Capítulo 39

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Pasaba de media noche cuando el agente que vi en el kinder salía de mi casa.

Había venido para investigar si Miranda tenía alguna propiedad o algún lugar donde esconderse, pero yo no conocía esa información, solamente Sofía poseía esos datos por lo que a penas amaneciera irían a buscarla.

No había tenido el corazón para decirles en persona que Nico desapareció y no era un tema que se trate por teléfono, además tenía que preocuparme primero por Dulce, su palidez y sus molestias de esta mañana me tenían bastante preocupado; es por eso que no había hablado con Sofía, por eso y porque tenía la esperanza de que mi bebe apareciera antes del anochecer pero no fue así.

Salía de mi despacho, donde me reuní con la policía.

Cerré la puerta de mi casa detrás del oficial y recargue la frente en ella.

Estaba agotado, furioso y aterrado, quería a mi bebé, necesitan saber que estaba bien... necesitaba saber que estaba con nosotros.

Poncho: ¿ya saben algo?

Me giré y mi amigo estaba en medio de la sala, llevaba la camisa arremangada en los brazos y se veía poco menos o igual de agotado que yo.

Chris: no...aún nada ¿y las chicas?

Poncho: Anny acaba de dormir, tuve que darle algo que me dio Maite para que se tranquilice antes de que afecte al bebé- dijo preocupado.

Chris: estarán bien amigo... Todos lo estaremos pronto, cuando regrese Nico seremos felices de nuevo.

Poncho asintió tristemente.

Chris: ¿Dónde está Dulce?

Poncho: subió con nosotros pero se dirigió a tu habitación...

Chris: voy a buscarla... Mañana saldré a buscar a Nico y...

Poncho: yo también iré

Chris: muy bien entonces trata de descansar un poco... mañana será un largo día.

Me despedí de Poncho quién subió a la habitación de invitados dónde dormiría con Anny.

Entré a mi habitación para buscar a mi prometida pero la luz estaba apagada y la cama intacta.

Me acerqué al baño y golpeé la puerta levemente.

Chris: bonita...

Abrí la puerta pero el baño estaba vacío al igual que la ducha.

Revisé el jardín desde la ventana, pero era lo mismo, cada rincón de la casa estaba vacío.

Regresé a mi habitación en busca de mi teléfono, estaba dispuesto a salir a buscarla, no sabía hacia dónde pero tenía que hacer algo, la idea de que Dulce desaparezca me daba escalofríos.

Sin ella ni mi bebé seguro me volvería loco muy pronto.

Caminaba por el pasillo hasta que vi la puerta entreabierta de una de las habitaciones, la única habitación en la que no había buscado.

Suspiré profundamente y entre a esa habitación de la que antes salía con una sonrisa en el rostro.

El aroma a bebé inundó mis sentidos apenas cruce el umbral, la luz estaba apagado.

Era extraño y doloroso ver aquella cuna vacía, aquella en la que mi bebé dormía.

El nombre de Nicolás estaba plasmado en la pared sobre la cuna junto a las otras decoraciones de nubes y dibujos que Edith había plasmado para él.

En el sillón que estaba cerca de la cuna se encontraba ella, mi bonita estaba acostada en aquel sofá aferrando a su cuerpo una de los muñecos favoritos de Nicolás, tenía los ojos irritados y suspiraba con sentimiento como una niña pequeña que se quedó dormida agotada por el llanto.

En el sillón que estaba cerca de la cuna se encontraba ella, mi bonita estaba acostada en aquel sofá aferrando a su cuerpo una de los muñecos favoritos de Nicolás, tenía los ojos irritados y suspiraba con sentimiento como una niña pequeña que se q...

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La tomé en mis brazos suavemente cuidando de no interrumpir su sueño, sin embargo abrió los ojos justo cuando entraba a nuestra habitación.

Dulce: Chris...- susurró.

Chris: tranquila cariño- le hablé con dulzura y recosté mi cabeza levemente sobre la suya mientras la acunaba como a una niña pequeña.

Ella durmió de nuevo y la recosté con cuidado en la cama.

Me recosté junto a ella y se acurrucó contra mi cuerpo suspirando profundamente.

Velaba su sueño tratando de conciliar el mío pero con la preocupación de mi bebé era casi imposible.

Esperaba el amanecer con ansias, me aterraba imaginas en donde se encontraba mi bebé.

Solamente esperaba que la mínima pizca de maternidad que había en Miranda ayudara a mantener a salvo a mi hijo.

Cada segundo parecía una hora hasta que a través de la ventana pude ver cómo la claridad del día entraba poco a poco.

La hermosa chica que comenzaba a despertar en mis brazos llamó mi atención en cuanto comenzaba a moverse.

Dulce: Nico- susurraba dolorosamente aún dormida. Besé su frente mientras pequeñas lágrimas caían de mis ojos.

Chris: tranquila bonita...

Dulce: Chris...- despertó al fin y acaricie su mejilla sonriendo tristemente- ¿Dónde está Nicolás?

Negué

Chris: aún no sabemos nada mi amor- asintió.

Dulce: pues tenemos que hacer algo- trató de levantarse.

Chris: oye...- tomé su mano- saldré a buscarlo ¿ok? Pero necesito que tú te quedes en casa... Aún estás muy pálida y eso no me gusta, Maite vendrá a revisarte, a ti y a Anny.

Dulce: ¿qué le pasa a Anny?- dijo preocupada.

Chris: ayer se alteró mucho, parece que está bien pero es mejor estar seguros... por Favor quédate en casa y cuida de ella, Poncho y yo iremos con la policía.

Ella asintió

Dulce: muy bien- suspiró- pero cuídate mucho mi amor.

Acarició mi mejilla y besó mis labios para después abrazarme con fuerza.

Acarició mi mejilla y besó mis labios para después abrazarme con fuerza

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