Una "noche en el hospital"
- No llores princesa - dijo William secando mis lágrimas.
- Lo siento - me dispculpé - no debí...
- No te disculpes - me cortó.
- Pero - me pusó un dedo en los labios para que me callase.
- No digas nada.
Quitó su dedo de mis labios.
- Ven - dijo extendiendo sus brazos - abrazame.
Así lo hice, lo abracé, él me empezó a acariciar el pelo. Al cabo de unos instantes mi celular empezó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo y contesté.
- ¿Shane? ¿Por qué me llamas a las tres de la mañana? ¿Ha pasado algo?
- No, tranquila, llamaba para saber cómo os encontrábais.
- Bien gracias, bueno hasta mañana.
- Adiós - colgué y guardé mi teléfono en mi bolsillo.
- ¿Qué quería? - preguntó William serio.
- Sabee si estábamos bien, nada de otro mundo.
- Seguro que quería saber qué hacíamos.
- No seas así, no creo que nos esté espiando.
- Quiero un beso.
- Mmmm...no - dije.
Me levanté de la camilla y él hizo lo mismo.
- Creo que deberías quedarte en la camilla - dije retrocediendo.
- Creo que me debes un beso.
Cuando me iba a coger me agaché y fui a la otra esquina de la habitación.
- Pues crees mal.
- Ven aquí.
Después de unos minutos esquivándole me rendí y él me atrapó. Me acorraló contra la pared.
- Te importaría...- no me dejó temrinar la frase porque me beso.
Después de unos minutos me dejó de besar para coger aire.
- William... No deberías...
Otra vez me besó.
- No voy a hacer lo que debo, sino lo que quiero - y me volvió a besar.
Le separé de mí.
- William no, ya basta, esto no está bien.
Me miró desilusionado, y después me soltó y se sentó en la camilla. Empezó a haber un silencio incómodo.
- Creo que voy a salir fuera un rato, necesito tomar el aire.
Salí de la habitación, por los pasillos no había nadie, pero las luces estaban encendidas. Me dispuse a salir, pero cuando lo iba a hacer pude ver una silueta que me resultaba familiar.
- ¿Dianne? - dijo una voz desde fuera.
- ¿Shane? ¿Qué haces aquí? - dije saliendo al exterior.
- Quería verte.
- ¿Has dejado sola a Cinthya?
- Sí, pero está en su casa, no le pasará nada.
Me senté en un banco cercano.
- ¿No está William contigo? - preguntó.
- Se supone que tiene que estar en la habitación, pero no creo que siga allí.
- Has dado en el clavo - dijo una voz detrás de mí.
Los dos se dedicaron una mirada asesina y luego William me abrazó por detrás.
- No, otra vez no - dije soltándome - no estoy para juegos.
- Nueva norma - dijo Shane interrumpiéndonos.
- No me sorprende sabiendo que te voy ganando, ¿cuál es? - dijo William hacercándose más al otro.
- Si ella no te besa, no hay besos.
- Yo voy a añadir otra; no se le puede estropear el momento al otro - dijo William.
Juntaron su manos para cerrar el acuerdo y se separaron.
- Creo que deberíamos volver dentro William, y tú, Shane vuelve a casa, nos vemos mañana.
Asintieron. Le di un beso en la mejilla a Shane y éste se marchó. William y yo entramos.
- Yo también quiero un beso en la mejilla - dijo William celoso.
- Ya lo tendrás algún día de estos - le respondí mientras entrábamos en la habitación.
- ¿Te apetece hacer algo?
No respondí.
- ¿Nos escapamos de aquí?
Giré la cabeza para mirarle. Antes de que pudiese decir nada él ya me había cogiedo en brazos y me había llevado hasta el coche.
- ¿A dónde vamos? - pregunté.
- Ya lo veras.
Llegamos a aquel sitio que se empezaba a hacer habitual en nosotros, la hierba aún estaba fresca y las estrellas nos iluminaban el camino.
- ¿Te acuerdas? - preguntó William bajándose del coche.
Asentí.
Nos tumbamos como hicimos la otra vez que estuvimos aquí y comtemplamos las estrellas.
Me desperté cuando los rayos de sol apenas asomaban por el horizonte. Lo extraño fue cuando me di cuenta de que William me estaba mirando.
- Durmiendo estas muy guapa.
- Me estabas mirando mientras dormía.
- Sí, ¿Te molesta?
- Seras.... - no pude termianr mi frase - para - dije entre risas.
- No, no dejaré de hacerte cosquillas.
Cuando paró, recuperé mi respiración normal.
Me llevó a casa y yo me despedí con un beso en la mejilla.
- Te lo debía.
Llamé a la puerta y Shane abrió.
- Hola - le saludé mientras entraba.
- Hola - dijo él secamente.
————————————————
Llamé a la pierta de la habitación de Shane.
- Pasa - dijo.
Entré tímidamente.
- ¿Por qué viniste ayer al hospital?
- Simplememte estaba celoso - respondió sin dejar de mirar su celular.
- ¿De qué?
Esta vez me miró.
- De que él pudiera estar a solas contigo y yo no, de que él pudiera besarte y yo no y de que él pudiera coquetear contigo y yo no.
- ¿Y por qué no lo has hecho hoy? Tú has estas solo conmigo.
- No puedo, son las normas.
Recordé su apuesta, sí, les había dejado continuar con ella pero cada vez se hacía más difícil.
Shane me sorprendió abrazándome, yo le abracé también. Cuando ya llevábamos un rato así bajó sus manos hasta mi trasero.
- No lo toques o te suelto - le amenacé.
En seguida volvió a colocar sus manos al rededor de mi cintura.e acurruqué en su pecho trabajado.
- Adoro que hagas eso - me susurró.
Empezó a besar mi cuello. Tuvo intención de besar mi boca, pero yo giré la cabeza y besó mi mejilla. Lo intentó otra vez y esta si lo consiguió.
ESTÁS LEYENDO
Reina a los 16
FantasyDianne es la princesa del Reino de las Nubes, donde viven seres mágicos como las hadas o las brujas. Sus padres, los reyes, deciden enviarla a la Tierra, un lugar muy desconocido para ellos, pero ella ignora el motivo. ¿Qué sucederá durante su estan...