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Frank realmente lo odiaba.

Había recibido varios empujones por parte de él. En el autobús antes de subir lo empujaba para subir él primero, en los pasillos sin ninguna razón aparente, en la hora de salida cerca de los escalones, cuando caminaban juntos de vuelta a veces se quedaba unos pasos atrás y luego se apresuraba pasando y chocando sus hombros con fuerza.

Gerard estaba consciente de que su explicación fue grosera y su actitud no había sido la mejor pero ¡El también había sido grosero al correrlo de su casa! Además no era para tanto, aun seguía sin entender por que lo miraba con tanto odio.

Solo fue un comentario sobre los perros.

«¡Cuidado!»

Frank paso corriendo chocando con Gerard y haciendo que este se tropezara y callera de rodillas, Gerard levantó la vista observando esa sonrisa triunfal de su vecino.

Gerard cansado llego a su casa y al entrar consiguió a un Mikey emocionado y tras este un cachorro.

Tiene que ser una broma.

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