"Cómo quisiera ver
que se regrese el tiempo,
volver a los momentos
de magia y de ensueño,
la suerte que yo tuve cuando pequeño."
Valiente - Nacho
ALEXANDRA
Hoy ha sido uno de esos días donde acabas metafísicamente agotada. Jamás imaginé que solo el primer año de medicina supusiera tanto trabajo realmente pero amo cada una de las clases que tengo el placer de ver.
Voy en la camioneta con Maike, saliendo ya casi de Gato Negro para tomar camino hacia La Guaira cuando veo algo que me deja ofuscada, como cada vez que paso por aquí.
Las kilométricas colas en las paradas para agarrar carro para bajar a La Guaira. Hay al menos más de cincuenta personas tanto en la cola de Catia La Mar como en la de La Guaira, y es horrible porque no hay ni un solo bus de la línea, y el que está obviamente está haciendo de pirata por lo que la gente corre cada determinado tiempo para tomar el carro que se para todo atravesado en la carretera cobrando exceso de pasaje.
Ni hablar de la tan temida cola de estudiantes, donde para pagar la mitad del pasaje debes tener tu carnet y pasar como dos horas esperando que llegue el carro y al chófer le dé la gana de dejarte subir. Solo dos estudiantes, dicen siempre, o a veces solo uno cuando la ley estipula que deben ser tres y otros tres de la tercera edad.
Asco es lo que dan.
Voy tan absorbida por mis pensamientos que casi lo paso por alto, pero no. Allí en la cola de estudiantes de Catia La Mar – entre los últimos de esta – una figura muy familiar y aunque ahora luce un poco diferente sé que es él.
No dudo ni un instante cuando noto que la camioneta no se mueve por el tráfico que genera el semáforo de la Avenida Sucre.
—Ya vuelvo Maik — le digo sin darle tiempo a responder ni a nada más. Salgo de la camioneta saltando, miro a los lados porque no sé si pueda venir una moto, y cuando veo que estoy segura cruzo las dos calles corriendo para llegar a la cola.
Cualquiera pensará que los voy a robar.
Él está mirando su teléfono, tocando la pantalla ocasionalmente mientras mueve su pie derecho contra el piso. Es su manera de decir que está fastidiado. Me pregunto ¿Qué hace el aquí?
—Hola — lo saludo. Al principio creo que no puede creer lo que ve, es decir, yo hablándole animadamente. Pero luego me sonríe.
—Axxie.
—¿Qué paso Ramoni? ¿Qué haces aquí? — uso el apelativo cariñoso que siempre hemos usado con él para que vea que vengo en son de paz.
—Esperando el carro para bajar. ¿Tú qué haces aquí? ¿Y Maike?
—Está en la camioneta esperando por mí, pero te vi y... no se — me encojo de hombros porque ahora suena realmente estúpido — creo que puedo darte la cola.
—Eso sería genial — me dice riendo mientras nos encaminamos de nuevo a la camioneta.
Maik está molesto conmigo por lo que hice pero se le pasa rápido cuando saluda a Ramón.
—Gracias —me dice después de unos minutos en silencio.
—No te preocupes, no me pesa nada —le digo sincera.
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I Need One Change (Necesito un Cambio)
ChickLitAtrapada entre la violencia, la delincuencia y la pronta ruina; Venezuela se encuentra en una encrucijada. ¿Será su pueblo lo suficientemente fuerte como para resistir los tiempos difíciles que se avecinan? Con la muy esperada visita del represen...