I Need One Change (Necesito un Cambio)

Capítulo 21

"Puedo encenderme, ser una buena maquina,

puedo contener el peso de los mundos.

Si es lo que necesitas, seré tu todo.

Puedo hacerlo. Puedo superarlo.

Pero solo soy humana, una pequeña y frágil humana"

Human – Cristina Perri

Axxie pov

Luego del desmayo que sufrió Cristina, las enfermeras me da ayudaron a cargarla en la camilla y la llevaron a una habitación.

Según las enfermeras, Cris sufrió un ataque de pánico y un shock debido a la impresión, lo que provocó el desmayo.

Ni siquiera sé como hice para salir de la morgue y hablar con papá sobre lo ocurrido.

Dios mío, mi mejor amigo está muerto. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

Estoy en la sala de espera del hospital abrazada a papá mientras él habla por teléfono. Lo escucho hablar con mamá, luego con mi tío Josué y por ultimo con la policía.

Gracias a Dios que lo tengo

Tengo mucho frío a pesar de llevar sueter, y me siento en una nube, aunque no en el buen sentido de la palabra.

Mi mejor amigo está muerto.

Mi mejor amigo está muerto.

Mi mejor amigo está muerto.

Mi mejor amigo está muerto.

Mi mejor amigo está muerto.

Mamá llega a eso de las 11 pm, con Sebas y mis tíos. Todos lucen preocupados.

Papá me suelta y se levanta para hablar con los adultos. Sebas toma su lugar y sin decir nada llora en mi hombro.

Mi corazón se despedaza.

A eso de las 2 am por fin la enfermera se nos acerca.

—¿Ustedes son los familiares de Cristina Correa?

—Sí, soy su padre —se apresura a decir m tío.

—Ella está despertando. Pueden entrar a verla.

Todos nos movemos de forma automática hasta la habitación en donde esta Cris.

Apenas entro, ella posa sus ojos somnolientos en mí.

—¿Ax?¿Dónde estoy?¿Qué hacen todos aquí?

—Cristina...— corro rápidamente a su lado.

—Me duele la cabeza. Tuve una horrible pesadilla...

—Cris...

—¿Dónde está Leo? ¿Por qué estoy en el hospital? — las lagrimas se agolparon en mis ojos al escuchar el nombre de mi cuñado—... ¿Axxie?

—Cris, yo... — no puedo hablar, no sé cómo decir eso.

—¿Dónde está Leonardo?

—Él está... — ¡Dios! No puedo decirlo, no puedo.