Capítulo 4

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Conducimos todo el camino hasta su casa en silencio. Y precisamente para mi sorpresa, nos adentramos en la parte rica de la ciudad. Por alguna razón siempre pensé que Jack vivía en la zona peligrosa de la ciudad. De repente torció hacia una de las casas más grandes de la calle, apagando el motor.

-Bien, ya hemos llegado.- Dijo encogiendo los hombros.

-¿En qué demonios trabajan tus padres?- Le pregunté en estado de shock.

-En financias o lo que sea. No importa. Estamos aquí por el trabajo de ciencias, ¿recuerdas?- Dijo banjándose del coche de un salto.

Rápidamente bajé del coche y comencé a seguirle. Él comenzó a andar hacia la parte trasera de la casa.

-¿Sabías que normalmente la gente usa la puerta delantera no?- Dije en un tono sarcástico. Él se limitó a poner los ojos en blanco.

-Simplemente ven por aquí. No quieres conocer a mis padres, créeme.- Dijo cogiéndome de la mano y arrastrándome hacia ese lado de la casa. Sentí una ligera chispa cuando él tocó mi mano, pero la ignoré. A medida que andábamos a través de la casa, pude escuchar voces altas que gritaban un montón de palabras que yo no entendía.

-Sólo ignóralos, son solamente negocios.- Me explicó Jack cuando comenzábamos a subir las escaleras.

Finalmente llegamos a la habitación de Jack. Estaba sorprendentemente limpia y su decoración no pegaba con la personalidad de Gilinsky. Las paredes estaban completamente pintadas de blanco y no tenían pósters ni nada que las cubriese.Yo esperaba entrar en una habitación llena de imágenes de Bob Marley o de los Rolling Stones, dispersas en la habitación. Seguí contemplando su habitación para encontrar alguna pista o algo sobre su vida, pero allí no había absolutamente nada.

-Entonces caramelito...¿Vamos a comenzar el proyecto o no?- Dijo Jack consiguiendo de nuevo mi atención, quién estaba ahora sentado en su cama.

-Uhm..ehm..sí, perdón.- Respondí sentándome también en su cama. Comenzamos a hablar del proyecto, pero era muy aburrido, por lo que acabamos yéndonos del tema.

-Y.. Es aquí donde traes a todas tus víctimas?- Le pregunté a la vez que garabateaba en mi cuaderno.

-¿Víctimas?- Preguntó mientras se reía confuso.

-Sí.. ya sabes.. todas las chicas que te beneficias.- Respondí. Él rió por lo bajo.

-Pareces tener esa idea de que soy un enorme golfo o algo.- Me dijo frunciendo el ceño.

-Realmente me estás culpando?- Dije enarcando una ceja.

-No.- Dijo riéndose de tal manera que parecía que se fuese a caer hacia atrás. -¿Cuál es el problema en ser un golfo? A las chicas les gusto, ellas me gustan, ¿Cuás es el problema?- Dijo con una sonrisa de suficiencia.

-¿No crees en el compromiso o en las relaciones?- Pregunté interesada. Rió sonoramente.

-¿Hablas en serio? Las relaciones están sobrevaloradas, no estamos en 1950.- Dijo sacudiendo su cabeza.

-No puedo creer que no creas en las relaciones.- Dije incrédula.

-No es que no crea en ellas, es solo que nunca he estado en una y nunca lo haré.- Respondió.

-¿Nunca?- Le pregunté.

-Nunca.- Respondió en tono serio.

-Estás loco.- Dije sacudiendo mi cabeza.

-Tu eres quién cree en cogerse de las manos y estar con una persona. ¿Quién es el loco?- Levantó una ceja.

-Todavía tú.- Aclaré. Estuvimos sentados en silencio hasta que Jack habló otra vez . 

-Entonces si eres un experta en sexo y relaciones, ¿por qué no me hablas de las tuyas?- Me desafió. Me quedé en silencio. -No has estado en ninguna tampoco.- Dijo con expresión engreída.

-No, pero al menos estoy abierta a tener una, no como tú.- Respondí.

-No me gusta estar atado, ¿y por qué estás tan fascinada con la razón por la que no me gustan las relaciones?- Me cuestionó.

-No lo estoy, ¿por qué lo iba a estar?- Dije ceñuda. No dijo nada más después de eso.

-Hey ¿caramelito?- Dijo después de unos segundos. Puse mis ojos en blanco ante su apodo.

-¿Qué?- Le repliqué.

-¿Alguna vez has besado a un chico?- Dijo con una de sus sonrisitas.

-¿Por supuesto?.- Respondí como dato. Me echó una mirada de incredulidad. -¡Lo he hecho!- Insistí.

-Pruébalo.- Se empeñó.

-¡No!- Espeté. Él posó su mano sobre mí, inclinándose cada vez más cerca. Yo quería alejarme, pero, por alguna razón, mi cabeza no lograba moverme. Podía sentir su cálida respiración en mí. Ninguno de nosotros se movió de sus respectivas posiciones. Después de aproximadamente treinta segundos Jack se reclinó, por lo que él estaba sobre mis labios y al momento se echó a reír.

-¡Tú lo querías!- Dijo con sus risitas.

-¿Qué? ¡No! ¡Yo no!- Protesté regresando rápidamente a la realidad.

-Sí lo querías, tanto como cualquier otra chica hace.- Dijo posando sus manos detrás de su cabeza, recostándose sobre el cabecero de la cama.

-¡Yo no! Tú eres la última persona que yo querría besar.- Contesté recogiendo mis cosas y echándolas en mi mochila.

-Eso lo dices ahora, dale unas pocas semanas...- Respondió guiñándome un ojo.

-Como quieras, me voy.- Dije dirigiéndome a la puerta.

-Al menos déjame llevarte a casa.- Dijo. 

-¡Ni de broma!.- Dije dando un portazo a la puerta. No me podía creer que le hubiese dejado manipularme de ese modo, esto no iba a volver a pasar, de eso estaba segura.

Unpredictable |Jack Gilinsky|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora