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Gerard estaba encerrado en su cuarto, estaba peleado con Donna y se negaba a hablar con ella. Para Gerard su madre era una mujer totalmente loca ¿Como se le ocurría dejar que un perro entrara a esa casa? ¡Uno de sus hijos era alérgico por amor a dios!

«Dice mi mamá que bajes a comer» Comentó Mikey entrando a su habitación.

«No tengo hambre» Gruño.

«¿Quieres algo de la cocina?»

«Largate Michael» Grito haciendo que su hermano cerrara la puerta.

Su vida era un desastre, lo molestaban en la escuela y ahora tendría que soportar a un perro en su casa.

Eso era el colmo.

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