Misty ~PAUSADA por el momento ~

10

Aparecí en una habitación con varias camas; olía demasiado a sangre y a animal muerto. Me tapé la nariz y la boca para dejar de respirar ese horrible aroma. Parecía que estaba en un hospital. Había sangre en las paredes. Era sorprendente que pudiera detectar olores en los mapas creados por Bunt porque en los otros era imposible detectar olor alguno.

Misión: Llegar al punto indicado en el mapa.
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¿Una vida? ¿En serio? ¿Cuál mapa?

A mis pies aparecieron tres cosas: el mapa ya mencionado, una lámpara y una pistola.

Tomé las tres sin dudarlo. El arma era más pesada que otras falsas que había utilizado antes en el juego pero al menos sabía cómo utilizarla. La metí en la parte de atrás de mi pantalón no sin antes fijarme que tenía el seguro puesto y que al menos estaba cargada. Prendí la lámpara parpadeando un par de veces antes de acostumbrarme a la luz. Examiné el mapa.

Estaba en un edificio de varios pisos. Yo me ubicaba en el último y tenía que llegar al primero, había 3 pisos de diferencia. Tragué saliva. Abrí la puerta de la habitación y salí al pasillo con la linterna prendida.

Había camillas tiradas por todos lados. El horrible aroma aumentó. Caminé lentamente hacia las escaleras que indicaba el mapa. La linterna hacia que aquel lugar luciera aún más espeluznante, sentía que en cualquier momento algo me iba a saltar encima. Me sentía incómoda escuchando nada más que mis pasos pero hubiera preferido que se quedara así, pues no pasó ni un minuto cuando escuché un gruñido que me puso los bellos de punta. Me quedé paralizada. Lo que hubiese sido el causante de aquel ruido estaba subiendo por las escaleras. Apagué la linterna, entré por la primera puerta que vi y con un golpe involuntario la cerré.

Por favor que no haya oído eso. Por favor que no lo haya oído.

La habitación en la que entré era más pequeña que la anterior. Ésta sólo tenía una cama (la cual también estaba cubierta de sangre).

Me asomé por la pequeña ventana que tenía la puerta forzando la vista para poder ver algo hacia el exterior. Ni loca iba a prender la linterna para que me viera. Me di cuenta de que aquello estaba bastante cerca de donde me ubicaba. Sin pensarlo dos veces me metí debajo de la cama para esconderme fijándome que las sábanas cubrían mi cuerpo. Escuché que la puerta se abría. Me llevé las manos al pecho temblando. Empezó a caminar por toda la habitación. Dejé de respirar en cuanto sus pies se situaron a lado de la cama, a lado de mi cabeza. Eran grandes pero no eran iguales; uno se parecía mucho a la pata de un elefante, gordo y redondo, mientras el otro parecía más humano pero sus dedos estaban deformes, como si alguien se los hubiera roto con un martillo; ambos pies estaban cubiertos de úlceras y llagas. Lo que más me sorprendió fue ver que a lado de su pata de elefante se arrastraba lo que parecía ser una mano con dedos largos y uñas filosas, la cual iba dejando un rastro de sangre a su paso.

Me tapé la boca como si eso ayudara a que yo hiciera menos ruido.

Al no encontrar a la causante del ruido de la puerta salió de la habitación.

Tardé un par de minutos en recomponerme por lo que acababa de ver.

Esto no es real. Lo inventó Bunt para asustarte, no le demuestres que realmente lo estás.

Me arrastré hasta salir de debajo de la cama y me puse de pie. Me asomé a la ventanilla de la puerta para asegurarme de que aquella cosa ya no estaba por ahí.

Salí con cuidado de no hacer ruido y prendí la linterna para dirigirme a la puerta correcta que llevaba a las escaleras. Sólo logré bajar unos cuantos escalones cuando me di cuenta de que había una camilla que me impedía el paso. Intenté moverla pero no cedió. Me sujeté de la barandilla para poder saltar el objeto pero con mi peso cayó por las escaleras arrastrándome con ella; me golpeé con fuerza en el hombro. Gemí de dolor llevándome la mano al área que ardía. Escuché el gruñido de nuevo. No me había percatado del sonido tan fuerte que había provocado la camilla.