Colección de One-Shot's Spirk

13: Bad News

Acababa de hablar con mi madre cuando sonó el timbre de mi puerta. Tragué saliva, me sequé la cara y grité:
- Entra.

Spock entró en mi habitación con las manos apretadas detrás de su espalda. 
- Capitán, ¿está bien?

Me sorprendió la pregunta inmediata. Pensé que estaba algo bajo control. 
- Sí -, le dije, en completa negación. -¿Qué puedo hacer por usted, Sr. Spock?

Dio un paso más cerca, colocándose en mi espacio personal. 
- Tu no lo estas, veo la angustia en tus ojos.

- No es nada.

Spock continuó mirándome, esperando algo, supuse que confesaría lo que me aquejaba.

- Acabo de hablar con mi madre -, le dije, incapaz de permanecer estoico bajo esa intensa mirada.

-¿Tu conversación fue desagradable?

Me volví a mirarlo entonces. 
- Ella está...está enferma. Realmente no saben qué le pasa, han hecho todo tipo de pruebas, ¿sabes? Pero todavía no lo saben.

Spock puso sus manos sobre mis brazos y me giró para mirarlo. Sus ojos oscuros se habían suavizado. 
- Me duele contigo.

- Gracias.
Tragué el bulto pesado, sacudí mi cabeza. Él me acercó y me abrazó. Me incliné hacia él, lo abracé. Esto todavía era nuevo para nosotros. Apenas reconocido unos días antes. 
- Lo siento.

-¿Por qué te disculpas?-, Preguntó, inclinándose un poco para besarme la parte superior de la cabeza.

- ¿Demasiada emoción?-, Sugerí. - Es solo que...no estoy listo para perderla también.

- Nunca es fácil perder a alguien que nos importa y mucho menos a un padre -, coincidió Spock. - Quizás puedan determinar por qué está enferma y poder ayudarla.

Asentí contra él. 
- Eso espero, no quiero estar solo.

Sus brazos se apretaron a mi alrededor. 
- Te lo prometo, no estarás solo mientras respire.

Me aparté y miré esos insondables ojos de chocolate. 
- ¿Sí?

Sus dedos agarraron mi mandíbula y me besó suavemente. 
- Sí, Jim.