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Al instante en el que cerramos el trato todo desapareció y empecé a caer hacia la nada. Cuando mis pies tocaron el suelo no pudieron soportar el impacto y terminé de boca contra el piso. Al incorporarme me di cuenta de que a mi lado derecho no había nada, era completamente negro. Me asomé hacia el abismo y sentí vértigo. Me pegué contra la pared del lado izquierda que en realidad simulaba ser un campo verde con un cielo azul hermoso. A mis espaldas también estaba todo negro y frente a mí se veía lo que tenía que cruzar.

¿Plataformas? ¿Me metió en un videojuego de plataformas?

De la nada apareció un cartel flotante frente a mí.

Misión: Llegar hasta la puerta y cruzarla
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Sonreí, mejor para mí, me encantaba jugar eso. De repente el gran espacio en negro detrás de mí se empezó a acercar. El juego había comenzado. Corrí de prisa con cuidado de no caer hacia la derecha o perdería y moriría en el mundo real. Me detuve en cuanto vi que el suelo se separaba unos dos metros, tenía que saltar. Caminé un poco hacia atrás evitando llegar hasta la inmensa oscuridad, corrí y salté con fuerza; no había contado con lo fuerte que eran mis piernas en ese juego.

Seguí corriendo y saltando sobre las plataformas, de repente escuché un ruido sobre mí. En el cielo había una enorme arma que apuntaba directamente hacia mí. Me quedé parada viéndola. La punta empezó a ponerse roja. Esperé deseando que se disparara antes de que la negrura me alcanzara. Una fracción de segundo antes de que el arma se disparara eché a correr de nuevo logrando esquivar un rayo láser que debió de caer sobre mi cabeza.

Cuando empezaba a cansarme vi una botella de agua sobre una de las plataformas, salté para agarrarla y le di un buen trago que me subió las energías de nuevo

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Cuando empezaba a cansarme vi una botella de agua sobre una de las plataformas, salté para agarrarla y le di un buen trago que me subió las energías de nuevo. Continué corriendo, cada vez me acercaba aun más a la puerta. Pero cuando estuve a punto de llegar no salté lo suficientemente lejos y terminé cayendo hacia el abismo.

Me di un fuerte golpe en la espalda cuando caí al suelo, tosí un poco en lo que me ponía de pie. Estaba de nuevo al principio de las plataformas. El mismo cartel flotante apareció frente a mí pero sólo tenía dos rayitas en vez de tres.

Misión: Llegar hasta la puerta y cruzarla
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Las vidas que me sobran.

Volví a cruzar todo el nivel, pero en cuanto llegué a la plataforma en la que anteriormente me había caído tomé aire, di unos pasos hacia atrás, corrí para impulsarme y salté lo mas lejos y alto posible. Mi pie estuvo a punto de resbalarse hasta el abismo pero suspiré aliviada de que no pasó. Al incorporarme vi la puerta a unos metros de mi. Caminé hacia ella y la abrí.

Estaba de nuevo en la habitación blanca y Bunt estaba frente a mí, con el mismo aspecto del moreno atractivo, con su cabello suelto hacia un lado, la camisa desabotonada del pecho y con una barba que no tenía la última vez que lo vi.

Estaba de nuevo en la habitación blanca y Bunt estaba frente a mí, con el mismo aspecto del moreno atractivo, con su cabello suelto hacia un lado, la camisa desabotonada del pecho y con una barba que no tenía la última vez que lo vi

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– Muy bien, Miran... –se corrigió–. Digo, Misty. Aunque hay que admitir que ese nivel estuvo bastante sencillo. –desvié la mirada un poco sonrojada.

– ¿Puedes cambiar tu aspecto físico, por favor? –sonrió como un tiburón al notar lo incómoda que me ponía estar frente a alguien tan sexy.

Su rostro cambió por completo a la de un hombre blanco con cabello rubio. Estiró la mano hacia sus lados.

 Estiró la mano hacia sus lados

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– ¿Así está mejor? –preguntó. Puse los ojos en blanco.

– ¿Por qué no te pones como en la realidad?

– ¿Y tú? –levantó una ceja– Aparentas ser mayor –me miró de arriba a abajo– y mucho más atractiva. –tragué saliva aunque sin sentirme ofendida.

– ¿Por qué no te vas al carajo? –lo reté haciéndole pensar que me había molestado lo que había dicho.

– ¿Quieres que esa sea tu primera pregunta? –de repente recordé que el trato era que si yo cumplía la misión él respondería cualquier cosa que yo le preguntase; así que negué con la cabeza.

– ¿En dónde vives? –me miró como diciendo "¿En serio esa es tu primera pregunta?". Si sabía en dónde vivía sería aún más fácil localizar al hacker al que Pierre, Paul y Natasha tanto temían.

– En todos lados. –respondió simplemente.

– Esa no es una respuesta. –dije inconforme.

– Es mi respuesta. –me crucé de brazos molesta por aquella estafa.

– No, no cuenta... Al menos dime en dónde naciste.

– En Gran Bretaña.

– ¿En qué parte? –movió un dedo frente a mi rostro de un lado a otro.

– No más preguntas hasta que pases el nivel dos, si es que lo haces... –se fue sin agregar nada más dejándome completamente sola.

Sabía que en unos segundos más mi entorno cambiaría de nuevo al del siguiente nivel.

Misty ~PAUSADA por el momento ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora