Capitulo 12

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Love in the forest

EPÍLOGO














( '') Dos meses después ( '')




















-Señor está todo listo para partir –murmuró una doncella al llegar junto a Magnus, el hombre asintió mientras que su madre lo miraba con profunda tristeza.

-Muchas gracias Charlotte. ¿Mi corcel también está listo? –La pelirroja asintió y Magnus le sonrió agradecida–. Bien, puedes retirarte.

La chica le sonrió de igual forma a Magnus y se retiró en silencio, el moreno dirigió su mirada hacia su madre.

-Es hora de partir.

-Mi niño. ¿Seguro que eso es lo que quieres?

El chico asintió.

-He perdido mi corazón y mi razón de vivir, no perderé mi pasión.

-Sé que te gusta viajar por el mundo, conocer reinos lejanos, pero tú reino, tu pueblo y tu madre te necesitamos manos.

Magnus le acarició suavemente la mejilla a la mujer.

-No te agobies reina mía, pronto volveré, siempre vuelvo.

La mujer suspiró pero antes de que pudiera decir algo, Charlotte volvió a entrar, ésta vez corriendo rápidamente y sin tocar la puerta; la reina pareció molestarse un poco por eso y la miró con desagrado.

-Bella doncella. ¿Qué te hace creer que puedas entrar al lugar donde se encuentra tu reina sin antes llamar a la puerta?

La chica su sonrojo completamente.

-Lo siento Su Majestad –hizo una reverencia –pero los guardias me han dicho que venga corriendo, pues tiene un mensaje urgente para el príncipe.

La mujer chasqueó la lengua.

- ¿Tan urgente que no le permiten despedirse de su madre?

La chica parecía incómoda ante la pregunta y mordió su labio; no respondió a aquello y sus manos se removieron incómodas.

-Un mendigo está solicitando a Su Majestad –señaló a Magnus –y ha hecho un gran revuelo.

La reina ahora parecía verdaderamente molesta.

- ¿Y por un simple mendigo me interrumpes a mí, tu reina?

-Lo siento, pero está muy alterado según me dijeron los guardias y me han mandado para que yo le pregunté a ustedes si quieren que lo maten o lo envíen al calabozo.

- ¡Enviadlo al calabozo! –Gruñó la mujer; Magnus suspiró y asintió, pues no sé atrevería a desafiar las órdenes de su madre, además estaba a punto de partir y no tenía tiempo para lidiar con mendigos. La doncella asintió y miró a Magnus con vergüenza.

- ¿Su Majestad puedo retirarme?

Magnus le sonrió con dulzura y asintió.

-Hazlo por favor y comunica los deseos de mi madre a los guardias.

La chica asintió y rápidamente salió de aquel lugar, el moreno suspiró y volvió a girarse hacia su madre.

-Es hora de partir –dijo nuevamente; la mujer parecía triste pero asintió.

-Ve hijo mío y disfruta de tu viaje, mis mejores deseos para ti y regresa pronto, no te olvides de tu reino y no te olvides de tu vieja madre cuyo corazón permanece solitario ante tu ausencia.

Conectados (Malec) One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora