❤Mira Quien Se Cruzo En Mi Vida❤

❤Capitulo 2❤

La acera de piedra roja y marrón, manchaba la suela de mis playeras. La tenue luz del sol que se veía a lo lejos deslumbraba mis ojos. Miré al cielo. Seguía haciendo viento , y las nubes del cielo, dibujaban un paisaje de sombras en movimiento sobre el suelo.

Yo seguía sin ningún recorrido fijo.

Tiempo después, volví al mundo, y me encontré frente a un conjunto de árboles. En el fondo de aquel paisaje, había unos bancos de madera astillada. Ese parque era el lugar de encuentro de muchos amigos míos. Así que me dirigi hacia el.

Los niños correteaban detrás de un balón a escasos metros de mi. Yo seguía mi camino hacia el interior del parque. Los arboles eran aleatorios, con lo que el camino tenia muchas curvas. El suelo era de piedras de diferente tamaño. Entre piedra y piedra había un trozo de cemento desgastado por el tiempo. Un grupo de madres conversaban en una esquina del parque. Una de ellas me miró raro. Yo a ella no la conocía pero ella a mí si.

Aparte la mirada de la madre que me observaba, y segui andando.

Cuando llegué al centro del parque, desee no haberlo hecho.

Claudia, con su pequeño grupo de perros falderos, cotilleaban sobre todo lo de su alrededor. Claudia era la dominante del instituto. Ella podía decir lo que quisiera de la gente, pero la gente de ella no. Siempre se cree el centro del universo, cuando en realidad no es así. Se piensa que es la mas guapa del mundo, y la gente se lo hace creer.

En ese momento, gire la vista hacia el camino por el que había venido, pero ya era demasiado tarde...

Claudia se giró hacia mi, se volvió a girar y dijo algo a Ana. Esta asintió, me imaginaba lo peor. 

-Vaya. Aquí está la desgraciada e inútil.- Dijo con un tono de superioridad.

-Calla, niñata mimada.- dije con la voz temblorosa. Supe que con eso no me libraria de ella. Intente girarme para irme pero no funcionó.

-¿Donde vas tu ahora?- dijo Ana interponiendose en mi camino.

Claudia se acercó a mí, como si fuera bonito verla la cara con esas orejas de Dumbo.

-¿Sabes una cosa? Yo siempre he pensado que podías ser una buena integrante para el circo.-Dijo mientras se acariciaba su cabello castaño con la yema de los dedos.- ¿No crees?

-Yo creo que podrías ser una buena comida para leones.-Dije con voz firme- No. Pobres leones, yo creo que lo vomitarían. ¿No crees tu?

Su mirada lo dijo todo. Alguien la había retado, y esto no se olvidaría en un largo tiempo.

-Mira niñata asquerosa, no tengo tiempo para pelearme contigo.-dijo mientras me daba la espalda.

-Y yo tampoco tengo tiempo para ver tus grandes orejas y tu fea cara, así que me has hecho un gran favor al girarte.-dije mientras yo también la daba la espalda.

Seguí el camino que recorrí para entrar en este parque. El cielo se había oscurecido un poco, se estaba haciendo de noche, así que seguí el camino a casa.

Cuando llegué, la puerta de la casa estaba abierta. Me recorrido un escalofrío por el cuerpo. Abro la puerta poco a poco. No se me ocurre ni llamar a la policia ni nada. Un ruido proviene de la cocina. Mi padre suele avisar cuando viene, así que me extraña que sea él. Paso el salón sin dificultad. Una marca en el sofá señala que alguien ha estado sentado ahí. Ahora mismo me arrepiento de haber entrado.

El sonido de la cocina se hace cada vez mas intenso.

Cuando estoy justo al lado del marco de la puerta de la cocina, me detengo. Respiro ondo, antes de averiguar quien ha entrado en mi casa. Pego un salto hasta encontrarme justo en medio del marco de la puerta de la cocina.

Cuando llegué, la puerta de la casa estaba abierta. Me recorrido un escalofrío por el cuerpo. Abro la puerta poco a poco. No se me ocurre ni llamar a la policia ni nada. Un ruido proviene de la cocina. Mi padre suele avisar cuando viene, así que me extraña que sea él. Paso el salón sin dificultad. Una marca en el sofá señala que alguien ha estado sentado ahí. Ahora mismo me arrepiento de haber entrado.

El sonido de la cocina se hace cada vez mas intenso.

Cuando estoy justo al lado del marco de la puerta de la cocina, me detengo. Respiro ondo, antes de averiguar quien ha entrado en mi casa. Pego un salto hasta encontrarme justo en medio del marco de la puerta de la cocina.

Un hombre con el pelo canoso y con un poco de barba mal afeitada rebusca en mi nevera. En ese momento solo puedo preguntar una cosa.

-¿Que haces aquí?- dije mientras me acercaba a él.- Cuando vienes a mi casa, sueles avisar.

-Perdón. Tenía que buscar una cosa.-dijo sin ni siquiera mirarme.

-¿Que cosa?

-Una cosa de mamá.

-¿Y para qué quieres algo de mamá si tu la engañaste?-esas palabras salieron de mi boca con enfado.

-Porque me da la gana.

-Y yo te pido que te vallas por que me da la gana. Y esta casa no es tuya.

En ese momento vi las llaves que utiliza mi padre para entrar en casa. Se encontraban en la encimera de mármol. Si se las quitaba, el no volvería a entrar en mi casa, pero se volvería loco y me mataría.

Pero si busca algo de mi madre esque algo va a pasar.

Cuando ya tenia sus llaves en mi bolsillo, el se levanta y cierra de un portazo el frigorifico. Maldice por lo bajo y me mira.

Se que algo pasa, pero no me atrevo a preguntar ya que tengo sus llaves en mi bolsillo.

Se dirige ami, me da un beso y se va por la puerta trasera.

 

Me quedo recogiendo los pequeños trozos de cristal ,de una botella que mi padre arrojó al suelo en algún momento de la visita sorpresa. Recojo uno a uno. Veo reflejados momentos que tuve con mi madre: buenos, malos, inolvidables... Todos esos momentos estaban almacenados en cada cristal.

Noto que la primera lágrima asoma por mis ojos, baja por mi cara hasta la barbilla,se detiene y cae sobre los cristales que sujeto con mis temblorosas manos. Me levanto con ayuda de la encimera y me dirijo hacia la basura. La abro, y voy arrojando uno a uno los cristales de la botella. Cada cristal que toca el fondo de la basura, me recorre un escalofrio.

Cierro la basura y subo a mi habitación.

Gracias por leer, comentad si os ha gustado y qué quereis que ocurra en el siguiente capítulo.