Capítulo 8

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El día pasó rápido, pero no pude parar de pensar en Henry.
Yo: Dios...
A la salida le dije a Víctor que hoy no podía ayudarle porque quería estar sola, pero a la vuelta preferí haber venido con Víctor.
Henry: ¡____!
Adelanté mi paso, pero él empezó a correr.
Yo: ¡Henry, por favor, déjame!
Henry: No hasta que me perdones...
Yo: Pues estarás aquí hasta que te mueras.
Henry: Pues eso haré, por ti lo que haga falta. -Rodeé los ojos y seguí mi camino-
En realidad sí quería perdonarle y volver a estar con él como siempre, pero en el fondo tenía que ser fuerte, no podía perdonarle así como así.
Yo: -Me paré- ¿Por qué debería de perdonarte? -Me crucé de brazos-
Henry: Al Judío lo perdonaste enseguida.
Yo: Ya, pero por lo menos él me quería tanto como para decirlo, tú no me quieres como para engañar a otra.
Henry: ¿Qué tengo que hacer para que me perdones? -Hizo un puchero-
Yo: Está bien, demuéstrame que te intereso aunque sea el más mínimo grano de un desierto. -Henry sonrió y se fue-
Suspiré y seguí caminado hasta que me encontré a Stan.
Yo: ¡Hola Stan!
Stan: ¡Hola ____!
Yo: ¿Qué tal?
Stan: Bien, ¿tú estás mejor?
Yo: Sí, ¿quieres acompañarme hasta casa?
Stan: Sí, claro.
Fuimos hablando entretenidamente, Stan era una gran persona, excepto el pequeño accidente de aquella vez, se comportaba como un caballero.
Stan: Bueno llegamos, si quieres mañana te paso a recoger.
Yo: Sí, claro, bueno adiós.
Stan: Adiós. -Me besó la mano y se fue-
Tanto pensar en aquellos tres chicos que me volvían loca...Que no me di cuenta que había una carta en la cocina.
Mi querida____:
Te dije que te ganaría, y si tengo que competir con esos otros no me importa, seguiré luchando, te quiero:
Tú admirador secreto.
Enserio, ¿quién demonies es? Necesito saberlo.
Decidí despejar mi mente e irme a dormir, cosa que no tardé mucho en hacer.
Sentí una mirada clabvada en mí, abrí los ojos y era...
Yo: ¿Mamá?
Ma: Hola hija, tengo una semana de vacaciones y por eso estoy aquí. -Sonreímos-
Yo: ¡Te heche de menos! -La abracé-
Ma: Y yo, ¿aué tal las clases?
Yo: Bien... -Supongo...-
Ma: Me alegro, ¿qué tal con tus amigos?
Yo: Pues...Tengo que contarte algo...
Ma: -Se sentó en el borde de la cama- Te escucho.
Le conté lo que me pasaba, las cartas, lo de Henry, lo de Víctor, lo de Stan... Mientras ella solo asentía sin decir palabra.
Yo: Y...¿Qué hago?
Ma: Pues...¿Tú a quien quieres?
Yo: Ese es el problema, no lo sé.
Ma: Pues haz lo que te diga tu corazón. -Sonrió amablemente y se fue-
Me quedé pensando: "Lo que diga mi corazón..."

Corto, lo sé, pero subiré otro dentro de poco os lo prometo.

Un triángulo amoroso: Henry Bowers, Víctor Criss, Stanley Uris y tú /Terminado/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora