Lo último que pensaba Christopher Uckerman era en hacerse cargo de una pequeña criatura que solamente le tenía a él en todo el mundo.
Su vida perfectamente planeada cambió radicalmente cuando ella se embarazó y después murió dejando a su pequeño hi...
Hoy por la mañana desperté con un fuerte dolor de cabeza, por lo que decidí no ir a trabajar. Por suerte era viernes y ya había terminado con los pendientes de la semana.
Había algo que me preocupaba y era Nico, Anny estaba de viaje con Poncho por lo que necesitaba buscar una niñera, al menos hasta saber que lo que tengo no sea contagioso para él.
Llame a todas las niñeras que conocía pero ya todas estaban empleadas para ese fin de semana.
Llame a Dulce, ella debe conocer alguna niñera o por lo menos alguna guardería.
Dul: Hola Chris ¿cómo estás?
Chris: Hola Dul, no muy bien. Necesito un favor- comencé a marearme y parece que en mi voz estaba algo extraña porque ella lo notó.
Dulce: ¿qué pasa Chris? ¿Estás bien?- preguntó preocupada- ¿Nico está bien?
Chris: si, él está bien. Me siento un poco mal y quería saber si conoces alguna niñera que se pueda ocupar de Nico, al menos hasta saber que no lo contagiaré.
Dulce: claro que si Chris. No te preocupes ya mismo voy para tu casa.
Chris: no hace falta Dul, solo- me mareé de nuevo- sólo pásame su número y yo la contacto.
Dulce: yo la llevo, no te preocupes.
Me acerqué a la habitación de Nico y desde la puerta comprobé que seguía durmiendo. Minutos después escuché el timbre y bajé a abrir.
Dulce: ¡santo Dios Christopher!- dijo entrando y acariciando mi rostro- estás muy pálido, ven siéntate- me llevó hasta el sofá y me senté en él.
Chris: ¿y la niñera?
Dulce: yo seré la niñera y no acepto negativas- dijo decidida y sonreí.
Chris: Dul... Porfavor revisa a Nico- dije tomando su mano- ya casi es hora de su biberón.
Dulce: claro, tranquilo... Debes recostarte ¿puedes ir a tu habitación?- asentí- muy bien, sube con cuidado, yo voy por Nico y llamó a un médico. Chris: no hace falta...
Dulce: es que no te pregunté, lo voy a llamar- asentí sonriendo, no había manera de hacerla cambiar de opinión.
Chris: gracias Dul.
La preocupación que vi en su mirada y la manera en como subió las escaleras casi corriendo cuando escuchamos a Nico llorar me erizaba la piel.
Ella realmente se preocupaba por nosotros y sobre todo por Nico.
No sabía lo que sentía por ella, puede ser cariño de simples amigos o amor lo único que sabía era que ese sentimiento estaba creciendo con cada sonrisa de ella, cada que me miraba mi corazón latía desbocado. Mi piel se erizaba y mis manos temblaban sin parar.
Subí a mi habitación y minutos después escuché que golpeaban mi puerta.
Chris: pasa...- dije entrando en la cama.
Dulce: Nico está bien, lo noté muy animado así que no creo que enferme. Ya volvió a dormir.
Chris: gracias Dul
Dulce: ¿cómo te sientes?- se sentó junto a mí y colocó una mano en mi frente- ya no te ves tan mal.
Chris: te dije que no hacía falta llamar al médico, ya estoy mejor- sonreí.
Dulce: nada de eso... De hecho venía para saber si tenias algún médico de preferencia.
Chris: Dul, de verdad yo...- ella me miró fijamente. Suspiré resignado- en mi agenda está el número de mi médico- ella sonrió.
Dulce: muy bien- salió de la habitación como una niña pequeña que acababa de conseguir lo que quería.
Media hora después el médico llegó y después de una amplia revisión dijo que lo que tenía solamente fue una descompensacion debido a tanto estrés y malos cuidados. Me recetó unas vitaminas y sobre todo mucho reposo, al menos por el resto del fin de semana.
Dulce se quedó con nosotros, de vez en cuando venía a mi habitación a traerme comida o simplemente a ver cómo me sentía.
Estaba tranquilo sabiendo que mi hijo estaba en buenas manos. La escuché en la habitación de Nico, jugando y haciéndolo reír.
También entraba a mi habitación cuando ella creía que yo dormía, me acariciaba la mejilla y tomaba mi mano, incluso llegó a besarme la mejilla y la comisura de los labios para después decirme que me quería.
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Cuando ella salía de la habitación yo sonreía como un tonto acariciando el lugar exacto donde sus labios habían tocado mi piel.