21: Smug

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- ¿Por qué te ves presumido? - Bones exigió.

Jim miró a su mejor amigo con su taza de café, a punto de tomar un sorbo. Él lo bajó.
- No me veo presumido.

- Sí, lo haces. - Bones apuñaló sus panqueques.

Jim frunció el ceño.
- ¿Que demonios? ¿De qué están hechos esos panqueques?

- Goma por lo que puedo decir - gruñó Bones. - ¿Qué demonios, Jim? La comida de estas cosas es aún más incomible de lo habitual.

- No lo sé, lo he notado también. Lo haré examinar. - Jim saludó. - Por quien lo mire, estoy seguro de que Spock lo sabe.

- ¡Ajá!

Jim levantó una ceja.
- ¿Qué quieres decir con ajá?

- Ya termina con eso.

- ¿Qué?

- Estas levantando una ceja como el duende.

- Bien, pero ¿a qué te referías con ajá?

Bones se encogió de hombros.
- Simplemente has estado confiando mucho en Spock últimamente.

- Es un excelente primer oficial.

- Supongo - admitió Bones. - Pero ustedes dos han sido groseros como ladrones últimamente.

Jim sonrió.
- Ordenes de la Flota Estelar.

- ¿Cómo es eso?

- Vinculación de la tripulación, lo recomiendan.

Bones frunció el ceño, luego asintió.
- ¿Es por eso que te ves presumido?

Jim bajó la taza, agradecido de no haber tomado un sorbo todavía o se habría ahogado.
- ¿Discúlpame?

- Tú y Spock han estado jugando al ajedrez últimamente.

- Oh, sí.

- Debes estar ganando, Jim.

Jim se rió.
- ¿Por qué dices eso?

- Eso explica la suficiencia. Estás ganandole al duende.

- En realidad, él me gana - dijo Jim. - En el ajedrez - agregó rápidamente.

- Oh. - Bones parecía frustrado. Apartó el plato de panqueques de goma.
- Aún hay algo por lo que estás satisfecho, has estado caminando engreído por días. Maldición, deberias decírmelo.

- Estás imaginando cosas, Bones. - Tomó un sorbo del café, luego frunció el ceño hacia la taza. - Esto sabe a barro.

- Sí, el café siempre apesta.

- No Bones, quiero decir que literalmente sabe a barro. - Jim agarró una servilleta y escupió en ella. - Asqueroso. - Apartó el café.

- ¡Sé lo que es! - Cantó Bones, golpeando con su mano sobre la mesa.

- Jesús, Bones, cálmate.

- Estás teniendo algo.

- ¿Podrías bajar la voz? - Jim miró alrededor para ver quién los miraba. - ¿Algo cómo qué?

- Tienes algo.

- Oh. - Jim sintió que se ponía rojo. - Nah

- Sí, lo tienes. - Bones parecía satisfecho. - Deberías haber recordado tu apariencia sexual. O es porque querías ocultarlo. - Su amigo hizo una mueca.
- Y en función de que hayas estado así durante días, diría que lo recibes regularmente.

- Bones.

- Jimmy tiene algo en juego.

- No puedo creer esto. - Jim enterró la cara en su mano.

- Entonces, ¿quién es ella?

Jim bajó las manos y parpadeó.
- ¿Qué?

Bones sonrió.
- ¿Quien es ella?

- Um, nadie que conozcas. - Jim se levantó. - Mira, yo, eh, olvidé algo en mis habitaciones, así que te veré luego, Bones.

- Bien, ¡no me digas!

Jim se dirigió a su habitación, pero pasó junto a ellos. En lugar de eso, buscó la entrada de la de Spock.

La puerta se abrió y Jim entró.

Spock se estaba poniendo su túnica azul de ciencia. Él frunció el ceño.
- ¿Capitán?

- ¿Todavía nos veremos esta noche Spock?

- ¿Volviste solo para preguntarme eso?

- Bueno no, yo, eh. - Jim se frotó la parte posterior de su cuello.

- ¿No desayunabas con el Dr. McCoy?

- Yo lo estaba. Él, uh, bueno... creo que él lo sabe. Más o menos.

- ¿Lo sabe?

- Dijo que me veía presumido.

Spock se encogió de hombros.
- De todos modos, tendríamos que registrar nuestra relación de igual manera.

- ¿No te importa si Bones sabe que estamos durmiendo juntos? - Preguntó Jim, sorprendido.

- ¿Por qué debería?

Jim abrió la boca para decir algo y luego lo cerró.
- No lo sé.

- Me esperan en el puente.

Jim asintió.
- A mi también, pero tengo que hacer una parada primero. - Le dio a Spock un beso rápido. - Oh, hay algo más.

- ¿Sí?

- Los replicadores se han vuelto a descontrolar. ¿Quién los arregla de todos modos?

- Me ocuparé de eso, Capitán.

Jim sonrió.
- Gracias bebe.

Spock arqueó su ceja de nuevo.

- Estaré en el puente en breve.

Jim se dirigió a la bahía médica y fue directamente a la oficina de Bones. Su amigo estaba sentado en su escritorio trabajando en su PADD.

- ¿Jim?

- Spock, Bones.

- ¿Huh?

- ¿De lo qué estábamos hablando antes? - Jim no pudo evitar sonreír. - ¿La razón por la que parezco presumido?

- ¿Sí?

- Spock.

Los ojos de Bones se abrieron de par en par e hizo un sonido estrangulado.

Jim no pudo dejar de reír mientras se dirigía al puente.

Colección de One-Shot's SpirkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora