa y me volví a sentar en la misma posición que antes. Cuando terminó la película Dianne me miró y yo le planté un beso. Cuando me aparté ella estaba perpleja y dudé de si había hecho bien. Dianne se empezó a sonrrojar y yo la abrazé con ternura y ella me imitó.

- No se qué decir - me susurró.

Yo la empecé a acariciar la espalda y esa empezó a jugar con los cortos y rebeldes mechones de mi pelo. Nos empezamos a reír. Y después nos separamos.

- Gracias - dijo entonces Dianne.

- ¿Por qué? - pregunté.

- Por haber aceptado traerme y cuidar - hizo una pausa - y por no enfadarte cuando no vine esa noche ni tampoco cuando intenté escapar de ti. Solo por ser como eres - finalizó.

- Gracias a ti por aceptarme alteza - contesté y nos volvimos a abrazar.

Nos pasamos la tarde disfrutando de varias películas y comiendo palomitas juntos. Se nos hizo tarde y Dianne se quedó dormida sobre mi hombro. La cogí y la subí a su habitación.

- Que duermas bien - dije mientras la metía en la cama.

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        NARRA DIANNE

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Me desperté en mi cama, Shane me habría subido anoche. Me di una ducha y elegí unos leggings negros y una sudadera rosa fluor para ese día puesto que hacía un poco de frío. Bajé a la cocina y comprobé que Shane no estaba allí y decidí subir a despertarlo. Corrí escaleras arriba y entré a su habitación sin llamar pero no había despegado la mano del pomo de la puerta cuando me di cuenta de que Shane estaba con el torso al aire y salí cerrando la puerta detrás de mí. Estaba roja no, lo  siguiente, casi me muero de la sorpresa, pero había que admitir que Shane no estaba tan mal. Tenía un torso trabajado y unos brazos musculosos. Cuando me dispuse a bajar de nuevo Shane salió de su habitación.