CAPITULO 31

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                   ¡PAPÁ!

- Oh, oh - me dije.

- ¡CORRE DIANNE! - gritó William.

Estaba paralizada, no podía moverme.

Al percatarse de eso Shane corrió hacia mí y me cogió cargándome como un saco de patatas.

Yo seguía mirando horrorizada a Eric, quien corría detrás de nosotros seguido por una docena de soldados elfos.

William y Evan nos seguían un poco más atrás.

Noté que unas ramas arañaban mi piel. Shane se escondió entre los matorrales y a los pocos segundos Evan y William nos acompañaban.

- Dianne, tienes que tranquilizarte. - empezó Shane - Tu padre nos ha dicho que nos puedes teletransportar con tus poderes de bruja, así que, hazlo.

Respiré profundamente, cerré los ojos e intenté recordar el hechizo.

Cuando estuve lista dibujé circules en el aire y les pedí a todos que hicieran un círculo juntando sus manos. Pronuncié las palabras y cerré fuertemente los ojos esperando a que aquello funcionase. Pero no pasó nada, ¡NO PASÓ NADA!

Estábamos en problemas.

Miré a mi alrededor y los elfos se apresuraban velozmente. Solo tenía tiempo para un intento más.

Volví a hacer lo mismo y esta vez funcionó.

Volví a abrir los ojos y miré a mi alrededor.....¡Lo había conseguido!

- ¡Papá! - grité avalanzandome sobre él.

Mi padre no respondió a mi abrazo, ¿Qué pasaba?

Me detuve a mirarlo.

E-era, era, estaba.....

- ¡ESTÁ PETRIFICADO! - grité asustada.

De repente me giré y lo vi.

- ¡Eric! - dije sorprendida - ¡¿Qué has hecho?!

- Quitar a ese viejo de mi camino - dijo encogiéndose de hombros.

- ¡No te atrevas a decir eso de mi padre! - dije desesperada.

Entonces sin previo aviso desapareció.

Miré a mi alrededor.

- Tranquila Dianne, encontraremos la forma de que vuelva a la normalidad - dijo William mientras me abrazaba.

- ¿Cómo? - dije acurrucándome entre sus brazos.

Escuché unos pasos cada vez más cerca y levanté la cabeza para ver quién era.

Cinthya.

- Dianne, creo que yo tengo una idea - dijo.

Levanté la cabeza para ver mejor a Cinthya. Me limpié las últimas lágrimas que quedaban en mi rostro y me dispuse a hablar.

- Acepto propuestas por inútiles que sean.

- A ver - empezó Cinthya - nos contaste que tu abuela era una bruja. Pues podríamos ir a buscarla para que nos ayudase.

- No es mala idea - admití - pero hay un pequeño problema. Vive al otro lado del bosque - un escalilofrio recorrió mi columna vertebral - encantado.

- ¿Y qué hay de malo en eso? - preguntó William.

- Pues que hay viven los gnomos y algunos elfos - dije.

- Y todo el que se ha adentrado en el bosque a los pocos días de volver se convertía en piedra - añadió Shane.

Cinthya y William  tenía cara de espanto.

- Siempre podemos rodearlo - dijo William.

- No se puede - dijo Shane.

- ¿Entonces? - preguntó Cinthya.

- Siempre podemos atravesarlo - dije intentando no ponerne nerviosa.

Reina a los 16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora